domingo, 24 de noviembre de 2013

Un impuesto de un siglo para una guerra de tres meses


La guerra entre EEUU y España empezó y acabó en 1898. El conflicto armado se produjo entre los meses de mayo y julio (aunque la paz se firmó en diciembre) y supuso una derrota aplastante del ejército español. El gobierno de Estados Unidos implantó entonces un impuesto a las llamadas telefónicas de larga distancia, con el único objetivo de sufragarla, pero los norteamericanos han seguido pagándolo hasta ahora.

Para sorpresa de muchos, resulta que han estado más de un siglo recaudando dicho impuesto hasta que alguien, en 2005, se dio cuenta y decidieron realizar una devolución en la declaración de la renta equivalente al importe pagado durante el año anterior.



La revista satírica The spoof propone que ya que se ha estado tanto tiempo recaudando, tal vez lo mejor sería utilizar ese dinero para el fin que fue recaudado y que el gobierno declare la guerra a España.

Aparte de bromas, el Congreso promulgó el denominado "impuesto al consumo de lujo" en 1898 (1 centavo por llamada telefónica en 1898), cuando sólo existían unas pocos miles de líneas telefónicas en el país. Fue derogada en 1902, pero se volvió a aplicar 1914, para pagar por la Primera Guerra Mundial, y se convirtió en permanente.
Finalmente, ya en el año 2006, se presentó en el Congreso un proyecto de ley para derogar el impuesto de la Guerra de Cuba.

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