viernes, 21 de agosto de 2009

El Batallón Sagrado de Tebas

El Batallón Sagrado de Tebas era un cuerpo de elite del ejercito griego que existió en el siglo IV aC. Fue el comandante tebano Górgidas quien lo creó y le dio sus principales características.
El Batallón Sagrado lo formaban 300 hombres, o mejor dicho, estaba compuesto por 150 parejas de amantes. Las parejas las formaban, normalmente, un veterano llamado Heniochoi (conductor) y otro componente más joven llamado Paraibatai (compañero).
La homosexualidad en Grecia no sólo era tolerada sino que en determinados casos era bien vista y otorgaba cierto estatus. Incluso en el ejército griego no eran raras las relaciones homosexuales entre compañeros. Hay numerosos casos de héroes militares que tenían pareja masculina como Terón, Harmodio , Aristogitón, el mismísimo Alejandro Magno y hasta héroes mitológicos como Aquiles (y Patroclo).

El batallón Sagrado formó parte de la infantería griega durante más de 33 años e hizo también las veces de guardia personal demostrando en numerosas batallas un valor sin igual.

El amor era su fuerza “(...) si por cualquier circunstancia, un Estado o un ejercito pudiera estar compuesto sólo de amantes y de amados, no habría pueblo que llevase más alto el horror al vicio y la emulación de la virtud (...) Los hombres, así unidos, aunque en pequeño número, podrían en cierto modo vencer al mundo entero (...) porque no hay hombre tan cobarde a quien el amor no inflame de valor y lo haga semejante a un héroe” (Platón)

En el campo de batalla las parejas de guerreros que formaban el batallón peleaban espalda a espalda, de manera tal que si en algún momento bajaban la guardia su amado corría peligro de ser muerto herido por detrás. De esta manera, los soldados se veían obligados a seguir luchando a pesar del cansancio o el miedo.

El batallón recibió el nombre de “sagrado” probablemente por el hecho de que los soldados que lo componían debían realizar un juramento por el cual se obligaban, ante las divinidades, a vencer junto a su pareja o a morir junto a ella. No existía otra posibilidad. Tal juramento implicaba un compromiso de fidelidad y protección mutua durante el combate, y el deber de no separarse nunca durante el mismo. Este juramento se realizaba ante la tumba de Iolao, soldado tebano por quien Hércules sintió una gran pasión.

Pelópidas, quien encabezó la conjura conocida como la de ‘los siete contra Tebas’, estaba unido sentimentalmente a Epaminondas quien fue puesto al frente del ejército tebano rearmado después de la expulsión de los espartanos.

Tebas vivió un corto período de hegemonía sobre la Hélade, que comenzó con su liberación del dominio espartano y su rearme militar; el cual dio lugar a la formación del Batallón Sagrado. Las batallas más importantes en las que éste intervino fueron la batalla de Leuctra en el año 371 aC -en la que Tebas resistió exitosamente un intento de reconquista por parte de los espartanos- y la batalla de Mantinea del año 362 aC - en la que Tebas atacó a Esparta y en la que el Batallón sagrado logró herir de muerte al general en jefe espartano (lo que provocó posteriormente la desbandada de sus tropas).

El final del Batallón fue trágico. Durante la batalla de Queronea, en la que las ciudades-estado griegas se enfrentaron a Filipo II y a su hijo Alejandro Magno, toda la infantería griega cedió ante el empuje del ejército macedonio, dio media vuelta y "avanzó".
Todos menos los 300: los 150 amantes que rodeados por las tropas de Alejandro decidieron resistir hasta el final encontrando allí su muerte.
Así lo narra Plutarco:"Victorioso Filipo posó su mirada en los cadáveres y preguntó: quiénes son éstos trescientos muertos abrazados entre sí, hundidos y acoplados en muerte y en amor.
Le respondieron: son los de Tebas el Batallón Sagrado de Pelópidas de amantes y de amados, los viriles de Tebas de la estirpe de Layo.
Filipo respondió: Perezca el hombre que sospeche que estos hombres o sufrieron o hicieron algo inapropiadamente
".

Destruido el Batallón Sagrado de Tebas, la ciudad que apenas treinta años antes había conocido la hegemonía sobre toda la Hélade, fue arrasada por los mecedonios: sus edificaciones fueron quemadas y destruidas; todos los tebanos mayores de edad fueron muertos y las mujeres y los niños fueron vendidos como esclavos. Tebas desapareció de la tierra hacia el 335 aC; sólo tres años después de haber caído el Batallón de amantes en la Batalla de Queronea.

Allí, en Queronea se ordenó levantar un monumento en recuerdo de los caídos de Tebas. Cerca del monumento, encontrado durante una excavación en 1924, se halló también una tumba comunal con 254 cuerpos colocados en siete filas.

Babi Yar

Kseniya Simonova es una joven ucraniana, ganadora del Ukraine’s Got Talentpor su espectacular capacidad de realizar inigualables creaciones con´arena, una placa de vidrio, luz y música.







La historia que cuenta en la arena trata sobre la invasión de los nazis a Ucrania, que se inició en 1941 y concluyó en 1945, con el fin de la II Guerra Mundial.







Alemania invadió la Unión Soviética en junio de 1941. En octubre de ese año, el ejército alemán había ocupado la casi totalidad de Ucrania. En Bukovina y Ucrania occidental, la población local, conducida por la Policía Auxiliar Ucraniana, desató pogroms en los cuales miles de gitanos, judíos y comunistas fueron masacrados y numerosas propiedades destruidas o saqueadas.


La mayor operación de exterminio llevada a cabo tuvo lugar en un barranco llamado Babi Yar, en las afueras de Kiev. En dos días de fines de septiembre de 1941, fueron ejecutados 33371 judíos y gitanos. En muchas comunidades los judíos ofrecieron resistencia o huyeron a los bosques y pantanos donde participaron en la rebelión partisana.







La liberación de Ucrania por parte del ejército soviético comenzó con la derrota alemana en la batalla de Stalingrado (febrero de 1943), y fue completada en agosto de 1944 con la liberación de Ucrania occidental.












La etiqueta

Las reglas de urbanidad no son más que elementales normas de convivencia.
Se vienen adquiriendo, de manera natural, desde el origen del hombre,cuando comenzó a organizarse comunitariamente y necesitó de normas mínimas de relación para facilitar la vida social.
El conglomerado de cánones que conforman la urbanidad, etiqueta y protocolo tienen como sus propósitos más básicos evitar los conflictos y facilitar las relaciones sociales.
A lo largo del tiempo (y en distintos espacios y culturas) la variedad de la etiqueta y su rigor han sido muy variadas.
El historiador Herodoto cuenta que el rey Deyocés de los medos, promulgó una disposición que estipulaba que nadie podía reír o escupir en supresencia. Por su parte, Chaka, jefe supremo de los zulúes, disponía la pena capital para quien carraspeaba o estornudaba en su presencia.
La etiqueta española también se caracterizó por su severidad; llegó a sus mayores extremos en el reinado de Felipe II (1527 - 1598) y elevó hasta la condición de auténticas divinidades a los soberanos.Por ejemplo, una de las reglas de comportamiento real ordenaba categóricamente que los monarcas nunca debían reírse. Por lo tanto, las sonrisas y las alegrías tuvieron que erradicarse de la Corte de Madrid. Algunos cronistas de aquel entonces escribieron que Felipe IV (1605 -1665) sólo se rió en tres ocasiones durante su vida. Otra curiosidad de la normativa protocolar hispana establecía que los pies eran toscos y vulgares, motivo por el cual se decretó que sus majestades carecían de ellos y nadie en la corte podía nombrarlos. En una ocasión,Ana de Austria (1543 - 1580), cuarta esposa de Felipe II y madre de FelipeIII, recibió de regalo unas primorosas medias de seda; a la autoridad provincial que se las obsequió con la mejor intención, se le reprendió con sequedad y se le recordó de mala manera, y amenazadoramente, que la reina no tenía pies.
Istvan Rath-Vegh, en su libro Historia de la estupidez humana, relata otro episodio que deja al descubierto los excesos de la antigua etiqueta española. Nadie, que no tuviera sangre real y que estuviera expresamente autorizado para hacerlo -como por ejemplo los ayudantes de cámara- podía tocar a los reyes de España. En una oportunidad, una soberana castellana fue arrastrada varios metros por un caballo encabritado, que la derribó de la montura, mientras paseaba. Dos oficiales que la escoltaban, a duras penas pudieron sujetar la cabalgadura, luego le liberaron el pie, que había quedado trabado en el estribo y le salvaron la vida. Los nobles caballeros, una vez que depositaron delicadamente a la reina en el pasto, montaron prestamente sus corceles y se dirigieron sin demora hacia la frontera. La atravesaron y escaparon de la pena de muerte, que era la sanción que correspondía a quienes tocaban al rey o a su esposa.
Felipe III (1578 - 1621), hijo de Felipe II, casi pereció por culpa de las exigentes normas reales. Un día de mucho frío, mientras trataba de calentarse al lado de la chimenea, sin que él se diera cuenta a tiempo, su ropa empezó a arder. Estuvo a punto de morir achicharrado por el fuego, porque los lacayos, que observaban aterrorizados el espectáculo, no se atrevían a tocarlo para apagar las llamas. Finalmente vencieron los temores y sofocaron el incendio. En esa oportunidad, el monarca perdonó a los que lo salvaron.
En cuanto a la moda de la corbata, refiere István Rath-Vegh, que esta surgió en la época de Luis XIV, cuando un día el Rey Sol se amarró un trapo al cuello y servilmente la aristocracia corrió a imitarlo...

PD. Y en los tiempos de Luis XVI se puso de moda el color Caca Dauphin, en honor a la evacuación amarilla que dejaba en sus pañales el pequeño hijo de María Antonieta...