martes, 17 de enero de 2023

Los intelectuales

Cuenta Golo Mann en sus memorias una historia ilustrativa. La asamblea de escritores convocada por el Partido Nazi alemán apenas conquistado el poder. 

El discurso lo hace Goebbels. «Se nos ha reprochado que no nos hayamos ocupado delos intelectuales. No nos hacía falta. Sabíamos muy bien que, una vez en el poder, los intelectuales vendrían a nosotros por sí solos». Estas palabras, recoge Golo Mann, fueron acogidas con una «atronadora salva de aplausos de los intelectuales».

Imagen: https://www.instagram.com/p/Ci9fvzoM9li/
Mann, Golo: Una juventud alemana memorias. Plaza & Janés, Barcelona, 1989.

martes, 10 de enero de 2023

Fugaces. La realidad gaseosa

Se está perdiendo la relación afectiva con las cosas. Ya casi no tenemos fotos, ni libros, ni discos. Nuestra relación con la realidad ya no es ni siquiera  líquida (como señaló Zygmunt Bauman) sino gaseosa. 

Todo es provisional y precario (como el trabajo), necesariamente pasajero, continuamente novedoso. Mirar hacia atrás es una pérdida de tiempo, como escribir qué o poner una interrogación. 

Perdemos horas leyendo mensajes pretenciosos, rancios y simplones; horas viendo fotos y vídeos de diez segundos que olvidamos en dos; escuchamos canciones con letras tan manidas como su ritmo simplón. Todo es rápido, insustancial. 

Como señala el sociólogo Vicente Verdú, “internet, las redes sociales, Twitter o Facebook han logrado tanto éxito porque han venido a brotar en un momento en que existía una fuerte demanda de comunicación. Pero no ya de una comunicación a la vieja usanza, en la que se comprometía mucho el yo, sino una comunicación efímera y fragmentaria, cambiante y removible a la manera en que la cultura de consumo ha enseñado a adquirir”. Vivimos tiempos en que la imagen ha ganado mucho terreno a la imaginación, y no digamos ya a la escritura. Del mismo modo, la emoción ha robado prestigio a la reflexión. En ambos casos, señala también Verdú, la instantaneidad ha vencido al proceso y el suceso puro a su explicación. De hecho, todos los medios son ya instantáneos, sensacionalistas, emotivos y superficiales. 

Resulta entretenido y ocupamos nuestro tiempo así, mirando un móvil donde la vida pasa fugazmente. Libres. Impotentes.

Imagen: https://www.instagram.com/christopherbucklow/

martes, 3 de enero de 2023

Café del Infierno

Todos los días, en el café, abre el periódico y lee las mismas noticias, ese viejo proyecto de crear un puente de cadáveres entre África y Europa, una guerra en Oriente Próximo, un atentado en Oriente Medio, un virus en Lejano Oriente, fascistas riendo entre víctimas colaterales, imbéciles besando el zapato que los pisotea. Lo de todos los días. 

El parte meteorológico señala, como siempre, que en el infierno nunca hará frío.
Y como todos los días, pide un expreso y don diablo le dice que la máquina está estropeada. El técnico llegará esta tarde. 

viernes, 26 de marzo de 2021

Defensa (la odisea)

 Señoras y señores del jurado, voy a contar una historia. Una historia de esas que no empiezan por la mañana, alrededor de las seis, ni acaban de noche, no más allá de las once (para evitar el acceso a opacos laberintos legales).

Nuestro héroe, (todas las buenas historias deben tener un héroe, no es necesario que sea joven o apuesto, con un personaje que despierte cierto interés nos vale), como les decía, nuestro héroe, algo así como un Odiseo de nuestro siglo (con permiso del señor Poldy) se despertó, se levantó de su humilde catre y fue a la cocina. Bebió un vaso de agua. Tenía sed. Ayer estuvo bebiendo. ¿Ayer estuvo bebiendo? No lo recordaba. Pero bebía todas las noches, así que seguramente ayer bebió de ese alcohol transparente hasta hacerse invisible. Mucha sed. Se sirvió un vaso y se tragó toda el agua. Con ansiedad. Ayer leyó que el líquido tarda 20 minutos en llegar al torrente sanguíneo, por lo que cuando bebes un vaso de agua y sientes que tu sed se apaga de inmediato, eso no es una realidad biológica, sino una especie de truco neurológico. Qué cosas.

Tanquilidad, señores. Pensarán ustedes que así no acabaremos, pero no se alteren, todo llegará. Por cierto, nuestro héroe está sin apellidos, uno al menos me solicita, pongámosle Marmota, conjuga bien con el color de sus ojos. Ulises Marmota se prepara un café, como cada resacoso día. Le gusta el café fuerte, solo y sin azúcar. Solo-solo. Desayuna sin compañía. Lee la prensa en el móvil. No entiende nada. Bueno sí, el fútbol sí lo entiende, y el rugby. El resto le parece un sinfín de balbuceos incomprensibles, una glosolalia inútil. Sin embargo esta mañana se ha levantado contento, es un decir. Su única intención es mantener ese talante. Ser feliz a lo largo de todo un día, aunque sea solo uno. Lo intentará hoy, no con el falso júbilo del participante en una entrevista de trabajo para Google o del exaltado yonqui, sino simplemente con la felicidad ganada a pulso de un ser humano consciente de que lo ha conseguido a fuerza de tesón. Por cierto, no lo hemos dicho, es primavera. La primavera había llegado rápidamente, aquí estoy yo, lo dijeron en las noticias, pero los días transcurrían iguales. También las noches eran todas iguales. Oscuras. Nuestro héroe piensa. Ilumíname Tiresias. Nada. Sale a la calle. Les solicito que tengan paciencia, falta poco. Huele a café recién hecho y a dulce y a horno de pan. Ulises sonríe. Soporta la incertidumbre y la duda. No, no, le gusta no tener certezas, la complejidad del misterio de cada día, de cada enigmático e inexplicable momento. También le gusta el olor a pan y a café y a vida. Hoy lo intentará, y aquí truena en su mente un redoble de tambores, evitará tropezar constantemente con coprolitos trogloditas, con vocecitas que le dicen cállate, todo lo ve de otra manera. Lo que era rugoso ahora es suave. Lo sórdido se ha convertido en pintoresco y las luces de las farolas arrojan bonitos reflejos sobre los cristales de las botellas y las ventanas rotas. Es en ese preciso instante en el que todo refulge cuando nuestro héroe respira el aire fresco de la mañana, entra en el coche y arranca el motor. 

Respira de nuevo. 

Está seguro, aguantará otro día.

Imagen: https://thisisnthappiness.com/post/648251705358745600/im-at-the-airport-artem-chebokha

viernes, 26 de febrero de 2021

Deprisa, deprisa

 Siempre llevo prisa. Siempre voy rápido. Acelerado, no soporto ir detrás de nadie. Vuelo con el coche, esquivo a los tranquilos paseantes con fintas propias de Stephen Curry. Yo no paseo, corro despacio. Fluyen edificios a derecha e izquierda con pájaros enjaulados en celdas privadas. Miro las máscaras que adelanto fulgurante o que se cruzan brevemente en mi camino. Máscaras de gente normal y de gente con banderitas de España. Banderitas en la mejilla izquierda, banderas tapando bocas, pequeñas banderillas como legañitas bajo párpados de mirada altiva. Al final era verdad eso de que las máscaras enseñan más de lo que esconden. Tras ellas se ocultan rencores agazapados y fobias rancias. Yo pensaba que éramos personas capaces de ver el lado bueno hasta en una celda de aislamiento, "la rugosidad de este encofrado de hormigón no la tienen otras cárceles, además, los gusanos le otorgan al puré de patatas una suave textura". Pero no, en cuanto se escuchan frases altisonantes y vacuas en boca de un macho alfa, corren indignados a ponerse una banderita y se les pone cara de haber dado una conferencia titulada "cómo llegué a ser tan listo". No me importa, yo paso rápidamente y solo queda un fugaz destello rojigualdo en mi hipocampo. 

Se venden muy bien las banderas de España últimamente. Casi todas están hechas en China. Benjamin dijo que somos imágenes que piensan (unos más y otros menos, apostillo) y puede que tuviese razón, o no. Las imágenes son reveladoras. Cuando era joven (¿más?) recuerdo como un fogonazo edificios en construcción rematados con una bandera roja. Si miras hoy para arriba, solo ves banderas de España. Hemos olvidado los sueños que tuvimos antes de esta narcosis.

Tropiezo y me caigo (eso me pasa por mirar las nubes). Siempre ando tropezando, continuamente, a cada paso, en cada cosa, hasta cuando ya no queda camino. Pero esto es vivir. Si no tropiezas es que te has convertido en una zamburiña.  

Lo malo no es tropezar, es que hemos perdido el testigo, extraviados entre Escila y Caribdis, susto o muerte. 

Los dueños del edificio deben estar muertos de risa. 

Menos mal que voy deprisa.

Imagen: https://thisisnthappiness.com/post/648482966117433344/almost-mario-alberto-meneses

martes, 26 de enero de 2021

Ora pro nobis

Carl Sagan en su libro El mundo y sus demonios, afirma que en las salas de espera de los hospitales se producen más curaciones espontáneas que en Lourdes.

El 82% de los estadounidenses cree que rezar puede curar las enfermedades graves, un 73% cree que rezar por otras personas puede curar una enfermedad y el 64% desea que los médicos recen por ellos. No conozco estadísticas similares para España pero mucho me temo que los resultados no serían muy distintos.

En 1872, Francis Galton, primo de Darwin, fue el primero en analizar científicamente la eficacia del rezo. Comprobó que cada domingo, en iglesias de toda Inglaterra, congregaciones completas rezaban públicamente por la salud de la familia real. Su hipótesis era que, de ser efectiva la plegaria, los reyes deberían vivir más que otros grupos comparables. Sus estadísticas demostraron que los soberanos vivían menos tiempo que los miembros de la alta burguesía.

Más recientemente, en el año 2005, el físico Russell Stannard (un reconocido científico creyente británico) lanzó una ambiciosa iniciativa (financiada por la todopoderosa Fundación Templeton) para someter a prueba experimentalmente la efectividad de la oración.
https://www.theatlantic.com/photo/2019/12/2019-photos-wrapping-up-the-year/602857/
Bajo el liderazgo del cardiólogo Hebert Benson, un equipo de investigadores monitorizó a mil ochocientos dos (1.802) pacientes en seis hospitales, a todos se les había practicado cirugía coronaria de bypass.

Los pacientes fueron divididos en tres grupos. El grupo Uno recibió rezos sin saberlo. Por el grupo Dos (el grupo de control) nadie rezó. El grupo Tres recibió rezos y todos sus miembros sabían que se rezaba por ellos. La comparación entre los grupos Uno y Dos examina la eficacia de la plegarias. Los resultados del grupo Tres proporciona los posibles efectos psicosomáticos de saber que están rezando por uno.

Los rezos fueron hechos por las congregaciones de tres iglesias; una en Minnesota, una en Massachusetts, y una en Missouri; todas distantes de los tres hospitales. A los individuos que rezaban se les dio únicamente el nombre y la primera letra del apellido de cada paciente por el que debían rezar y se les dijo que incluyeran en sus plegarias, la frase: “por una exitosa cirugía con una rápida y saludable recuperación sin complicaciones”. Todo muy pautado.

Los resultados, publicados en la revista científica American Heart Journal de abril de 2006, fueron claros. No existió diferencia entre aquellos pacientes por quienes se rezó y aquellos que no recibieron rezos. Sin embargo, y esto es lo más curioso, sí existió una diferencia entre aquellos que sabían que se estaba rezando por ellos y los que no sabían si se estaba rezando o no por ellos: aquellos que sabían que eran beneficiarios de los rezos, sufrieron significativamente más complicaciones que los demás.


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¿Se enfadó Dios por la duda expresada en el estudio? ¿Quiso castigar a los científicos por haberse gastado dos millones y medio de dólares en una estupidez? Puede que sí, pero parece más probable que los pacientes que sabían que se estaba rezando por ellos sufrieran un estrés adicional, “ansiedad de desempeño”, como dijeron los experimentadores. El doctor Charles Bethea, uno de los investigadores, dijo: “Puede haberles producido incertidumbre, al hacerles pensar: ¿estoy tan enfermo que tuvieron que llamar a todo un equipo de orantes?”

Así que, si enfermo, ingrésame en un buen hospital y reza por alguien que se lo merezca. ;)

Dawkins, Richard: El espejismo de Dios, Espasa, Barcelona, 2012
https://www.xatakaciencia.com/otros/rezar-no-cura-confirmado
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/03/120320_muamba_poder_oracion_cr
https://www.tendencias21.net/Dos-nuevos-estudios-analizan-los-efectos-de-la-oracion-sobre-la-salud_a949.html
1 Esta foto proporcionada por la NASA muestra el ojo del huracán Dorian, visto desde la Estación Espacial Internacional el 2 de septiembre de 2019.
https://www.facebook.com/pg/Toilet-Paper-Magazine-251769511528448/photos/?ref=page_internal


jueves, 21 de enero de 2021

El nuevo mundo. El siglo de internet

Cada minuto de cada día del año 2016 se subieron 120 horas de nuevos vídeos a Youtube (diez millones de vídeos al día) y los usuarios de Facebook colgaron 250.000 imágenes (350 millones de imágenes diarias). Si alguien quisiera ver todos los vídeos que se suben a Youtube en un año tendría que estar viéndolos de manera ininterrumpida 7.101 años (26 millones de días). “El mundo físico -confirmó el informe McKinsey, en 2010- está convirtiéndose en un tipo de sistema de información”. 

Hoy, en un rato, somos capaces de conocer el tiempo que va a hacer mañana, explorar en las portadas de varios periódicos, leer un artículo escrito ese mismo día por nuestro autor preferido, publicar una foto que acabamos de hacer o revisar las novedades en nuestras redes sociales. Tenemos a nuestra disposición millones de obras, fotografías, películas, canciones, revistas, blogs, o páginas web. Nunca había sido tan sencillo situarse y estar en el mundo como ahora mismo.

Y lo más llamativo es que, aunque nos resulte tan cotidiano, la era digital comenzó a desarrollarse hace muy poco: hace treinta años había solo treinta mil ordenadores con acceso a internet y hasta 1990 no aparecen ni el lenguaje HTML ni la WorldWideWeb (WWW). 

Twitter y Facebook se crearon hace quince años. 

Instagram y WhatsApp tienen poco más de diez años de vida.

En enero de 2016, 3.419 millones de personas tenían acceso a Internet. Según las previsiones expuestas en un libro blanco de Ericsson, en 2020 habrá 50.000 millones de dispositivos inteligentes en la red. 

Es en la primera década del siglo XXI cuando se produce este gran cambio en nuestro modo de vida, cuando nuestras costumbres se han modificado de una forma tan sorprendente como inverosímil.

Hemos pasado de hablar por teléfono, revelar nuestras fotos y enviar cartas a mandar documentos por correo electrónico, felicitar por Facebook, tuitear una noticia, colgar las fotos de nuestro último viaje en Instagram o guasapear con nuestros amigos. El teléfono lo usamos para casi todo... incluso, a veces, para conversar. 

Las consecuencias económicas, políticas, sicológicas o educativas de esta nueva realidad llevan años siendo analizadas.

Pascual Serrano, en su libro La comunicación jibarizada, nos presenta su visión sobre cómo la reducción de la calidad de la información, asociada a la velocidad de las tecnologías, está produciendo fenómenos nuevos como la tuiterización de la forma de expresión, así como de la misma información. Se reducen los contenidos, se reducen las maneras de comunicarse, se jibariza el mundo.

Las ideas tienden a reducirse, buscan llamar la atención de forma efímera con unos contenidos  sensacionalistas, sensibleros, vacíos. Estamos tan ocupados, distraídos o abrumados por la información que nos llega, que resulta difícil darnos cuenta de la forma superficial y jibarizada que adopta y del modo en que influye en nuestra manera de consumirla e interiorizarla. Y esta abundancia de información, junto a las inmensas posibilidades de la web, crean una situación paradójica: la libertad y el conocimiento se reducen, con el destierro de la profundización, la pérdida de la capacidad autónoma de reflexión, la incapacidad para la elaboración independiente de conclusiones y, por último, la ausencia de una mirada crítica de los acontecimientos.

Como señala Deleuze, la dificultad hoy en día no estriba en expresar libremente nuestra opinión, sino en generar espacios libres de soledad y silencio en los que encontremos algo que decir.

En nuestros días la imagen ha derrotado a la imaginación y la emoción ha robado prestigio a la reflexión. De hecho, todos los medios son ya instantáneos, sensacionalistas, emotivos y superficiales. Y todo lo que no cumple esas condiciones es apartado de la agenda.

Nicholas Carr (autor de Superficiales ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?) considera que la influencia de las nuevas tecnologías está modificando nuestra manera de pensar y de actuar, que esa distracción constante a la que nos somete nuestra existencia digital (y que, según Carr, es inherente a las nuevas tecnologías) nos convierte en espectadores superficiales y compulsivos y nos aleja del pensamiento reflexivo. 

La consultora Linda Stone (creadora del término "atención parcial continua") observó que los nativos digitales estaban incesantemente semiconcentrados en muchas cosas a la vez y que este estado de "atención parcial" tiene desventajas a nivel reflexivo y de comprensión ya que las investigaciones sugieren que la calidad de la concentración disminuye con el número adicional de estímulos. Además, estos jóvenes nacidos en la era de la informática están orientados hacia la recompensa a corto plazo, como las que se consiguen con los videojuegos, y buscan situaciones que imiten esa dinámica en su entorno real.

Para Carr, la multitarea, instigada por el uso de internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión, nos convierte en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en ella, "esto no solo nos deshumaniza un poco sino que nos uniformiza".

Esta nueva era trae también nuevas formas de control. De hecho, las redes sociales, que posibilitan la participación activa del ciudadano, están convirtiéndonos en consumidores que reaccionamos de forma pasiva ante la política, refunfuñando y quejándonos ante los productos que nos desagradan o nos defraudan, transformando la acción política desde la red en una democracia de espectadores… pero esa es otra historia.

Carr, Nicholas: Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Taurus, Madrid, 2011.

Frommer, Franck: El pensamiento PowerPoint. Ensayo sobre un programa que nos vuelve estúpidos, Península, Barcelona, 2011.

http://www.ibermatica.com/sala-de-prensa/opinion/superficialidad-y-estupidez

http://www.pascualserrano.net/noticias/la-comunicacion-jibarizada-como-la-tecnologia-ha-cambiado-nuestras-mentes

Serrano, Pascual: La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes. Madrid, Península, 2013.

Han, Byung-Chul: Psicopolítica. Herder, Barcelona, 2014.

https://thisisnthappiness.com/post/624708875487199232/new-york-kanghee-kim


sábado, 26 de diciembre de 2020

Vuelven los 50

 Vuelve a estar de moda la época más cool de nuestro pasado siglo, esos años de uniformes y boinas, banderas y sotanas, de vírgenes y burdeles. Vuelven Pemán, el seíta, Paco Martínez Soria, las novenas, el porno vintage, el rosario de la aurora y el viril saludo romano (camisa desabrochada destacando el surco esternal, mangas enrolladas hasta el varonil hombro). Qué tiempos. 

Y qué señoras. Recatadas, sumisas y virtuosas.

Se les mimaba tanto que, según la primera legislación laboral franquista, las mujeres debían dejar el trabajo al casarse, (recibían una indemnización denominada dote). Como debe ser, las casadas que quisiesen seguir trabajando precisaban de la autorización de sus maridos. Igual que en la prodigiosa Alemania nazi, para la mujer española la vida se concretó en las tres k: kinder, küche y kierche (niños, cocina e iglesia).

Su situación legal era plenamente equiparable a la de una minoría de edad prolongada. Los pasos que van dándose a lo largo del tiempo no empañan este puñetazo reglamentario, que va a subsistir esencialmente hasta la Constitución de 1978.



Dos ejemplos:

La Ley de 4 de julio de 1970 eliminó la posibilidad de que el padre pudiera dar a los hijos en adopción sin el consentimiento de la madre y se permitió que las mujeres casadas pudieran seguir trabajando después de contraer matrimonio sin necesidad de permiso del marido.

En abril de 1964 el general Franco tuvo que volver sobre sus pasos y revisar un artículo del Código Penal, por el cual los padres y maridos tenían derecho a matar a sus hijas y esposas y los hombres que cometían adulterio con ellas. El "parricidio por honor" estuvo vigente en España entre 1944 y 1964. Si el marido se contentaba con una denuncia, la esposa infiel podía ser condenada hasta a seis años de cárcel.

Y todo con el amparo y la dedicación características de nuestra amada Iglesia. Como siempre en este bendito país, los curas se implicaron en la conservación de nuestras verdaderas esencias. El nacionalcatolicismo fue la guardiana de la decencia y de la rectitud ideológica de los españoles.

La obsesión por los pecados de la carne fue una preocupación fundamental de la neurosis moral de la Iglesia Católica. Pildain, obispo de Canarias, protestó por la desnudez de las estatuas situadas en lugares o establecimientos públicos y sugirió que se les pusiera un taparrabos. Para él los novios no debían encontrarse nunca solos, “quien quita la ocasión, quita el pecado”. 

El diseño se hizo teología. Debajo de cada sotana vibraba Coco Chanel y se escondían anhelos inconfesables y -en algunos casos- inconscientes. Se vigilaban los centímetros y los escotes. Las obsesiones con los pecados de la carne y las preocupaciones de costurera hicieron gastar incontables neuronas, ríos de tinta, alzacuellos y sudores, muchos sudores, a nuestros pastores.

El arzobispo de Toledo, Pla y Daniel, receló en voz alta de los pantalones cortos con que vestían los jóvenes falangistas, porque lo que dejaban ver podía excitar a las muchachas (y quizás a algún que otro obispo). Las niñas debían llevar falda hasta las rodillas, y medias a partir de los doce años, que a esa edad ya se sabe.

Todos los prelados gastaron mucho de su talento en pastorales que condenaron el baile agarrado, la longitud de las faldas, el cuidado al montar en bicicleta, los baños al aire libre o atrevimientos de similar importancia para el futuro de la humanidad.

Aquellos maravillosos años.

Hoy veo en la prensa libre (qué oxímoron) saludables muchachas y briosos jóvenes nostálgicos de  dirigentes a los que, si alguna vez se les pasó una idea por la cabeza, murió por falta de alimento. Hoy, sus herederos se miran al espejo y no encuentran indicios de vida inteligente. Vuelven los 50.

Imagen: https://thisisnthappiness.com/post/647268069079678976/april-fools-day-arthur-trees

miércoles, 8 de enero de 2020

Hasta la última gota de nuestra sangre

¿Catalán o español? ¿andaluz o gaditano? ¿del Madrí o del Barsa?
¿Qué somos? ¿dónde estamos? ¿hay vida más allá del procés?
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 La identidad es, en términos generales, la concepción y expresión que tiene cada persona acerca de su individualidad y acerca de su pertenencia o no a ciertos grupos. Nos clasificamos en categorías, grupos, colores y hasta marcas, pero siempre nos queda la duda de qué hubiese sido de nosotros de producirse pequeños cambios en nuestra vida: en cuestión de pocos kilómetros, o incluso metros, puedes nacer en Villarriba o en Villabajo, en una nación o su enemiga. Si esto es así, cómo somos capaces de integrarnos en una u otra, qué hace que derramemos hasta la última gota de nuestra sangre por defender un pedazo de tierra, que estemos en distintas barricadas peleando por trapos de color de distinto tono.
Henri Tajfel (1919-1982) fue un psicólogo social británico de origen polaco conocido por ser el principal creador de la Teoría de la Identidad Social, que propone que la gente tiene una tendencia innata a categorizarse a sí misma en grupos excluyentes (“ingroups”), construyendo una parte de su identidad sobre la base de su pertenencia a ese grupo y forzando fronteras excluyentes con otros grupos ajenos a los suyos (“outgroups”).
Tajfel realizó una serie de experimentos sobre la discriminación intergrupal en la ciudad de Bristol, en 1970. La idea de Tajfel surgió de un amigo esloveno que hablaba sobre los estereotipos que existían sobre los inmigrantes bosnios (la región más pobre de la antigua Yugoslavia).
Sus experimentos se centraron en el comportamiento de un individuo hacia los miembros del grupo propio y los miembros de un grupo extraño. Los realizó con chicos de catorce y quince años de una escuela de Bristol. Todos se conocían entre sí antes de que fueran, en grupos de ocho, al laboratorio de Tajfel. Allí se les pasó un test de «agudeza visual»: racimos de puntos fueron proyectados en una pantalla y se les pidió que calcularan el número de puntos de cada racimo. Después de hacer esa tarea, se les dijo a los chicos que algunas personas tendían a calcular por debajo, y otras por encima, el número de puntos. Entonces, después de que sus hojas de respuestas fueran ostensiblemente «puntuadas», los chicos fueron llevados de uno en uno a otra habitación y se les dijo, de forma privada, a qué grupo pertenecían, si al de los sobrestimadores o al de los subestimadores.
La asignación de grupo fue completamente aleatoria: la mitad de los chicos fueron incluidos en un grupo y la otra mitad al otro. Su actuación en el test de los puntos no tuvo nada que ver.
El experimento real comenzó inmediatamente después de haberles dado esa información falsa.
Cada chico fue instalado en una cabina individual y se le pasó una «hoja de recompensas» para que la rellenara. Se le pidió que decidiera cuánto dinero se le debería pagar a varios de sus compañeros por participar en el experimento. Los compañeros solo fueron identificados por el número y el grupo. Por ejemplo, un chico al que se le hubiera dicho que era un sobrestimador se le pediría que escogiera, entre una lista de varias opciones, cuánto dinero se le debería dar al «miembro número 4 del grupo sobrestimador» y cuánto al «miembro número 53 del grupo subestimador». Cualquiera que fuese su opción —eso se decía claramente en las instrucciones— no afectaría en nada a su propio "sueldo".
Los chicos no sabían los nombres de los compañeros que estaban en su propio grupo y cuáles en el otro ni conocían la identidad de las personas a las que les asignaban los pagos (solo un número). Sin embargo, dieron más dinero a los miembros de su grupo que a los del otro. Parecían estar más motivados para pagar menos a los miembros del otro grupo y pagar más a los del propio.
Este experimento demostraba qué poco se necesita para evocar lo que Tajfel llamaba «grupalidad». No se requiere una historia de amistad con uno de los miembros del grupo o un conflicto con los miembros del otro. Tampoco se precisa un territorio por el que luchar. Ni diferencias visibles en la apariencia o en la conducta. Ni siquiera es necesario saber quiénes son tus compañeros de grupo. «El mero hecho de la división en grupos es suficiente para disparar la conducta discriminatoria.»
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Tajfel también estudió la forma en que creamos categorías y cómo estas afectaban a nuestros prejuicios. Los resultados de sus experimentos mostraron la predisposición a presuponer que todos los elementos de una categoría (todos los “franceses” o todos los “catalanes”) eran más similares entre ellos de lo que realmente lo eran, y, en la misma línea, que los pertenecientes a categorías distintas inflaban las desigualdades, en muchos casos inexistentes (por ejemplo, exagerando las diferencias entre “catalanes” y “españoles”).

https://es.wikipedia.org/wiki/Henri_Tajfel
https://www.facebook.com/pg/Toilet-Paper-Magazine-251769511528448/photos/?ref=page_internal
https://www.juxtapoz.com/news/installation/neil-farber-charlie-roberts-hirosuke-yabe-give-depth-and-humor-richard-heller-gallery/
https://www.juxtapoz.com/news/photography/mark-mahaney-s-polar-night/


sábado, 26 de octubre de 2019

Los inútiles

En la Pescara de posguerra, donde se sitúa originalmente el guión de Ennio Flaiano, se denominaba «vitellone» («becerrones») a los jóvenes zánganos, inmaduros, que no se dedicaban a nada, que vivían vagueando, parasitando a sus familias, esquivando el trabajo y evitando contraer responsabilidades. 
Fellini rodó esta película brillante en 1953. Fueron los abuelos de los actuales «ninis», un término que se introdujo formalmente por primera vez en el Reino Unido en 1999 con la publicación del Informe "Bridging the gap: new opportunities for 16-18 year olds not in education, employment or training". Hoy, según cálculos realizados en distintos países desarrollados, implica a un 20/25% de la población juvenil (la situada entre 16 y 30 años)*
El término japonés «hikikomori» hace referencia a un fenómeno social que consiste en personas apartadas que han escogido abandonar la vida en sociedad y solo se comunican a través de las redes sociales; a menudo estos jóvenes buscan grados extremos de aislamiento y confinamiento, para evitar toda la presión exterior. Pueden encerrarse en sus dormitorios o alguna otra habitación de la casa de sus padres durante periodos de tiempo prolongados, a menudo años. Normalmente no tienen ningún amigo, y en su mayoría duermen a lo largo del día, y ven la televisión o juegan al ordenador durante la noche. Estimaciones actuales calculan que hay más de quinientos mil hikikomori en Japón. Un fenómeno que, además, se está extendiendo a muchos otros países (entre ellos, el nuestro**)

Vitellone, nini o hikikomori pueden empezar a considerarse la vanguardia de lo que vendrá. 
Durante el presente siglo probablemente asistamos a la creación de una nueva y masiva clase no trabajadora: personas carentes de ningún valor económico, político o incluso artístico, que no aportarán nada a la prosperidad social, que no tendrán más poder que su número. Esta «clase inútil» no solo estará desempleada: será inempleable. Porque cada vez habrá más empleos que no necesiten de ningún ser humano para ser funcionales.
En septiembre de 2013, dos investigadores de Oxford, Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, publicaron el informe The Future of Employment, *** en el que exploraban la probabilidad de que diferentes profesiones quedaran a cargo de algoritmos informáticos a lo largo de los veinte años siguientes. 
El algoritmo que desarrollaron Frey y Osborne para hacer los cálculos estimó que el 47 por ciento de los puestos de trabajo de Estados Unidos corrían un riesgo elevado. Por ejemplo, hay un 99 por ciento de probabilidades de que en 2033 los televendedores y los agentes de seguros humanos pierdan su puesto de trabajo, un 97 por ciento de probabilidades de que lo mismo ocurra con los   cajeros, el 94 por ciento a los camareros, un 88 a los obreros de la construcción o a los conductores de autobús, un 83% a los marineros… 
https://thisisnthappiness.com/post/187123838769/nancy
Naturalmente, para cuando llegue el año 2033, es probable que hayan aparecido muchas profesiones nuevas, por ejemplo, la de diseñador de mundos virtuales o  que se extiendan otras como gestor cultural (sea esto lo que sea), pero es también probable que dichas profesiones requieran mucha más creatividad y flexibilidad que nuestros empleos corrientes, y no está claro que los cajeros o los obreros de la construcción de cuarenta años sean capaces de reinventarse como directores artísticos. Incluso si lo hacen, el ritmo del progreso es tal que en otra década podrían tener que reciclarse de nuevo. Después de todo, es muy posible que los programas informáticos también superen a los humanos en el diseño o en la gestión. El problema crucial no es crear nuevos empleos. El problema crucial es crear nuevos empleos en los que los humanos rindan mejor que los algoritmos y eso resulta cada vez más complicado.
Es posible que la prosperidad tecnológica haga viable alimentar y sostener a las masas inútiles incluso sin esfuerzo alguno por parte de estas. Pero ¿qué las mantendrá ocupadas y satisfechas? Las personas tendrán que hacer algo o se volverán locas. ¿Qué harán durante todo el día? Una solución la podrían ofrecer (como ya previó Huxley en Un Mundo Feliz) las drogas y los juegos de ordenador. Las personas innecesarias podrían pasar una cantidad de tiempo cada vez mayor dentro de mundos tridimensionales de realidad virtual, que les proporcionarían mucha más emoción y compromiso emocional que la gris realidad exterior. 
Todos, como una inmensa masa de «hikikomori», con nuestro soma particular, inútiles, felices y aislados.

* https://es.wikipedia.org/wiki/Nini
** http://www.bbc.com/future/story/20190129-the-plight-of-japans-modern-hermits
*** Harari, Yuval Noah: Homo Deus. Breve historia del mañana. Barcelona, Debate, 2016

domingo, 25 de agosto de 2019

Música e informática. David Cope

https://www.vintag.es/2019/04/cubicle-farm.html
David Cope es profesor de musicología en la Universidad de California en Santa Cruz. También es una de las figuras más polémicas del mundo de la música clásica.
Cope ha elaborado programas que componen conciertos, corales, sinfonías y óperas. Su primera creación se llamaba EMI (Experimentos en Inteligencia Musical), especializada en imitar el estilo de Johann Sebastian Bach. Le llevó siete años crear el programa, pero cuando el trabajo estuvo hecho, EMI compuso 5.000 corales al estilo de Bach en un solo día.
Según Cope, toda la música (y cualquier creación) se basa en las creaciones previas. Puedes llamarlo subirse a espaldas de gigantes o simple plagio. Todo lo que creamos es recombinación. Los compositores (incluidos los genios) oyen música, inconscientemente la desmenuzan y la recombinan de forma novedosa. Nadie es completamente original. Todos han copiado a todos y han recombinado sus sonidos.
Cope organizó una exhibición de algunas corales seleccionadas en un festival de música en Santa Cruz.
Miembros entusiastas del público alabaron el maravilloso concierto y afirmaron apasionadamente que la música les había llegado a lo más hondo. No sabían que la había compuesto EMI y no Bach, y cuando se reveló la verdad, algunos reaccionaron con un silencio taciturno mientras que otros gritaron cabreados.
EMI continuó mejorando y aprendió a imitar a Beethoven, Chopin, Rajmáninov y Stravinski. Cope consiguió un contrato para EMI, y su primer álbum (Classical Music Composed by Computer) se vendió sorprendentemente bien. La publicidad provocó que la hostilidad de los aficionados a la música clásica aumentara.
Teclado, Pedro Reyes
El profesor Steve Larson, de la Universidad de Oregón, lanzó un reto a Cope para llevar a cabo una confrontación musical. Larson sugirió que pianistas profesionales interpretaran tres piezas, una a continuación de la otra: una de Bach, una de EMI y una del propio Larson. Después, se pediría al público que adivinase quién había compuesto cada pieza. Larson estaba convencido de que la gente advertiría fácilmente la diferencia entre las conmovedoras composiciones humanas y la exánime creación de una máquina. Cope aceptó el reto. En la fecha señalada, centenares de profesores, estudiantes y aficionados a la música se reunieron en la sala de conciertos de la Universidad de Oregón. Al final de la actuación votaron. 
¿El resultado? 
El público creía que la pieza de EMI era genuina de Bach, que la de Bach la había compuesto Larson y que la de Larson la había producido un ordenador.

Harari, Yuval Noah: Homo Deus. Breve Historia del Mañana. Ed. Debate. Barcelona. 2016

jueves, 8 de agosto de 2019

El misterio de Yonaguni

Las Estructuras de Yonaguni son un conjunto de estructuras descubiertas en la isla japonesa de Yonaguni alrededor de 1985 por un submarinista japonés, quien las encontró por casualidad. Se trata de un megalito, que probablemente estuvo fuera del mar durante las eras glaciares, con formas en su superficie que parecen haber sido talladas por el ser humano. 
Se ha especulado mucho sobre el origen de este misterioso monumento. Para diversos geólogos e historiadores, las estructuras podrían tener un origen natural, mientras que otros sostienen que muestran un trabajo artificial y humano, al menos en parte. 

Por el lado pseudoarqueológico, otros autores suponen que Yonaguni fue parte de la civilización de Mu, cuya suerte habría sido similar a la de la Atlántida o Thule.

Tiempo después de su descubrimiento, un grupo de científicos dirigidos por Misaki Kimura (de la Universidad de Ryūkyū) confirmó su existencia. Según el estudio del profesor Kimura, la estructura natural fue en alguna época modificada por el hombre. Esto daría fuerza a las especulaciones según las cuales Yonaguni pudo ser parte de la civilización de Mu y que luego desapareció, tal y como la Atlántida o Thule. Se trataría de una construcción realizada al menos hace 10 milenios, lo que la convertiría junto al santuario de Göbekli Tepe en la estructura arquitectónica más antigua conocida, muy anterior a las primeras edificaciones de Mesopotamia, Egipto, India y China. 
Particularmente, según estas teorías, una estructura en forma de túnel de 1,2 metros de alto, que forma parte de una grieta en la piedra, hubiera representado un formidable obstáculo para acceder al resto de la estructura cuando ésta no estaba bajo el agua. La grieta también sería muy peculiar, por estar compuesta por piedra calcárea, un tipo de piedra que no existe en la región. Dos orificios circulares adyacentes de aproximadamente 2 metros de profundidad no concordarían con el resto de la estructura, de manera que habrían sido tallados. Su finalidad habría sido el almacenamiento de agua, aunque otros piensan que pueden ser las bases para pilares de algún tipo. Hacia un extremo del monumento se encuentra una piedra ovalada que tampoco parece concordar con el conjunto. Su extremo superior apunta hacia el norte, y podría haberse utilizado para determinar la hora del día. Para la talla de la roca, realizada antes de la invención de utensilios metálicos, se habrían utilizado cuñas de madera, con el fin de romper limpiamente partes de la roca.
El 4 de mayo de 1998, partes de la isla y del monumento fueron destruidas por un terremoto submarino. Después del terremoto se realizaron filmaciones submarinas descubriendo nuevas estructuras jamás vistas anteriormente, cuya forma es similar a los zigurats de Mesopotamia, con características insospechadas que, según algunos, desmentirían su origen geológico, convirtiéndolos en los edificios más antiguos del mundo.

miércoles, 7 de agosto de 2019

domingo, 4 de agosto de 2019

Facebook te conoce mejor que tú

Un estudio reciente*, encargado por Facebook, ha indicado que en la actualidad el algoritmo de Facebook es mejor juez de las personalidades y disposiciones humanas que amigos, familiares y cónyuges. 
https://www.theatlantic.com/photo/2019/06/photos-of-the-week-mermaid-parade-scarlet-sails-moss-man/592876/
El estudio se realizó con 86.220 voluntarios que tienen una cuenta de Facebook y que completaron un cuestionario de personalidad compuesto por 100 puntos. 

El algoritmo de Facebook predecía las respuestas de los voluntarios basándose en sus «Me gusta» de Facebook: qué páginas web, imágenes y vídeos destacaban con la opción «Me gusta». Las predicciones del algoritmo se compararon con las de compañeros de trabajo, amigos, familiares y cónyuges. 

De manera sorprendente, el algoritmo necesitó un conjunto de solo 10 «Me gusta» para superar las predicciones de los compañeros de trabajo. Necesitó 70 «Me gusta» para superar las de los amigos, 150 para superar las de los familiares, y 300 para hacerlo mejor que los cónyuges. En otras palabras, si has pulsado 300 veces «Me gusta» en tu cuenta de Facebook, ¡el algoritmo de Facebook puede predecir tus opiniones y deseos mejor que tu esposo o esposa!

De hecho, en algunos ámbitos, el algoritmo de Facebook lo hacía mejor que la propia persona. Se pidió a los participantes que evaluaran cosas tales como su nivel de uso de drogas o el tamaño de sus redes sociales. 

Sus juicios fueron menos precisos que los del algoritmo. La investigación concluye con la siguiente predicción (que hicieron los autores humanos del artículo, no el algoritmo de Facebook): «La gente podría abandonar sus propios juicios psicológicos y fiarse de los ordenadores en la toma de decisiones importantes en la vida, como elegir actividades, carreras o incluso parejas. Es posible que estas decisiones guiadas por los datos mejoren la vida de las personas».*
Pawel Kuczynski

Con una nota más siniestra, el mismo estudio implica que en las próximas elecciones presidenciales Facebook podría conocer no solo las opiniones políticas de decenas de millones de votantes, sino también quiénes de ellos son los trascendentales votantes que cambiarán su voto, y en qué sentido lo harán. Facebook podría decirnos que en Madrid la pugna entre socialistas y conservadores es particularmente reñida, Facebook podría identificar a 32.417 votantes que todavía no han decidido a quién votar, y Facebook podría determinar qué es lo que cada candidato necesita decir para inclinar la balanza. 

¿Cómo podría Facebook obtener estos datos políticos inestimables? 
No hay problema: se los proporcionamos gratis.

*Harari, Yuval Noah: Homo Deus. Breve Historia del Mañana. Ed. Debate. Barcelona. 2016
https://www.theatlantic.com/photo/2019/06/photos-of-the-week-mermaid-parade-scarlet-sails-moss-man/592876/
https://medium.com/@rahulraj_21665/what-explains-so-much-hatred-and-misinformation-on-facebook-ef74affdff97

sábado, 3 de agosto de 2019

No somos tan especiales. El comportamiento moral de los animales

El primatólogo Frans de Waal estudia desde hace décadas la capacidad natural para empatizar entre primates. Sus investigaciones incluyen la interpretación y el análisis científico de las raíces de la compasión, la empatía, el altruismo, y las relaciones humanas pacíficas. Todo esto le ha conducido a la conclusión de que los grandes monos y los seres humanos son simplemente tipos diversos de monos, y que hay poca diferencia entre estas especies.
Su libro, El mono que llevamos dentro, examina el comportamiento humano a través de los ojos de un primatólogo, usando el comportamiento de chimpancés y de bonobos comunes como metáforas para la psicología humana.

En una de sus investigaciones más conocidas instaló a dos monos capuchinos en dos jaulas adyacentes, de modo que cada uno pudiera ver todo lo que el otro hacía. De Waal y sus colegas pusieron piedras pequeñas dentro de ambas jaulas y adiestraron a los monos para que les dieran dichas piedras. 

Cada vez que un mono daba unapiedra, recibía comida a cambio. Al principio, el premio era un trozo de pepino. Esto complacía mucho a los dos monos, y comían alegremente el pepino. Un tiempo después, De Waal pasó a la siguiente fase del experimento. Esta vez, cuando el primer mono dio una piedra, obtuvo una uva. 

Las uvas son mucho más sabrosas que los pepinos. Sin embargo, cuando el segundo mono dio una piedra, siguió obteniendo un trozo de pepino. El segundo mono, que previamente había estado muy contento con el pepino, se enfureció. Cogió el trozo de pepino, lo contempló incrédulamente un momento, lo lanzó enfadado contra el científico y empezó a saltar y a chillar a voz en grito. No era un incauto.

De hecho, el propio de Waal nos dice que, al repetir la experiencia con otras parejas de monos, hubo casos en los que el mono premiado con la uva la rechazó hasta que el otro no obtuvo una.*

Este hilarante experimento y otros con resultados parecidos han hecho que muchos científicos crean que los primates poseen una moralidad natural, y que la igualdad es un valor universal e intemporal.

https://www.ted.com/talks/frans_de_waal_do_animals_have_morals?language=es#t-947698
https://es.wikipedia.org/wiki/Frans_de_Waal
Harari, Yuval Noah: Homo Deus. Breve Historia del Mañana. Ed. Debate. Barcelona. 2016.
https://thisisnthappiness.com/post/186540166149/love-this-song

sábado, 18 de mayo de 2019

La gripe española

La gripe española (también conocida como la gran epidemia de gripe, la epidemia de gripe de 1918 o la gran gripe) fue una pandemia de gripe de inusitada gravedad. A diferencia de otras epidemias de gripe que afectan básicamente a niños y ancianos, muchas de sus víctimas fueron jóvenes y adultos saludables, y animales, entre ellos perros y gatos. Es considerada (junto a la peste negra) la pandemia más devastadora de la historia humana, ya que en solo un año mató entre 20 y 40 millones de personas. 
Se desconoce la tasa de mortalidad exacta de la pandemia de 1918/1920, pero se estima que murieron del 10% al 20% de los infectados. Con alrededor de un tercio de la población mundial (unos 1.800 millones) de aquel tiempo infectada, esta tasa de letalidad significa que entre un 3% y 6% de la población mundial murió. La gripe pudo haber matado a 25 millones de personas en las primeras 25 semanas. Estimaciones más antiguas indicaban que murieron entre 40 y 50 millones de personas, mientras que estimaciones actuales se sitúan entre 50 y 100 millones.

En Estados Unidos la enfermedad se observó por primera vez en Fort Riley (Kansas) el 4 de marzo de 1918, aunque ya en el otoño de 1917 se había producido una primera oleada en al menos catorce campamentos militares. Y, en algún momento del verano de ese mismo año, este virus sufrió una mutación o grupo de mutaciones que lo transformó en un agente infeccioso letal; el primer caso confirmado de la mutación se dio el 22 de agosto de 1918 en Brest, el puerto francés por el que entraba la mitad de las tropas estadounidenses para participar en la Primera Guerra Mundial. Fue llamada gripe española porque la pandemia recibió una mayor atención de la prensa en España que en el resto de Europa, ya que España no se vio involucrada en la guerra y por tanto no censuró la información sobre la enfermedad.

Se estima que en China murieron 30 millones de personas, aproximadamente el 35% de la población de aquella época, alcanzando una mortalidad del 40% de la población en algunas zonas. En el ejército chino, al menos el 35% de las tropas que enfermaron murieron. En los Estados Unidos, cerca del 28% de la población padeció la enfermedad y murieron de 500.000 a 675.000 personas. En el Reino Unido murieron 250.000, en España 300.000 (a pesar de que las cifras oficiales redujeron las víctimas a «solo» 147.114 personas),​ en Francia 400.000 y en Italia una cifra similar.​ En la India británica fallecieron de 15​ a 17 millones. Las estimaciones sobre el África subsahariana hablan de 1,5 a 2 millones de víctimas. En Fiyi murió el 30% de la población en sólo dos semanas, mientras que en Samoa Occidental el 40%.
En España, la ciudad de Zamora fue una de las que registraron una tasa de mortalidad más alta, con un pico de un 10,1% en octubre de 1918. A ésta le siguió Burgos. La mayor incidencia de muertes en estas ciudades está relacionada, según  Antoni Trilla, con el culto religioso. En Zamora, las autoridades de la Iglesia Católica indicaron que "el mal podría ser una consecuencia de nuestros pecados y falta de gratitud, la venganza de la eterna justicia ha caído sobre nosotros". Por este motivo, organizaron actos religiosos masivos en la catedral de esta ciudad, lo que contribuyó a la expansión del virus.

En muchos lugares, como en Laredo (Cantabria) y en Medina Sidonia (Cádiz), los medios de comunicación recogieron las quejas de los ciudadanos por la falta de medidas de las autoridades para atajar la epidemia y por la ausencia de médicos. De hecho, entre 1918 y 1919, fallecieron en la comarca de La Janda 1.713 personas: 373 en Alcalá de los Gazules (9.804 habitantes), 650 en Medina Sidonia (13.034) y 690 en Vejer de la Frontera (14.648), calculándose que un 20% de ellas fallecieron a causa de la epidemia.

En Cádiz, los carnavales de 1919 fueron muy limitados. Un bando publicado el 1 de marzo de ese año prohibía las fiestas del carnaval al aire libre, "el uso de disfraces y de caretas así de noche como de día, y en general todos aquellos actos que integran los referidos festejos".

Cuando la pandemia finalmente terminó, había matado alrededor de 25 veces más personas que cualquier otro brote de gripe en la historia. Mató posiblemente a más personas que la primera y la segunda guerra mundial juntas. Como señala Laura Spinney "la gripe reestructuró las poblaciones humanas más radicalmente que cualquier cosa desde la Peste Negra ". 

Cambió el curso de la primera guerra mundial (los alemanes pensaron que les había robado la victoria). Llevó a Suiza, sí, a Suiza, al borde de una guerra civil por la insuficiente respuesta oficial. La forma en que fue tratada en la India colonial dio un gran impulso al movimiento de independencia. En Gran Bretaña desencadenó una preocupación sobre la salud pública que conduciría, 30 años más tarde, al NHS.

La gripe golpeó a ricos y pobres, jóvenes y viejos, mujeres y hombres, blancos y negros. Entre los que se recuperaron se encuentran el primer ministro británico David Lloyd George, el presidente estadounidense Woodrow Wilson, el kaiser alemán y el rey Alfonso XIII de España. Asesinó de Alaska a Zanzíbar. Groucho Marx contrajo la gripe en Nueva York y Mahatma Gandhi en Ahmedabad. Mustafa Kemal Atatürk enfermó en Viena. Haile Selassie cayó enfermo en Addis Ababa. TS Eliot se contagió de gripe en Londres. Otras víctimas que se recuperaron fueron Franklin Roosevelt, Lillian Gish, Franz Kafka, DH Lawrence, Béla Bartók, Walt Disney, Ezra Pound y la aviadora Amelia Earhart. Murieron el pintor Gustav Klimt, el poeta Guillaume Apollinaire, la mano derecha de Lenin, Yakov Sverdlov, Lawrence de Arabia, el diplomático Mark Sykes...

Se cree que desde el siglo XII han tenido lugar algo más de medio centenar de pandemias de gripe, algunas de ellas muy graves, destacando por su nivel de virulencia las habidas en 1580, 1781, 1847 y 1889. Con posterioridad a la gran pandemia de 1918-19, la peor fue la de 1957, originada en China y que llegó a causar unos dos millones de muertes. Sin embargo, la utilización de las sulfamidas y antibióticos, disponibles desde su creación en 1939 y 1945, respectivamente, ha sido un factor clave en el tratamiento médico de las neumonías bacterianas que suelen aparecer como complicación de la infección gripal. 
Ante tales cifras, resulta curioso que este centenario esté pasando tan desapercibido. Puede ser que, como argumentó una vez Walter Benjamin, los silencios sobre los horrores públicos pueden permitir a las sociedades humanas hacer frente a la recuperación colectiva y al progreso. 

sábado, 11 de mayo de 2019

La Piedra del Cometa

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Investigadores de la Universidad de Edimburgo han traducido unos famosos símbolos antiguos en el templo de Gobekli Tepe, en Turquía, que (según sus conclusiones) cuentan la historia del devastador impacto de un conjunto de cometas hace más de 13.000 años.

Al comparar el evento con simulaciones por computadora del Sistema Solar en esa época, los investigadores sugirieron que las tallas podrían describir el impacto de un cometa que ocurrió alrededor de 10.950 aC, casi al mismo tiempo que comenzó una mini edad de hielo que cambió la civilización para siempre.

Esta, conocida como Dryas Reciente, duró alrededor de 1.300 años, y se considera un período crucial para la humanidad porque fue en ese momento cuando surgieron la agricultura y las primeras civilizaciones neolíticas, potencialmente en respuesta a los nuevos climas más fríos. El período también se ha relacionado con la extinción del mamut lanudo. El Dryas Reciente significó un rápido regreso a las condiciones glaciares en las latitudes más altas del hemisferio norte. Lo más sorprendente es que el cambio se produjo en una década.​ Las informaciones obtenidas de isótopos térmicamente fraccionados indican que, por ejemplo, Groenlandia, era unos 15 °C más fría que en la actualidad. En las Islas Británicas, los fósiles de escarabajos indican un descenso de las temperaturas medias anuales de 5 °C. Desde entonces, no ha habido ningún periodo de cambio climático abrupto tan grande, extendido o rápido.

A pesar de que el Dryas Reciente se ha estudiado a fondo, no está claro exactamente qué desencadenó el período. Un ataque de un cometa es una de las principales hipótesis , pero los científicos no han podido encontrar pruebas físicas de cometas de esa época.

Un equipo de la Universidad de Edimburgo dice que estas tallas, que se encuentran en lo que se cree que es el templo más antiguo conocido del mundo, Gobekli Tepe, en el sur de Turquía, muestran evidencia adicional de que un cometa provocó un periodo de sequía y modificó el clima.

"Creo que esta investigación, junto con el reciente descubrimiento de una anomalía de platino generalizada en todo el continente norteamericano, prácticamente sella el caso a favor del impacto", dijo el investigador principal Martin Sweatman. "Nuestro trabajo sirve para reforzar esa evidencia física".

La traducción de los símbolos también sugiere que Gobekli Tepe no era solo otro templo, como se suponía, también podría haber sido un antiguo observatorio astronómico.

"Uno de sus pilares parece haber servido de recuerdo de este evento devastador".

Se cree que el Gobekli Tepe se construyó alrededor de 9.500 aC, aproximadamente 6,000 años antes de Stonehenge, pero los símbolos en el pilar datan de un suceso ocurrido alrededor de 2.000 años antes.
Las tallas se encontraron en un pilar conocido como la Piedra del buitre (en la foto) y muestran diferentes animales en posiciones específicas alrededor de la piedra. Los símbolos habían desconcertado a los científicos durante mucho tiempo, pero Sweatman y su equipo de ingenieros descubrieron que en realidad correspondían a constelaciones astronómicas, y mostraron un conjunto de fragmentos de cometas que golpeaban la Tierra. También se piensa que la imagen de un hombre sin cabeza en la piedra simboliza el desastre humano y la gran pérdida de vidas tras el impacto.

Las tallas muestran signos de haber sido cuidadas por la gente de Gobekli Tepe durante milenios, lo que indica que el evento que describen podría haber tenido un impacto duradero en la civilización.

Según Sweatman, esta no es la primera vez que la arqueología antigua ha proporcionado información sobre el pasado de la civilización. "Muchas pinturas y artefactos en cuevas paleolíticas con símbolos de animales similares y otros símbolos repetidos sugieren que la astronomía podría ser muy antigua" , dijo a The Telegraph.

"Si considera que, según los astrónomos, este cometa gigante probablemente llegó al sistema solar interior hace unos 20 o 30 mil años, y habría sido una señal muy visible y dominante del cielo nocturno, es difícil ver cómo la gente antigua podría haberlo ignorado".