sábado, 31 de diciembre de 2016

Maquiavelo. El mayordomo del diablo

Maquiavelo desempeñó durante varios años el cargo de Secretario de la Cancillería de Florencia, lo que le permitió conocer, entre otros, a César Borgia. Precisamente, por su nunca disimulada admiración hacia este turbio personaje llegó a ser apodado como «el mayordomo del diablo».
http://judithvergaragarcia.wixsite.com/judith-vergara/drawings

Gracias a su intensa actividad diplomática, Maquiavelo conoció los secretos de la vida política, en la que, según él, predominan la manipulación y el engaño, y acabó desarrollando una filosofía política de corte realista que ensalza la razón de Estado, pues lo único importante para cualquier estadista es conservar el poder y mantener el orden. El príncipe deberá ser ante todo un estratega que sepa calcular sus acciones con vistas al único resultado que interesa: el éxito. Los fines, por tanto, justifican los medios.
Con una visión tan descarnada y pesimista de la política y de la condición humana, no es extraño que circule la siguiente leyenda en torno a su muerte: se dice que, ya enfermo y poco antes de morir, Maquiavelo soñó que estaba muerto. En su sueño, tuvo acceso a la visión del paraíso y del infierno. En el paraíso moraban los hambrientos, los mansos y los pobres de espíritu, mientras que el infierno estaba repleto de filósofos, libertinos y hombres de Estado. Cuando Maquiavelo contó su extraña visión, alguien le preguntó que dónde preferiría pasar él la eternidad. 
-Sin lugar a dudas, prefiero la compañía de papas, príncipes y reyes a la de frailes, mendigos y apóstoles.
Maquiavelo fue además un auténtico precursor del trabajo de los analistas políticos y columnistas de nuestros días: «todos estos príncipes nuestros tienen un propósito, y puesto que nos es imposible conocer sus secretos, nos vemos obligados en parte a inferirlo de las palabras y los actos que cumplen, y en parte a imaginarlo» (carta a Francesco Vettori, julio de 1513).
González Calero, Pedro: Filosofía Para Bufones. Ariel, Barcelona, 2007
https://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_Maquiavelo

viernes, 30 de diciembre de 2016

El sesgo de confirmación

http://www.swiss-miss.com/2016/09/unusual-backpack.html
En 1979, un equipo de la Universidad de Stanford llevó a cabo un experimento con sujetos que tenían una opinión muy formada sobre la pena capital, con la mitad de ellos a favor y la mitad en contra.
Cada uno de estos sujetos leyó las descripciones de dos estudios: una comparación de los estados de los Estados Unidos con y sin pena de muerte y una comparación de las estadísticas de asesinatos en un estado antes y después de la introducción de la pena de muerte. Tras una lectura rápida de la descripción de cada estudio, se les preguntó a los sujetos si sus opiniones habían cambiado. Después leyeron una relación mucho más detallada del procedimiento de cada estudio y tuvieron que considerar en qué medida consideraban bien elaborada y convincente la investigación. 
De hecho, los estudios eran ficticios. A la mitad de los sujetos se les dijo que una clase de estudio apoyaba el efecto disuasorio y que el otro lo había minado, mientras que a otros sujetos se les presentaron las conclusiones cambiadas.
Los sujetos, tanto los defensores como los detractores, relataron un ligero cambio en sus posiciones en la dirección del primer estudio que habían leído. Una vez que leyeron las descripciones más detalladas de los dos estudios, casi todos volvieron a sus creencias originales, independientemente de las pruebas aportadas, resaltando los detalles que apoyaban su punto de vista y desatendiendo cualquier detalle contrario. Los sujetos describieron los estudios que apoyaban su punto de vista preexistente como superiores a aquellos que lo contradecían, de modo detallado y específico. Escribiendo sobre un estudio que pareció minar el efecto disuasorio, un defensor de la pena de muerte escribió: «La investigación no cubrió un período lo suficientemente largo de tiempo», mientras que un detractor comentó sobre el mismo estudio: «No hay ninguna prueba fuerte que pueda contradecir las investigaciones que se han presentado».
Los resultados ilustraron que la gente establece estándares más altos en las pruebas para hipótesis que están en contra de sus expectativas vigentes. Este efecto, conocido como «sesgo de desconfirmación», ha sido apoyado por otros experimentos, como el de Taber y Lodge (2006)
Antes de las investigaciones actuales, el fenómeno ya había sido observado de manera anecdótica por escritores, como el historiador griego Tucídides, que escribió en Historia de la Guerra del Peloponeso: «Pues los hombres tienen por costumbre (…) rechazar con razonamientos lo que no les gusta».
https://www.instagram.com/p/BOWS3bTglgj/
También, un pequeño cambio en la formulación de una pregunta puede afectar al modo en el que se busca entre la información disponible y las conclusiones que se alcanzan. 
Eldar Shafir (de la Universidad de Princeton) lo demostró en 1993 usando un caso ficticio de custodia infantil. 
Los sujetos leyeron de múltiples maneras que el padre A era razonablemente adecuado para ser el tutor. El padre B tenía una mezcla de cualidades destacadas positivas y negativas: una relación cercana con el niño pero a su vez un trabajo que le alejaría de él durante períodos largos. Cuando preguntaron «¿Qué padre debería tener la custodia del niño?», el sujeto buscó atributos positivos y una mayoría escogió al padre B. Sin embargo, cuando la pregunta era «¿a qué padre se le debería negar la custodia del niño?» buscaron atributos negativos y de nuevo una mayoría contestó que el padre B, lo que implicaba que el padre A debería tener la custodia.

Imágenes y fuentes:

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Murphy sabe de lo que habla

https://www.instagram.com/paulbobko/
A quienes tienen miedo a los aviones, posiblemente les alegrará saber que Edward A. Murphy, iniciador en 1949 de la colección de leyes catastrofistas que llevan su nombre, era un ingeniero aeronáutico del Air Force Project MX981, un proyecto diseñado para comprobar cuánta deceleración es capaz de soportar una persona en un accidente.
Los experimentos de Murphy se realizaban en tierra. Uno de éstos involucraba el funcionamiento de dieciséis acelerómetros montados en diferentes partes del cuerpo del sujeto. Había dos maneras de montar el sensor, y alguien se dedicó, minuciosamente, a instalar mal los dieciséis. Cuando el experimento fracasó, Murphy lanzó su frase: «Si hay dos o más maneras de hacer algo, y una de ellas puede provocar una catástrofe, entonces alguien la hará».
El sujeto del experimento, el mayor John Paul Stapp, citó la frase unos días más tarde en una rueda de prensa, y al cabo de los meses era una frase común dentro de la ingeniería aeronáutica. La versión de la ley de Murphy «si algo puede ir mal, irá mal», parece ser una versión anterior que ya era común entre los ingenieros.
A John Paul Stapp también se le atribuye una frase que aporta su grano de arena al desaliento: «La universal aptitud para la ineptitud hace de cada éxito humano un increíble milagro».

martes, 27 de diciembre de 2016

Descartes. De la duda metódica al Vaticano

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Descartes se pro­pu­so dudar de todo aquello de lo que fuera posible dudar con la intención de encontrar una verdad que fuera incuestionable. Y así, advirtió que era posible dudar de la existencia de un mundo exterior a nuestros pensamientos e incluso de las verdades matemáticas. Pero también llegó a la conclusión de que por muy exhaustiva y metódica que sea nuestra duda nunca podremos dudar de que estamos dudando. Puestos a dudar, por tanto, podemos dudar de todo menos de la propia duda.
Como dudar es una forma de pensar, Des­car­tes afirmó aquello de «pienso, luego existo». Y a partir de esta primera evidencia, creyó que podía demostrar la existencia de Dios, de donde deducía luego la existencia del mundo extramental. Con ello, Dios se convierte para Descartes en el garante de nuestro conocimiento del mundo.
No es extraño que Bor­ges sentenciara a propósito de esto: «Yo creo que el rigor de Descartes es aparente o ficticio. Y eso se nota en el hecho de que parte de un pensamiento riguroso y al final llega a algo tan extraordinario como la fe católica. Parte del rigor y llega… al Vaticano».
Descartes ha sido llamado «el filósofo enmascarado» porque tanto su vida como su obra estuvieron envueltas en disfraces. El mismo escribió: «De igual manera que los comediantes llamados a escena se ponen una máscara, para que nadie vea el pudor reflejado en su rostro, así yo, a punto de entrar en este teatro del mundo del que hasta ahora sólo he sido espectador, avanzo enmascarado».
https://dostercios.aminus3.com/
Su método filosófico y científico establece una clara ruptura con la escolástica que se enseñaba en las universidades. Está caracterizado por su simplicidad —en su Discurso del método únicamente propone cuatro normas— y pretende romper con los interminables razonamientos escolásticos. Toma como modelo el método matemático, en un intento de acabar con el silogismo aristotélico empleado durante toda la Edad Media.
Intentó sortear la censura, disimulando de modo parcial la novedad de las ideas sobre el hombre y el mundo que exponen sus planteamientos metafísicos, unas ideas que supondrán una revolución para la filosofía y la teología.
Muchas de las precauciones que Descartes tomó a la hora de presentar en sociedad sus descubrimientos tenían que ver con el miedo a ser objeto de la persecución eclesiástica. Así, en 1633, cuando supo que Galileo había sido condenado por la Inquisición, decidió paralizar la publicación de su obra. Según cuenta W. Weischedel, llegó a escribirle una carta a un amigo en la que le decía: «El mundo no conocerá mi obra antes de que pasen cien años de mi muerte». A lo que el amigo respondió en broma que, puesto que la humanidad no podía privarse durante tanto tiempo del acceso a los libros de semejante sabio, tal vez habría que ir pensando en matarlo cuanto antes.

González Calero, Pedro: Filosofía Para Bufones. Ariel, Barcelona, 2007

sábado, 10 de diciembre de 2016

¿Qué es un agujero negro?

Un agujero negro es una región finita del espacio en cuyo interior existe una concentración de masa lo suficientemente elevada como para generar un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, puede escapar de ella.
Juan Carlos Ortega en su libro El Universo para Ulises pone un ejemplo muy ilustrativo para entender qué es un agujero negro. 
http://www.theatlantic.com/photo/2016/09/images-from-offworld/499790/
Pide a Ulises que lance una piedra hacia arriba. La piedra cae. Después lo convierte en un superhéroe y le pide que lance de nuevo la piedra a una velocidad inmensa pero la piedra vuelve a caer...
"La cuestión que podemos plantearnos en este instante es la siguiente: ¿hay alguna velocidad a la que podamos tirar la piedra hacia arriba para conseguir que ésta no regrese jamás? Es una pregunta extraordinaria, y su respuesta nos ofrece la clave para entender la esencia de algunos fenómenos curiosos del universo. Esa velocidad existe, e incluso tiene un nombre. Los físicos la llaman velocidad de escape.
En nuestro planeta, la velocidad de escape es de aproximadamente 11 kilómetros por segundo. Eso significa que, si se lanza con fuerza cualquier cosa hacia arriba a esa velocidad —o a una velocidad superior—, jamás regresará a la Tierra. Continuará en línea recta hacia arriba sin que la gravedad de nuestro planeta pueda hacer nada por recuperarla.
Esos 11 kilómetros por segundo necesarios para que nada regrese al suelo representan una velocidad aplicable sólo a nuestro planeta. Si la Tierra fuera más masiva, atraería a los objetos con más fuerza y, por lo tanto, la velocidad de escape tendría que ser mayor. 
Podemos realizar un ejercicio de imaginación y especular sobre lo que ocurriría en planetas más grandes que el nuestro. Supón que vivimos en un mundo enorme, con una atracción gravitatoria fenomenal que requiera una velocidad de escape de, por ejemplo, 100 kilómetros por segundo. Y nada nos impide ir más allá y aumentar todavía más la masa de nuestro planeta imaginario desde cuya superficie lanzamos piedras hacia arriba. ¿Qué tal un planeta con mucha masa cuya velocidad de escape fuera, pongamos por caso, 150.000 kilómetros por segundo? Ésa es una velocidad enorme, la mitad de la de la luz. En ese caso, sí que tendrías que ser un superhéroe enormemente poderoso para otorgarle a una piedrecita semejante velocidad. Pero podemos imaginarlo sin problema. Tus músculos son impresionantes y lo consigues. La piedra abandona el planeta ultramasivo y no regresa más.
Estamos a punto de llegar a un callejón sin salida, porque si continuamos aumentando la masa de nuestro mundo imaginario, podemos suponer que es tan enorme que la velocidad de escape sea de 300.001 kilómetros por segundo, la velocidad de la luz y un poquito más.
http://illusion.scene360.com/art/84324/jie-ma/
¿Qué pasaría entonces? Muy fácil: que la velocidad que tendríamos que aplicar a una piedra lanzada hacia arriba para que jamás regresara a nuestro masivo planeta sería la de la luz y un poquito más.
Pero ningún objeto puede viajar más rápido que la luz, por tanto, un planeta tan masivo como éste tendría una asombrosa cualidad: nada podría escapar de él. Todo regresaría a su superficie siempre.
¿Cómo sería un planeta así? Vamos a suponer que lo tenemos muy lejos de la Tierra y que lo miramos a través de un telescopio. ¿Qué veríamos exactamente?
Para que pudiéramos hacerlo, la luz tendría que llegar hasta él, rebotar y viajar hasta tus ojos. Pero la velocidad de escape de ese mundo hipotético es un poquito más alta que la velocidad de la luz. Por tanto, para que los rayos incidieran sobre su superficie, rebotaran y regresaran a tus ojos, tendrían que salir de allí a la velocidad de escape. Y esa velocidad es superior a la de la luz. Por tanto, para que lo pudieras ver, la luz tendría que abandonar el planeta a una velocidad superior a la de la luz. La luz tendría que ir más rápido que la luz, lo cual es una contradicción. Conclusión: no podrías verlo jamás.
Un objeto tan masivo, capaz de no dejar escapar nada, ni siquiera la luz, sería perfectamente invisible para ti y para todo el mundo. Resultaría indistinguible del oscuro espacio vacío. Dicho de otro modo: sería negro, completamente negro. Los científicos tienen un nombre para esas cosas tan masivas. Les llaman agujeros negros.
El concepto agujero negro parece algo muy moderno. Su nombre nos evoca todo lo relacionado con los misterios de la nueva cosmología, pero en realidad su existencia ya fue sostenida por un muchacho que nació el día de Navidad del año 1724.
Se llamaba John Michell y ya desde pequeño tuvo una gran vocación religiosa. Acabó convirtiéndose en clérigo, cosa que no le impidió dedicarse a lo que más le gustaba: la geología, inventando incluso varios aparatos tremendamente útiles para medir los movimientos sísmicos. Michell expuso en una carta la posibilidad de que una estrella muy masiva pudiera tener tanta atracción gravitatoria que ni siquiera la luz escapara de ella. Sería un cuerpo oscuro, invisible a través de cualquier telescopio, puesto que ningún rayo de su luz nos llegaría. Todos serían devorados como si la estrella fuera un monstruo gigante.
Ute Kraus CC 2.0 Attribution Sharealike License
Esta idea quedó guardada en el cajón de la ciencia porque todos los físicos de la época la consideraban imposible. Tuvieron que pasar muchísimos años hasta que, en 1968, un físico llamado John Wheeler acuñó el término agujero negro para los objetos que un desconocido geólogo del siglo XVIII había imaginado en soledad.

http://eltamiz.com/2008/02/10/la-vida-privada-de-las-estrellas-los-agujeros-negros/
https://es.wikipedia.org/wiki/Agujero_negro
Ortega, Juan Carlos: El Universo para Ulises, Planeta, 2013.

viernes, 9 de diciembre de 2016

El misterio de Göbekli Tepe

Göbekli Tepe se encuentra en lo alto de una colina en lo que hoy es la provincia de Urfa, en el sureste de Turquía. Es una magnífica estructura construida hace 11500 años (7000 antes que la Gran Pirámide) gracias a los hercúleos esfuerzos no de pobladores neolíticos, sino de cazadores-recolectores que todavía no habían abandonado el modo de vida nómada.
Pero lo más sorprendente es el uso para el que fue erigido. Precediendo a la Biblia hebrea en unos 10000 años, todo parece indicar que Göbekli Tepe era un santuario religioso.
Los pilares de Göbekli Tepe se encuentran dispuestos en círculos de hasta veinte metros de diámetro. Cada círculo contenía en el centro dos pilares adicionales en forma de T, aparentemente figuras humanoides de cabeza oblonga y cuerpo largo y delgado. El más alto de ellos sobrepasa los cinco metros de altura. Su construcción requirió el transporte de enormes piedras, algunas de hasta dieciséis toneladas, a pesar de que se hizo antes de la invención de las herramientas de metal, antes de la invención de la rueda y antes de que la gente aprendiese a domesticar animales como bestias de carga. Más aún, a diferencia de los edificios religiosos de tiempos posteriores, Göbekli Tepe se construyó antes de que la gente viviera en ciudades que pudieran proveer de una fuente numerosa y organizada de trabajadores. En palabras de National Geographic, «descubrir que los cazadores-recolectores habían construido Göbekli Tepe fue como descubrir que alguien hubiera construido un 747 en su sótano con una navaja».
Los primeros científicos que dieron con el monumento fueron unos antropólogos de la Universidad de Chicago y de la Universidad de Estambul, mientras realizaban una prospección de la región en los años 1960. Observaron varias losas de piedra caliza que sobresalían del suelo, pero no les dieron importancia, considerándolas restos de un cementerio bizantino abandonado.
Pasaron tres décadas, y en 1994 un agricultor de la región tropezó con su arado en lo alto de lo que resultó ser un enorme pilar enterrado. Klaus Schmidt, un arqueólogo que trabajaba por aquella zona y que había leído el informe de la Universidad de Chicago, decidió echar un vistazo y estudió el yacimiento hasta su muerte en 2014.
Como Göbekli Tepe es anterior a la invención de la escritura, no disponemos de fragmentos de textos sagrados que, una vez descodificados, arrojen luz sobre los rituales que allí se practicaban. La conclusión de que Göbekli Tepe era un lugar de adoración se basa en comparaciones con prácticas y sitios religiosos posteriores. Por ejemplo, tallados en los pilares de Göbekli Tepe se encuentran diversos animales, pero a diferencia de las pinturas rupestres de la Era Paleolítica, no se corresponden con los animales que los constructores de Göbekli Tepe debían cazar para subsistir, y tampoco representan iconos relacionados con la caza o con las acciones de la vida diaria, sino que representan animales amenazadores como leones, culebras, jabalíes, escorpiones y una fiera parecida a un chacal con la caja torácica expuesta. Se cree que se trata de personajes simbólicos o míticos, el tipo de animales que más tarde se asociaría con la adoración.
Para los antiguos habitantes, visitar Göbekli Tepe debía representar un compromiso muy serio, pues se encuentra en medio de la nada. De hecho, nunca se han hallado indicios de que nadie viviera jamás en aquella área: ni fuentes de agua, ni casas, ni restos de hogares. Lo que sí encontraron los arqueólogos fueron los huesos de miles de gacelas y uros que debieron ser transportados como alimento desde lejanos lugares de caza. Ir a Göbekli Tepe era hacer un peregrinaje, y los indicios señalan que atraía a cazadores-recolectores nómadas de hasta cien kilómetros a la redonda.
Göbekli Tepe «muestra que primero fueron los cambios socioculturales, luego la agricultura», dice Ian Hodder, arqueólogo de la Universidad de Stanford. En otras palabras, el surgimiento de rituales religiosos realizados en grupo parece haber sido una razón importante para que los humanos comenzaran a asentarse a medida que los centros religiosos atraían a los nómadas hacia sus estrictas órbitas, hasta que se formaron pueblos basados en sistemas compartidos de creencias y significados. Göbekli Tepe se construyó en una época en la que todavía rondaban tigres de dientes de sable por los parajes de Asia, y el último de nuestros parientes no pertenecientes a Homo sapiens, un cazador y fabricante de herramientas con aspecto de hobbit, de apenas un metro de estatura, bautizado como Homo floresiensis, tan solo llevaba algunos siglos extinguido. Y, sin embargo, sus antiguos constructores, por lo que sabemos, ya habían pasado de hacerse preguntas pragmáticas sobre la vida a plantearse también preguntas espirituales. «Puede argumentarse sólidamente», dice Hodder, que Göbekli Tepe «es el verdadero origen de las complejas sociedades modernas».
Göbekli Tepe es visto como un descubrimiento arqueológico a partir del que cambia profundamente nuestra comprensión de una etapa crucial en el desarrollo de las sociedades humanas. Parece ser que la construcción de complejos monumentales estaba entre las capacidades de los cazadores-recolectores y no solamente entre las comunidades sedentarias de agricultores, como se había asumido anteriormente. En otras palabras, como su excavador Klaus Schmidt estimó: "primero llegó el templo, después la ciudad." Esta revolucionaria hipótesis podrá ser apoyada o modificada por futuras investigaciones.
Alrededor del inicio del VIII milenio a. C. la "colina panzuda" perdió su importancia.
Pero el complejo no fue simplemente abandonado y olvidado, para ser gradualmente destruido por los elementos, sino que fue deliberadamente enterrado bajo 300-500 metros cúbicos de tierra. El porqué de este comportamiento no lo conocemos, pero preservó los monumentos para la posteridad.

Leonard Mlodinow: Las lagartijas no se hacen preguntas. Critica, Barcelona, 2016

viernes, 2 de septiembre de 2016

Schopenhauer, el pionero

El principal antagonista de Hegel, Schopenhauer, construyó una filosofía fusionando las doctrinas brahmánicas y búdicas con las enseñanzas de Platón y Kant. 
Su sistema quedó definitivamente plasmado en su «obra capital» titulada El mundo como voluntad y representación. A pesar de las grandes expectativas que Schopenhauer había cifrado en su obra, ésta resultó un rotundo fracaso. Tanto fue así que, nueve años después de su aparición, todavía quedaban en los depósitos de la editorial Brockhaus ciento cincuenta ejemplares de una tirada de ochocientos, muchos de los cuales, a su vez, habían sido reciclados en lugar de venderse.
Schopenhauer fue, además, uno de los primeros filósofos en manifestarse abiertamente ateo y uno de los pioneros en la defensa de la naturaleza y de los derechos de los animales, dejando escrito, por ejemplo:  "quien es cruel con los animales no puede ser una buena persona", "una compasión sin límites por todos los seres vivos es la prueba más firme y segura de la buena conducta moral", "ni el mundo es un artilugio para nuestro uso ni los animales son un producto de fábrica para nuestra utilidad" o "el hombre no les debe compasión a los animales, sino justicia".
González Calero, Pedro: Filosofía Para Bufones. Ariel, Barcelona, 2007.

lunes, 29 de agosto de 2016

Cortos de vista y predicciones fallidas (y 2)

En 1858, el canciller británico de hacienda, Benjamín Disraeli (1804-1881), que diez años después sería primer ministro, se opuso ferozmente a la idea de que Gran Bretaña invirtiera una sola libra en la construcción del canal de Suez, pues la empresa era «el intento más inútil y totalmente absurdo». Probablemente, parte de esta oposición se debía al hecho de que el canal estaba siendo financiado por Francia. Lo cierto es que considerando el asunto geográfica y políticamente tenía mucho más sentido que la idea fuese inglesa, dado que el nuevo canal iba a ahorrar el largo camino alrededor de África y el cabo de Buena Esperanza para llegar a India. Cuando el Canal quedó terminado en 1869 le fue extremadamente útil para mantener la dominación inglesa sobre la India.
La magnitud de la empresa, por muchos comparada a la construcción de las pirámides, encendió la imaginación de público, periodistas y escritores, entre ellos el joven Julio Verne. Tras publicar en 1863 su novela Cinco semanas en globo, con la que obtuvo un gran éxito, escribió París en el siglo XX, que ni siquiera llegó a ver publicada por ser demasiado fantástica: ya que los franceses estaban siendo capaces de construir el canal de Suez, Verne consideró muy probable que en el siglo XX fueran capaces de llevar barcos hasta París y transformó a la ciudad en una gran ciudad portuaria. El editor de Verne tenía toda la razón, la novela era demasiado fantástica: telegrafía fotográfica -actualmente conocida como fax—, trenes automáticos, luces nocturnas y un faro (pues era una ciudad marina) situado a sólo unos metros de distancia del emplazamiento actual de la torre Eiffel. El editor rechazó la obra diciendo: «Nadie creerá tus profecías».

Tras patentar el teléfono en 1876, Alexander Graham Bell se dirigió a la Western Union, la compañía de comunicaciones más importante entonces en Estados Unidos gracias al telégrafo, y les ofreció el aparato a cambio de 100.000 dólares. William Orton, presidente de la compañía, rechazó la oferta con la frase: «¿Qué uso podría hacer esta compañía de un juguete eléctrico?». En descargo de Orton se puede decir que quizá tuvo que leer la descripción de la patente: «El método de, y el aparato para, transmitir sonidos vocales u otros telegráficamente [...] causando ondulaciones eléctricas de forma similar a como el aire acompaña las vocalizaciones u otros sonidos». Bell posteriormente fundó la Bell Telephone Company, y el teléfono terminó por devorar al gigante de la telegrafía que lo había rechazado.
En la Bell Telephone trabajó el físico americano Chester F. Carlson (1906-1968), y posteriormente en el departamento de patentes de la empresa de productos electrónicos de Nueva York, P. R. Mallory Company. Harto de hacer copias manuales de los dibujos de las patentes y especificaciones, en 1934 comenzó a buscar una forma de mecanizar el trabajo. En 1940 obtuvo la patente del proceso xerográfico y, aunque durante esos años muchas otras empresas e inventores estaban investigando en el mismo terreno, fue rechazado dos veces por la IBM y una vez por Kodak. El total de empresas que prescindieron de su innovación fue más de veinte. En 1947 se presentó a una empresa al borde de la bancarrota, la Haloid Company, que decidió invertir en el invento como medida desesperada. Funcionó, y la Haloid es conocida como la Xerox Corporation. Carlson se hizo multimillonario.
El director de cine mudo D. W. Griffith (1875-1948), autor de El nacimiento de una nación (1915) e Intolerancia (1916), recibió el encargo, junto con otras celebridades de su tiempo, de escribir para el Saturday Evening Post lo que él estimaba que serían los próximos cien años: «No queremos y nunca querremos voces humanas en la pantalla». Su profecía era muy semejante al grito que tres años más tarde dio el presidente de la Warner Brothers, Hany M. Warner, «¿Quién demonios quiere oír hablar a los actores?», o a la frase de Charlie Chaplin en 1928: «Las películas necesitan sonido tanto como las sinfonías de Beethoven necesitan letras».

A finales de la década de los veinte todo era optimismo en los mercados financieros, y eran frecuentes artículos en revistas femeninas con títulos como Todo el mundo puede ser rico en el que se enseñaba la forma de ganar dinero invirtiendo 15 dólares en la Bolsa. El 17 de octubre de 1929, el profesor de ciencias económicas en Yale, Irving Fisher (1867-1947), autor de numerosos libros y teorías, afirmó: «Las bolsas han adquirido lo que parece un nivel alto permanente». El 24 de octubre, una semana más tarde de esta profecía, comenzó la gran depresión. En los años posteriores la predicción de Fisher fue muy citada, a su pesar.

Y, finalmente, una gran predicción musical. Cuando en 1964 los Beatles se preparaban para su primera gira americana, Alan Livingstone, presidente de Capitol Records, su sello en Estados Unidos, pronosticó: «No creo que consigan nada en este negocio».

miércoles, 24 de agosto de 2016

¿Por qué votamos a un partido? Neurociencia del voto

Pensamos que nuestra decisión de otorgarle el voto a un candidato o a un partido en unas elecciones políticas es el resultado de un proceso razonado, minucioso, en el que sopesamos una serie de factores –programa, pasado, formación, propuestas, personalidad, etc— para llegar a una conclusión que admite un riguroso escrutinio intelectual. Solamente las personas radicales o ignorantes toman decisiones irracionales, víctimas de la manipulación emocional y la propaganda electoral. Pensamos que ejercemos el control de nuestro cerebro, somos conscientes de las estratagemas de los medios de comunicación, las agencias de marketing y  la propaganda política.  Esto es lo que creemos, justamente porque el diseño de nuestro cerebro nos recompensa cuando logramos encontrar evidencia de nuestros razonamientos.
Tomar una decisión es un fenómeno altamente complejo, en el que intervienen numerosas áreas del cerebro, muchas de las cuales se oponen entre sí.  Históricamente consideramos que la razón es la función cerebral más valiosa y efectiva, especialmente en lo que concierne a tomar una decisión: el frío y preciso análisis de la información y sus variables. Heredamos de Platón la idea de que debemos de regular nuestras emociones –esos caballos desbocados—y aplicar el mesurado rigor de la razón. En apariencia incluso la neurociencia parece confirmar esta preponderancia de la razón: la corteza frontal cerebral, el asiento de la razón y el pensamiento analítico, es un rasgo distintivo entre el cerebro humano y el cerebro de otros animales.
En su libro "How We Decide", Jonah Lehrer, explora el proceso cerebral que supone tomar una decisión. 
https://wronghands1.com/2016/07/01/xenophobic-world-map/
En primer lugar, es importante confirmar que los electores con una afiliación política marcada difícilmente cambian de opinión. Entre 500 electores con una fuerte afiliación partidista a los que se les intentó persuadir en Estados Unidos en 1976 sólo 16 cambiaron de opinión y votaron por el otro partido. Otro estudio registró el comportamiento electoral de votantes entre 1965 y 1982, midiendo el flujo de oscilación en la afiliación entre uno u otro partido. Aunque fue una época muy tumultuosa en la política estadounidense, sólo el 10% de las personas que se identificaron como republicanos en 1965 dieron su voto a los demócratas en 1980.
Lo interesante es dilucidar el por qué de esta persistencia partidista
El psicólogo de la Universidad de Emory, Drew Westen, realizó un estudio con resonancias magnéticas en la elección de 2004 en Estados Unidos en el que mostró a los votantes declaraciones contradictorias de cada candidato, George W. Bush y John Kerry. Bush aparecía alabando la labor de los soldados en Irak y prometía servicios de salud gratuitos para los veteranos y luego se le informaba al sujeto del experimento que ese mismo día había suspendido el beneficio médico a 164 mil veteranos. Kerry caía en flagrantes contradicciones sobre su posición sobre la guerra de Irak, votando a favor como senador y luego dando a entender una posición radicalmente opuesta en la retórica de su campaña. Los sujetos del experimento tenían que evaluar el nivel de contradicción de los dos candidatos en una escala del 1-4. No debería sorprendernos saber que los demócratas convencidos valoraron las contradicciones de Bush en lo más alto en la escala (las de Kerry les parecieron poco preocupantes). Los republicanos disculparon las contradicciones de Bush pero hallaron intolerables los deslices de Kerry.
En otro estudio, el científico político de Princeton, Larry Bartels, realizó una investigación en la década de los 90 que apunta en la misma dirección. Durante la presidencia de Bill Clinton, el déficit del presupuesto disminuyó en más del 90%; sin embargo, cuando se le preguntó a electores republicanos en 1996 qué había sucedido con el presupuesto en la presidencia de Clinton, más del 55% dijeron que el déficit se había incrementado. Lo interesante es que los republicanos dentro del grupo de los “muy informados” –que siguen las noticias, leen la prensa y pueden identificar a sus congresistas— no respondieron con mayor precisión que los “poco informados”. Bartels infiere que saber más de política no borra los sesgos partidistas y los electores solo asimilan datos que confirman lo que ya creen. Si la información no se ajusta a su visión política de la realidad, entonces es convenientemente ignorada.*
La naturaleza de nuestro cerebro hace que solo escuchemos lo que queremos, lo demás nos parece ruido. Literalmente, como sugiere un estudio realizado por el psicólogo Timothy Brock y Balloun. Brock y Balloun sometieron a un grupo de fieles cristianos y a un grupo de ateos a un mensaje radiofónico en el que se atacaban la enseñanzas de la Iglesia; para hacerlo más interesante, añadieron un ruido molesto a la grabación. El oyente podía reducirlo simplemente apretando un botón para aclarar el contenido del mensaje. Los no-creyentes siempre intentaban reducir la estática para escuchar bien el mensaje; los creyentes en cambio preferían el mensaje tal cual, con una dosis de ruido que lo hacía más difícil de oír. Dice Jonah Lehrer “Todos silenciamos la disonancia cognitiva a través de una ignorancia autoimpuesta”.
Aún más. Solemos creer que elegimos libremente lo que vamos a hacer. Sin embargo, desde 2008 se conoce que unas milésimas de segundo antes de ser conscientes de nuestra decisión el cerebro ya la ha tomado, y no es hasta después cuando adquirimos consciencia de lo que hemos decidido. Es decir, la actividad neural preconsciente precede a la decisión consciente que se cree tomada libremente. El estudio en cuestión consistió en visualizar la actividad cerebral con técnicas de neuroimagen durante la toma de decisiones conscientes rápidas y simples en un grupo de voluntarios. Estas decisiones consistían en mover un dedo cuando se quisiera, a intervalos irregulares para no poder predecir su movimiento. Pues bien, la actividad cerebral asociada a esta decisión se detectó en los lóbulos prefrontal y parietal milisegundos antes de que los sujetos fuesen conscientes de que iban a mover el dedo. Para el cerebro, esos milisegundos son casi una eternidad. Esto también se ha demostrando recientemente para decisiones más complejas y abstractas, como qué opción política vamos a votar en una elecciones, o qué alternativa apoyamos en un referéndum. Entonces, ¿sobre la base de qué el cerebro decide el voto?
Cierto que cada persona tiene unas preferencias políticas, aunque no siempre se traduzcan en el voto que termina emitiendo. Por extraño que parezca, la tendencia política se correlaciona con rasgos biológicos concretos. Por ejemplo, un estudio del 2007 indicó que la orientación política de las personas queda reflejada, en parte, en diferencias de funcionamiento de un mecanismo cognitivo relacionado con el autocontrol. Se observó que el conservadurismo extremo se asocia a poca flexibilidad –en el sentido de predisposición cognitiva– a cambiar las respuestas habituales ante los conflictos, entendiendo por conflicto las discordancias que puede haber entre las respuestas que uno suele dar ante una situación determinada y las posibles respuestas alternativas más útiles en cada caso concreto.
Dicho de otro modo, las personas que manifiestan un conservadurismo más extremo responden más adecuadamente a cuestiones en las que la respuesta óptima presenta menos variables, mientras que las liberales lo hacen cuando no hay una respuesta óptima predeterminada. En este contexto, los conceptos de conservador y liberal se refieren al espectro político de EEUU, donde se hizo el estudio. Esta actividad diferencial reside en un grupo concreto de neuronas de la parte anterior del cíngulo, una zona del cerebro vinculada al control de las emociones.
En otro estudio realizado en 2013 se exploraron las diferencias en la función cerebral entre progresistas ("liberales", demócratas o de izquierdas) y conservadores ("republicanos", de derechas) a la hora de asumir decisiones arriesgadas. Aunque el comportamiento final de progresistas y conservadores no fue diferente, su actividad cerebral sí lo fue. Las personas de izquierdas mostraron (curiosamente) una actividad mayor en la ínsula izquierda, también implicada en el procesamiento de las emociones, mientras que los conservadores mostraron mayor actividad en la amígdala derecha. Los resultados sugieren procesos cognitivos distintos y evidencian que los conservadores muestran una mayor sensibilidad a los estímulos amenazantes. Con esto no se afirma que nuestra estructura cerebral controle de manera estricta nuestra tendencia política –eso sería una afirmación excesivamente reduccionista–, pero sí se puede afirmar que hay un claro vínculo entre nuestra biología y la tendencia política que manifestamos, entendida a grandes rasgos y considerando la media de la población.
Otro aspecto muy estudiado es la imagen pública del candidato, al fin y al cabo, la persona en quien se concreta el voto. En un estudio publicado en 2008 realizado por equipos americanos, irlandeses y surcoreanos, se encontró que la apariencia física de los candidatos era importante sobre los resultados electorales, es decir, que el físico influye mucho sobre el voto. Uno de los resultados más sorprendentes fue que las atribuciones negativas a la apariencia ejercen mucha mayor influencia que las positivas a la hora de votar. Los candidatos que habían perdido las elecciones en esos diferentes países provocaban una activación evidente de dos zonas del cerebro encargadas de procesar los estímulos emocionales de valor negativo. En cambio, los candidatos ganadores no suscitaban ninguna activación de esas zonas. Es decir, lo que no gusta de los políticos es más importante que lo que gusta. Se vota más pensando en evitar que otros ganen que no deseando realmente que gane el partido al que se vota. Los ganadores lo son porque los ciudadanos quieren evitar que los otros gobiernen.
* Por otra parte, Noam Chomsky hace hincapié reiteradamente en cómo las elecciones en Estados Unidos son en realidad batallas de agencias de relaciones públicas, en las que el candidato es el producto y aquel que tiene mayor presupuesto generalmente gana (el Center for Responsive Politics tiene estadísticas que señalan que 9 de 10 veces el candidato con mayores fondos gana la elección). 
http://pijamasurf.com/2012/06/la-neurociencia-del-voto-lo-irracional-de-una-eleccion/
http://www.ub.edu/geneticaclasses/davidbueno/Articles_de_divulgacio_i_opinio/La_Vanguardia/2013/13-07-06_Como_vota_el_cerebro.pdf
http://www.jonahlehrer.com/
http://www.photoeye.com/bookstore/citation.cfm?catalog=ZG799
http://thisisnthappiness.com/post/147915424129/if-im-late-start-with-out-me
http://thisisnthappiness.com/post/146665154149/no-one-saves-us-but-ourselves-chris-milnes
http://thisisnthappiness.com/post/144561149474/all-roads-lead-to-nowhere
http://www.brooklynstreetart.com/theblog/

lunes, 22 de agosto de 2016

¿Existió un Diluvio Universal?

"Yahvé observó que los hombres se estaban multiplicado sobre la faz de la Tierra y la violencia y la maldad crecía en ellos. De hecho, la violencia era tanta que, a los ojos de Yahvé, la Tierra estaba arruinada, por lo que decidió destruir esa generación".
Así comienza el relato bíblico del Arca de Noé, en el que se narra cómo, por orden de Dios, el patriarca Noé construye una embarcación para su salvación y la de su familia quienes, preservados del diluvio universal, repoblarían la Tierra con su descendencia.
Esta historia se encuentra tanto en los textos sagrados del judeocristianismo (la Torah y el Antiguo Testamento) como en el Corán. Su origen puede remontarse al mito sumerio de Ziusudra, incluido en un poema épico de la mitología Caldea llamado Atrahasis. También en otro mito sumerio, el de Utnapishtim, en el que se cuenta cómo un antiguo rey fue advertido por su dios personal de que construyera una embarcación en la que escaparía de un diluvio enviado por el consejo superior de los dioses.
Pero los mitos acerca de grandes inundaciones se encuentran no sólo en sociedades de Oriente Próximo, sino también en muchas otras civilizaciones antiguas de todo el mundo. Podemos descubrir relatos sobre un gran diluvio (además de en las antiguas tablillas sumerias), en el Deucalión de la mitología griega, en la ciencia de los k'iche 'y los pueblos mayas de Mesoamérica, en el mito Gran Yu o Gun-Yu de China, en las historias de la tribu Lac Courte Oreilles Ojibwa de América del Norte y en las historias de los Muiscas. Uno de estos textos -uno de los más antiguos e interesantes- proviene de la mitología hindú, y si bien existen discrepancias, no deja de ser fascinante la cantidad de similitudes que comparten la historia de Noé y su Arca y la de Manu Vaivasvata y su gran barco lleno de animales y semillas para repoblar la tierra.
Por otra parte, recientes excavaciones realizadas en China confirman grandes inundaciones sufridas hace 4.200 años y que apuntan que el legendario Gran Yu existió realmente.
Qinglong Wu, director del estudio, concluye que sus resultados "implican un menor número de contradicciones" que otras explicaciones alternativas. Todo parece apuntar a la veracidad de los textos ancestrales. “Parece que ahora sí que podemos añadir la historia de una gran inundación en China a la creciente lista de leyendas de antiguas catástrofes que pueden tener sus raíces en hechos reales”, ha concluido a su vez David Montgomery.
Además, hace más de 4.000 años se produjeron también  grandes migraciones  desde el Cáucaso a Occidente, y la población de Europa cambió por dichos movimientos migratorios. Se desconoce lo que motivó estas corrientes migratorias. ¿Tal vez tuvieran relación con el Diluvio? 
Por el momento, existen varias teorías que explican el origen de la historia del diluvio universal. 
La más popular se refiere a la inundación del Mar Negro. Esta teoría fue propuesta inicialmente en 1990 por dos científicos de la Universidad de Columbia, William Ryan y Walter Pitman. Los arqueólogos han encontrado evidencias de restos de un barco naufragado y antiguas cerámicas, así como restos de personas que murieron en un gran diluvio en el Mar Negro hace unos 7000 años. Estiman que más de 150.000 kilómetros cuadrados de tierra se hundieron bajo el agua en un periodo muy corto de tiempo. Esta teoría sugiere que el desastre de la inundación pudo haberse narrado más adelante con la historia de Noé y el diluvio universal.
Otra, muy relacionada con esta, afirma que hace más de 8.000 años, un inmenso trozo de hielo se desprendió en el Atlántico Norte y provocó una subida de hasta 1,4 metros en el Mediterráneo. Como consecuencia, el Mar Negro (un lago de agua dulce durante el Holoceno) se inundó de agua salada y provocó un gran desplazamiento de población entre los primeros campesinos humanos, que hicieron posible una temprana expansión de la agricultura por el resto de Europa.
Las comunidades que vivían en las orillas de los mares Mediterráneo y Negro fueron las más vulnerables. Ya no podían cultivar. Se estima que llegaron a inundarse hasta 72.700 kilómetros cuadrados en la época de la máxima inundación, que habría durado unos 34 años.
Otra teoría, que fue propuesta por el arqueólogo Bruce Masse en 2004, se refiere a que un cometa se estrelló en la Tierra hace 5000 años, creando enormes tsunamis y cambios en el clima que llevaron a la inundación de muchas áreas. Su evidencia se basa en relatos mitológicos y dibujos antiguos, pero no hay ningún indicio sólido para apoyar esta visión. Lo que sí parece demostrable es el impacto de un cometa fragmentario sobre la superficie terrestre que hace unos 12.900 años causó un enorme enfriamiento global y la desaparición de 35 especies de mamíferos diferentes.
¿Llegaron tarde a la puerta de embarque del arca? ;)
http://www.ancient-origins.es/noticias-general-orígenes-humanos-religiones/la-sorprendente-similitud-entre-la-leyenda-hindú-la-inundación-manu-el-relato-bíblico-noé-002466
https://es.wikipedia.org/wiki/Arca_de_No%C3%A9
http://www.ancient-origins.es/noticias-historia-arqueologia/inundaciones-china-hace-4200-ños-apuntan-que-el-legendario-gran-yu-existió-realmente-003691
http://axxon.com.ar/not/179/c-1797032.htm
http://www.ancient-origins.es/ciencia-y-espacio-evoluci-n-y-or-genes-humanos-or-genes-humanos-ciencia/el-diluvio-universal
https://bibliotecavilareal.wordpress.com/tesoros-digitales/catastrofes/

lunes, 15 de agosto de 2016

Cortos de vista y predicciones fallidas (1)

En 1830 el astrónomo Dyonisius Lamer (1793-1859) anunció que un barco de vapor jamás podría cruzar el Atlántico porque para ello necesitaría más carbón del que podía llevar a bordo. Del ferrocarril dijo algo parecido: los pasajeros morirían ahogados, pues a esa «tremenda» velocidad no podrían respirar.
En 1899, Charles H. Duell, el comisario de la Oficina de Patentes de Estados Unidos, le escribió una carta al presidente de Estados Unidos, William McKinley (1843-1901), pidiéndole que aboliera la oficina de patentes: «Todo lo que se puede inventar ha sido inventado».
El 10 de diciembre de 1903 el New York Times afirmó que era completamente inútil que la gente intentara volar, y advertía a Samuel Langley, en aquel entonces enzarzado en la construcción de una máquina voladora, que abandonara el proyecto y no derrochara tiempo, dinero y prestigio: «La vida es corta, y [Langley] es capaz de realizar servicios a la humanidad incomparablemente mayores de los que pueden ser obtenidos intentando volar. [...] Para estudiantes e investigadores del tipo de Langley hay empleos mucho más útiles». Una semana después de publicarse este texto los hermanos Wright realizaron su primer vuelo exitoso.
Algunos años después, en 1910, el astrónomo americano William H. Pickering escribió que «la imaginación popular a menudo se representa gigantescas máquinas voladoras lanzadas a través del Atlántico y transportando innumerables pasajeros de una forma análoga a nuestros modernos barcos de vapor. [...] Parece seguro decir que tales ideas son completamente visionarias, y que incluso si una máquina pudiera cruzarlo con uno o dos pasajeros el precio sería prohibitivo para cualquiera excepto para aquellos capitalistas que pueden poseer un yate propio». 
El premio Nobel de Física, Albert Michelson (1852-1931), afirmó en 1903 que «las leyes más importantes y fundamentales de la Física han sido todas descubiertas, y éstas están actualmente tan firmemente establecidas que la posibilidad de ser jamás complementadas excede lo remoto».
La cosa tuvo su ironía, porque Albert Michelson, en compañía de Edward Williams Morley (1838-1923), demostró que no había un éter a través del cual viajara la luz, y que un fotón emitido desde la Tierra no tenía una velocidad igual a la de la luz más la de la Tierra, sino sólo la velocidad de la luz. En gran parte impulsado por estos resultados, Einstein desarrolló su teoría de la relatividad, un cambio completo de las leyes de la física sólo dos años después de que Michelson pronunciara su famosa profecía. 
Pero no solo se equivocan científicos y periodistas. 
El gran filósofo (pero pésimo arúspice) Auguste Comte(1798-1857) aseguró que una máquina jamás tendría fuerza suficiente como para escapar del campo gravitatorio de la Tierra y llegar a otros planetas.

Fuentes: 
Peter Villanueva Hering:  Errores falacias y mentiras. 
http://www.malavida.com/listas/tecnologia-de-hoy-imaginada-hace-100-anos-005622 
http://th.physik.uni-frankfurt.de/~jr/physpiceingroup.html

miércoles, 10 de agosto de 2016

Decepción y recuerdo. El experimento clásico de Leon Festinger

La decepción es el concepto básico del experimento realizado por Leon Festinger en 1959. Tenía la esperanza de exponer la disonancia cognitiva en un experimento que fue hábilmente disfrazado como un experimento de desempeño.
El experimento consistió en pedir a una serie de sujetos que realizasen una tarea muy aburrida. Al concluir la tarea los dividió en tres grupos, les preguntó qué les había parecido la tarea y todos opinaron que les resultó muy aburrida. A los sujetos del primer grupo, el grupo control, les dijo que el experimento había concluido y que se podían ir. A los sujetos del segundo grupo, les dijo que afuera se encontraba una persona que tenía que realizar la tarea pero que no estaba muy convencida, así que les daría 1 dólar si le decían que la tarea fue muy divertida, con los del tercer grupo hizo lo mismo, pero en vez de un dólar les dio 20. Posteriormente los integrantes del segundo grupo serían informados de que los del tercer grupo recibieron una suma mayor de dinero.
Al cabo de una semana Festinger llamó a todos los sujetos para preguntarles de nuevo qué les pareció la tarea, los del primer y tercer grupo reafirmaron su anterior respuesta, que la tarea había sido muy aburrida.
Sorprendentemente descubrió que los del segundo grupo creían que la tarea fue divertida. La explicación de por qué en el tercer grupo no se produjo el efecto de disonancia cognitiva, es que al haber sido pagados ya tenían una justificación para la mentira dicha, por lo cual no debieron modificar su percepción del experimento. Las personas del segundo grupo de control, por el contrario, no tenía justificación para la mentira (solo les pagaron 1 dólar), por lo que debieron modificar sus percepciones del experimento y comenzar a considerarlo divertido.

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http://thisisnthappiness.com/
http://arrestedmotion.com/2016/07/releases-paco-pomet-habia-una-vez-once-upon-a-time-print/
http://thisisnthappiness.com/post/148717079674/dont-bother-with-the-local-girls-michael-donovan
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Sesgos_cognitivos

domingo, 7 de agosto de 2016

Hegel, el hermético

La dificultad para entender el pensamiento de Hegel es proverbial. En el Prólogo a la Fenomenología del Espíritu escribió, entre otras cosas igual o más difíciles de entender: “Solo lo espiritual es real; es la esencia o el ser en sí lo que se mantienen y lo determinado -el ser otro y el ser para sí- y lo que permanece en sí mismo en esta determinabilidad o en su ser fuera de sí o es en y para sí. Pero este ser en y para sí es primeramente para nosotros o en sí, es la sustancia espiritual”
Como escribió Pedro González Calero: “Para mí, sin comentarios; para sí, no sé.”
De la supuesta sabiduría de Hegel dijo Schopenhauer que no era más que "una payasada filosófica, un galimatías repugnante, un oscuro encadenamiento de insensateces y disparates que a menudo recuerda a los delirios de un lunático". En su Parerga y Paralipomena escribió:
"Si se quiere embrutecer adrede a un joven y hacerle incapaz de toda idea, no hay remedio más eficaz que el asiduo estudio de las obras originales de Hegel”
Schelling, por su parte, afirmaba sobre la oscuridad reinante en la filosofía de su tiempo: “En filosofía, el grado en que cada uno se aparta de lo inteligible casi se ha convertido en la medida de su maestría”. Lo gracioso de estos filósofos, decía Heine, es que encima se quejan de no ser comprendidos.
Según se cuenta, las últimas palabras de Hegel fueron: 
-Hubo uno que me entendió y ni siquiera ése me entendió.
Pero hay una parodia de esta leyenda, que parece aludir a Marx (pues Marx asumió la dialéctica hegeliana, pero dándole un carácter materialista), según la cual las palabras de Hegel deberían haber sido estas otras: 
-Hubo uno que me entendió y a ese no lo entendí yo.
González Calero, Pedro: Filosofía Para Bufones. Ariel, Barcelona, 2007.
https://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_Schopenhauer
https://eldesafiodelpensamiento.wikispaces.com/Hegel+-+Schopenhauer%C2%A0(2)
https://www.instagram.com/p/BH5GKZKjbV4/

viernes, 5 de agosto de 2016

Muerte, sexo y mestizaje. El misterio de la extinción de los neandertales y otras noticias.

Durante los meses de junio y julio de 2016 han aparecido varias noticias que aclaran algunas cuestiones pero abren nuevas incógnitas sobre los orígenes del ser humano.
El Homo Neanderthalensis fue la especie predominante en Europa hace 45.000 años. Varios asentamientos en Alemania han sido analizados para intentar determinar su evolución demográfica. Los hallazgos arqueológicos muestran cómo estos grupos desaparecieron súbitamente inmediatamente después de conseguir su plenitud demográfica. En el estudio, dirigido por el profesor Jürgen Richter, se expone que para el período comprendido entre 110.000 y 70.000 años hay sólo cuatro sitios de asentamiento conocidos, mientras que en el período de entre 70.000 y 43.000 años hay noventa y cuatro. Menos de 1000 años después se produjo la extinción absoluta. Esto es, se llega a la conclusión de que los neandertales alcanzaron su pico poblacional justo antes de que su población disminuyera rápidamente y finalmente se extinguiera.
El número de sitios, su análisis y el análisis de las herramientas encontradas en estos asentamientos indican que la población neandertal en Alemania estaba sujeta a fluctuaciones demográficas extremas. En esta zona durante el Paleolítico Medio, parece que se produjeron cíclicamente varias migraciones, aumentos de población y posteriores disminuciones, hasta llegar a la extinción en ciertas áreas y luego un retorno de colonos a estos sitios.
El motivo de esa drástica desaparición todavía no está claro. Tal vez pudo ser debido a la baja diversidad genética o, posiblemente, al rápido ascenso demográfico del Homo Sapiens. 
Otro grupo internacional de investigadores ha descubierto la primera evidencia de canibalismo neandertal del norte de Europa, datada hace 40.500 a 45.500 años, en el yacimiento de Goyet (Bélgica), donde se han identificado 99 restos óseos pertenecientes a un mínimo de cinco individuos. La comparación de los vestigios neandertales con otros restos de fauna como caballos y renos recuperados en el mismo yacimiento "sugiere que las tres especies fueron consumidas de manera similar". Además se ha constatado que los restos óseos de sus congéneres fueron utilizados como percutores blandos en la fabricación de herramientas de piedra.
Al hacer un análisis completo del ADN mitocondrial de diez neandertales, los investigadores duplicaron los datos genéticos existentes en esta especie que se extinguió hace unos 30.000 años. Se confirmaron los resultados de estudios anteriores, al mostrar relativamente la poca variación genética en el final de los neandertales europeos. En otras palabras, estaban estrechamente relacionados entre sí. Esta gran uniformidad genética, a pesar de las distancias geográficas, indica que la población neandertal que habitaba Europa "era de pequeño tamaño".

En el otro extremo del mundo, Indonesia, una nueva evidencia ha revelado que los humanos modernos probablemente emplearon el fuego en la cueva de Liang Bua (Isla de Flores) hace 41.000 años, reduciendo la brecha de tiempo entre el último Homo floresiensis y los primeros humanos modernos en este sitio. La sedimentología y el estudio de láminas delgadas en algunos hogares hallados en la cueva de Ling Bua, certifican que fueron realizados por humanos modernos hace 41.000 años. Según los últimos estudios el 'hobbit' desapareció hace 50.000 años, al mismo tiempo que llegaba el Homo Sapiens al sudeste asiático. Estos hogares pueden ser una prueba de su relación directa y de que el hombre moderno pudo ser (¿una vez más?) el principal condicionante de la desaparición del Homo Floresiensis.
Por otra parte, en los últimos años, la historia de nuestra especie se ha convertido en una interesantísima película de sexo y mestizaje. Primero supimos que sapiens y neandertales no eran las dos especies aisladas que se pensaba, pues repetidamente tuvieron hijos fértiles desde hace unos 55.000 años. Después, el análisis genético de restos fósiles hallados en Siberia y el de humanos actuales desveló que nuestros ancestros también tuvieron descendencia con los denisovanos, de quienes hasta hace pocos años no se sabía ni que existían, hace unos 50.000 años. Su ADN está aún presente en australianos y habitantes del sur de Asia. Y ahora, un equipo de científicos españoles e indios publican pruebas de que hubo un tercer intercambio de fluidos y genes con otro antepasado cuyo rastro puede encontrarse aún en el genoma de los habitantes de las islas de Andamán, en la India.

Los investigadores han analizado el genoma de 70 indios, 10 de ellos del archipiélago de Andamán, para intentar averiguar cuál es el origen de sus gentes. Con la tez oscura, el pelo muy rizado y una estatura de pigmeos, estos humanos son muy diferentes a los indios del continente. Una vieja teoría del siglo XIX decía que esta población descendía de un grupo diferente al de los humanos que salieron de África hace unos 60.000 años para poblar el resto del planeta y  del que descendemos todos los Homo sapiens.
El estudio, publicado en Nature Genetics, ha demostrado que esa teoría no tiene ningún fundamento y que los pobladores de Andamán son genéticamente muy parecidos a cualquier otro humano del mundo. Su estatura posiblemente se deba a que hubo en ellos una fuerte selección natural y, al vivir en una isla, se enanizaron, como se ha demostrado que pasó con otros mamíferos y posiblemente también con el famoso hobbit de Flores, según los autores del trabajo. El color de la piel de estas personas, tan oscuro, posiblemente no ha sufrido modificación en todo este tiempo y es probablemente el que tenían todos nuestros ancestros antes de abandonar el continente africano.
Lo más sorprendente del trabajo es que el genoma de esta población contiene fragmentos que no se corresponden con los de ningún humano actual. Los investigadores creen que se trata de restos del genoma de un antepasado extinto con el que los sapiens se cruzaron y tuvieron hijos fértiles, aunque se ignora la identidad de ese homínido.  Se trataría de un homínido emparentado con neandertales y denisovanos, con los que compartió un ancestro común, pero bien diferenciado de ellos. Por ahora no hay forma de saber quién era este tercer compañero de cama, aunque podría tratarse del Homo erectus, el ancestro que ya caminaba erguido como nosotros hace unos dos millones de años.
Chris Stringer, paleoantropólogo del Museo de Historia Natural de Londres, considera que "este estudio también corrobora que solo hubo un evento de salida de África hace unos 60.000 años y que la existencia de este cruce refuerza la posibilidad de que el Homo erectus sobreviviera hasta hace unos 60.000 años en esta región, algo que aún no se ha podido confirmar con fósiles". 

Como vemos, todas las noticias hacen referencia a un periodo muy "concreto" (en términos evolutivos) de la historia del ser humano en lugares muy alejados entre sí que vuelven a cuestionar unos modelos excesivamente simplistas de la evolución humana. 

Fuentes:
http://arqueologiaenred.paleorama.es/2016/07/los-neandertales-en-centroeuropa-se.html
http://arqueologiaenred.paleorama.es/2016/07/te-has-comido-al-vecino-evidencias-de.html
http://elpais.com/elpais/2016/07/21/ciencia/1469101737_041094.html
http://diegoiguna.blogspot.com.es/search/label/prehistoria
http://www.taringa.net/comunidades/mexica/6079124/Hombre-denisovo.html
http://www.temporamagazine.com/practicas-postmortem-del-homo-sapiens-neanderthalensis-canibalismo-mito-o-realidad/