jueves, 25 de abril de 2013

Gutenberg: el inventor que cambió el mundo y murió arruinado

Hasta mediados del siglo XV, los libros se difundían a través de las copias manuscritas de monjes y frailes dedicados exclusivamente al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y nobles.
No todos los monjes copistas sabían leer y escribir. Realizaban la función de copistas, imitadores de signos que en muchas ocasiones no entendían, lo cual era fundamental para copiar libros prohibidos que hablasen de medicina interna o de sexo. Las ilustraciones y las mayúsculas eran productos decorativos y artísticos del propio copista, que decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de esos trabajos podía requerir hasta diez años.
La intención inicial de Gutenberg fue la de hacer varias copias de la Biblia en menos de la mitad del tiempo de lo que tardaba en copiar una el más rápido de todos los monjes copistas del mundo cristiano, y que éstas no se diferenciaran en nada de las manuscritas por ellos.
En vez de utilizar las habituales tablillas de madera, que se desgastaban con el uso, confeccionó moldes en madera de cada una de las letras del alfabeto y posteriormente rellenó los moldes con hierro, creando los primeros «tipos móviles». Tuvo que hacer varios modelos de las mismas letras para que coincidiesen todas con todas, en total más de 150 «tipos», imitando perfectamente la escritura de un manuscrito.
Como plancha de impresión, amoldó una vieja prensa de uvas a la que sujetaba el soporte con los «tipos móviles», dejando el hueco para letras capitales y dibujos. Éstos, posteriormente, serían añadidos mediante el viejo sistema xilográfico y terminados de decorar de forma manual.
En Maguncia, el banquero Johannes Fust le concedió un préstamo con el que, en 1449, publicó el «Misal de Constanza», primer libro tipográfico del mundo. En 1452, Gutenberg da comienzo a la edición de la Biblia de 42 líneas (también conocida como Biblia de Gutenberg).
Lo que Gutenberg no calculó bien fue el tiempo que le llevaría el poner en marcha su nuevo invento, por lo que antes de finalizar el trabajo se quedó sin dinero. Volvió a solicitar un nuevo crédito a Johannes Fust, y ante la desconfianza del prestamista, le ofreció entrar en sociedad. Johannes Fust aceptó la propuesta y delegó la vigilancia de los trabajos de Gutenberg a su sobrino, Peter Schöffer, quien se puso a trabajar codo a codo con él a la vez que vigilaba la inversión de su tío.
Tras dos años de trabajo, Gutenberg volvió a quedarse sin dinero. Estaba cerca de acabar las 150 Biblias que se había propuesto, pero Johannes Fust no quiso ampliarle el crédito y dio por vencidos los anteriores, quedándose con el negocio y poniendo al frente a su sobrino, ducho ya en las artes de la nueva impresión como socio-aprendiz de Gutenberg.
Gutenberg salió de su imprenta arruinado y se cuenta que fue acogido por el obispo de la ciudad, el único que reconoció su trabajo, hasta su muerte pocos años después de reconocerse el trabajo.
Peter Schöffer terminó el trabajo que inició su maestro y las Biblias fueron vendidas rápidamente a altos cargos del clero, incluido el Vaticano, a muy buen precio. Pronto empezaron a llover encargos de nuevos trabajos.
 

viernes, 19 de abril de 2013

Gregorio Magno y los ángeles

Beda el Venerable, en su obra Historia ecclesiastica gentis anglorum(Historia eclesiástica del pueblo inglés), cuenta la anécdota de cómo a Gregorio Magno (540-604) se le ocurrió la idea de evangelizar Inglaterra.
En una oportunidad, Gregorio se fijó en unos cautivos que estaban en el mercado público de Roma para ser vendidos como esclavos. Los cautivos eran altos, bellos de rostro y todos rubios, lo que llamó mucho la atención de Gregorio. Movido por la piedad y la curiosidad preguntó de dónde provenían. «Son anglos», respondió alguien. «Non angli sed angeli» («No son anglos sino ángeles»), señaló Gregorio, ejem...
Este episodio motivó a Gregorio para enviar misioneros al norte, trabajo que estuvo a cargo del obispo Agustín de Canterbury.
Cuando Agustín llegó a Inglaterra escribió una carta a Gregorio, preguntándole qué debía hacer con los recintos paganos donde se practicaban sacrificios humanos. La respuesta de Gregorio (escrita en el Libro de Beda) consistió en ratificar una práctica tradicional (en cuevas, dólmenes, recintos sagrados, etc)  que la Iglesia venía realizando desde el siglo IV : «No destruyan los santuarios, límpienlos», en referencia a que los santuarios paganos debían respetarse y ser (re)configurados para el culto católico.

http://es.wikipedia.org/wiki/Gregorio_Magno
 

domingo, 14 de abril de 2013

Títulos del rey Juan Carlos I

"Juan Carlos I, Rey de España, de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Menorca, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de Hungria, de Dalmacia, de Croacia, de las Indias Orientales y Occidentales y de las islas y tierra firme del Mar Océano; Archiduque de Austria; Príncipe de Suabia, Duque de Borgoña, de Brabante, de Milán, de Atenas, de Limburgo, de Lotaringia, de Luxemburgo, de Güeldres, de Estiria, de Carniola, de Carintia, de Wurtemberg y de Neopatria; Marqués de Oristán y de Gociano; Conde Palatino de Borgoña; Conde de Habsburgo, de Flandes, del Tirol, de Artois, de Hainaut, de Namur, de Gorizia, de Ferrete, de Kyburgo, del Rosellón, y de Barcelona; Señor de Vizcaya, de Molina, de Salins, de Malinas, de la Marca Eslovena, de Pordenone y de Trípoli; Landgrave de Alsacia y Margrave del Sacro Imperio Romano y de Burgau. Soberano Gran Maestre de la Insigne Orden del Toisón de Oro y Gran Maestre de todas la órdenes civiles y militares del Estado".
 

miércoles, 3 de abril de 2013

Taylorismo digital

El taylorismo se basa en la aplicación de métodos científicos de orientación positivista y mecanicista al estudio de la relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción industrial, con el fin de maximizar la eficiencia de la mano de obra, máquinas y herramientas, mediante la división sistemática de las tareas, la organización racional del trabajo en sus secuencias y procesos, y el cronometraje de las operaciones, más un sistema de motivación mediante el pago de primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la actividad industrial.
Frederick W. Taylor intentó eliminar por completo los movimientos innecesarios de los obreros con el deseo de aprovechar al máximo el potencial productivo de la industria. Hizo un estudio con el objetivo de eliminar los movimientos inútiles y establecer por medio de cronómetros el tiempo necesario para realizar cada tarea específica.
La división del trabajo planteada por Taylor, efectivamente, reduce los costos y reorganiza científicamente el trabajo, pero encontró una oposición creciente en los trabajadores, que sumado a la crisis de expansión estructural de mercado lo llevaría a una reformulación práctica en el siglo XX que es la idea de fordismo.

Los autores Brown, Lauder y Asthton denominan taylorismo digital a la organización global del denominado trabajo de conocimiento, propio de la revolución informática o tercera revolución industrial, que es sometido al mismo proceso de gestión de organización científica que en su día sufrieron los denominados trabajos artesanales por el taylorismo.
El taylorismo digital somete las tareas, hasta hace poco consideradas no mecanizables -de carácter creativo, intelectual- propio de las clases medias, al mismo destino que las artesanales: son codificadas y digitalizadas, consiguiendo que la capacidad humana de decisión y juicio pueda ser sustituida por programas automáticos con protocolos de decisión informatizados -mecanizados-. Además, por su facilidad de deslocalización y movilidad técnica de los procesos -propia de las conexiones globales informatizadas- los empleos son fáciles de exportar, cambiar y sustituir.
Son los países desarrollados los que más van a sufrir el taylorismo digital ya que las tareas informatizables aumentan día a día y es en los países en desarrollo y subdesarrollados donde se encuentran salarios cada vez más bajos. Los empleados cualificados irán al más bajo postor globalizado. Si esta teoría se materializa, el declive de los sueldos y la satisfacción laboral de la clase media no han hecho más que empezar.