lunes, 29 de diciembre de 2014

Confabulación: lo que cuentas sobre ti no es verdad

En la película Big Fish, Edward Bloom es un joven (Ewan McGregor) con una gran imaginación que crece para convertirse en un viejo y divertido contador de historias (Albert Finney); la trama toma otra dimensión cuando su hijo cuestiona la veracidad de estas historias. Edward defiende hasta la muerte, literalmente, su derecho a contar su pasado no como realmente fue, sino como le gustaría que hubiera sido. Estrictamente no miente: retoca, añade, suprime; en suma, convierte su vida en una obra de ficción.
El caso del asesino John Pridmore podría ser su reverso exacto: después de matar a un hombre, Pridmore comenzaba a elaborar explicaciones más y más elaboradas para justificar su crimen y mantener una sensación de control. Pridmore podría ser un psicópata, pero en su propia mente, el poder de la confabulación creaba una historia paralela: se convenció a sí mismo de ser más listo que sus acusadores, y eventualmente se redimió a sí mismo por la fe, reinventándose como pastor cristiano anunciando la redención.
http://www.dezeen.com/2014/12/27/top-10-design-installations-2014/
De hecho, el cerebro tiene una poderosa habilidad de llenar huecos y encontrar asociaciones, de crear historias que tengan sentido utilizando los materiales de nuestra percepción y de nuestra memoria; el problema es que estas historias no son recuentos veraces, sino recuerdos puntuales parecidos a los que tenemos con los sueños.
El psicólogo cognitivo Ulric Neisser describe la memoria como un trabajo paleontológico: los fragmentos de la experiencia se encuentran dispersos y en diferentes niveles de conservación en el interior de nuestra codificación inconsciente. Al recordar, reconstruimos los eventos como si fueran dinosaurios hechos de memorias inexactas o piezas que no encajan.
http://instagram.com/finn
El proceso de confabulación fue descrito primero por el psiquiatra ruso Sergei Korsakoff, como parte de la sintomatología del Alzheimer y el síndrome de Korsakoff, donde los pacientes a menudo describen eventos que no ocurrieron realmente como si hubiesen ocurrido. Oliver Sacks ha escrito sobre confabulaciones en amnésicos que “no son fabricaciones concientes. Son, en lugar de esto, una estrategia, un intento desesperado –inconciente y casi automático— de otorgar algún tipo de continuidad, una continuidad narrativa, cuando la memoria, y por tanto la experiencia, se escapaba a cada instante”. 
Así, la memoria no es un lugar sino una red de asociaciones que no permanecen inmutables en el tiempo, y que a menudo obedecen a las exigencias o limitaciones del momento presente.

Fuentes:
Sacks, Oliver: El Hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Barcelona, Anagrama, 2004.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Mamuts y dientes de sable desaparecieron a causa del impacto de un meteorito

Hace 12.800 años el clima en la Tierra sufrió un repentino enfriamiento, que duró 1.300 años, cuyo origen ha estado poco claro para la ciencia. La teoría de que se debió al impacto de un meteorito en Norteamérica vuelve ahora a tomar fuerza, tras haber sido muy discutida, después de que un equipo internacional de investigadores haya logrado identificar en México el lugar en el que colisionó un gran meteorito en esa época.
Un equipo compuesto por 16 investigadores de varias universidades ha encontrado en el Lago Cuitzeo una capa de sedimento muy fino con una composición de elementos muy extraña surgida hace 13.000 años, Según los autores del estudio, esta es el resultado del impacto de un objeto cósmico contra la tierra.
Esta colisión, que dejó una capa negra rica en carbono y nanodiamantes, de unos 10 centímetros, estaría en el origen de ese cambio climático, que inició el periodo gélido conocido como Dryas Reciente. Las últimas hipótesis apuntaban hacia un cambio en la corriente del Golfo de México, que habría descargado demasiada agua dulce en el Atlántico Norte, pero este trabajo abre otra posibilidad. De hecho, hace 65 millones de años un impacto, mucho mayor, provocó el cambio atmosférico que acabó con los dinosaurios.
http://www.europapress.es/ciencia/astronomia/noticia
-confirman-asteroide-causo-ultima-edad-hielo-20140915165753.html
Los científicos, dirigidos por Isabel Israde-Alcántara, de la Universidad de Michoacán (México), recabaron pruebas que consideran concluyentes, a 2,8 metros de profundidad. Los nanodiamantes, argumentan, son de una familia compatible con una gran colisión cósmica; además los investigadores identificaron las huellas de esférulas (pequeñas bolas), que habrían chocado a gran velocidad durante el impacto.
Los datos del lago Cuitzeo sugieren que fue un asteroide o un cometa de grandes dimensiones fragmentado en pedazos, algunos de varios cientos de metros de diámetro. Este objeto habría entrado en la atmósfera en un ángulo muy bajo, provocando tanto calor que la colisión quemó toda la vegetación que había alrededor e incluso derritió las rocas de la superficie. Como consecuencia, hubo un importante cambio en el clima.
"Estos resultados son consistentes con otros hallazgos en Norteamérica, como la rápida extinción de la megafauna que había entonces, las modificaciones que hubo en el ecosistema e incluso la reducción de las poblaciones humanas y en las transformaciones culturales que hubo", señala Kennett.
Mamuts y tigres dientes de sable.
(Foto: Mauricio Anton/Oregon State University)
Tras esta gran colisión, hace 12.900 años, habrían desaparecido mamuts, mastodontes, tigres dientes de sable y grandes lobos. "Existe la sincronización entre estos extraordinarios cambios ambientales y bióticos, que también hemos detectado en el mismo lago, y el impacto. Fue una disrupción repentina, muy grande, que ya se conocía, sin conocer la causa", apunta el investigador californiano.
El Dryas Reciente se ha relacionado con la adopción de la agricultura en el Creciente Fértil: el frío y la sequía obligaron a sedentarizarse a las poblaciones humanas (cultura natufiense), que tuvieron que buscar métodos de subsistencia más adaptables a los cambios ambientales.

http://www.jstor.org/stable/10.1086/677046
http://www.publico.es/544366/confirman-que-un-asteroide-causo-la-ultima-edad-de-hielo
http://www.europapress.es/ciencia/astronomia/noticia-confirman-asteroide-causo-ultima-edad-hielo-20140915165753.html

martes, 16 de diciembre de 2014

Los vikingos en España

Los cristianos los llamaban nordomanii o lordomanii y los musulmanes mayus o «adoradores del fuego». Eran los vikingos.
Desde finales del siglo VIII, los normandos iniciaron el saqueo de las costas francesas y británicas. Carlomagno hizo todo lo posible por defender sus costas, pero era difícil encontrar una estrategia apropiada que contrarrestase las tácticas vikingas. Los diablos rubios mostraban especial predilección por el saqueo de los ricos monasterios e iglesias de los francos, casi todos ellos presas cómodas y sustanciosas puesto que eran ricos y se alzaban cerca del mar o a orillas de ríos, en lugares, por tanto, de fácil acceso para las veloces y ligeras embarcaciones de aquellos bárbaros.
Cuando los ataques se repitieron y fueron haciéndose cada vez más frecuentes, el pánico se adueñó de la tierra. En los rezos de algunas iglesias se incluyó la plegaria A furore normanorum libera nos (Señor, líbranos del furor de los normandos). Un cronista español los definió como gens pagana et nimis crudelissima.
Los vikingos o normandos (hombres del norte) procedían de Noruega, Dinamarca y, en menor medida, de Suecia. Hacia el siglo VII, la población de estos territorios había crecido por encima de lo que permitían sus recursos económicos, agrícolas y comerciales, de modo que a una parte importante de sus gentes no les quedaba más remedio que emigrar o perecer de hambre. A esta forzada emigración contribuían también causas sociales de distinta índole.
Al propio tiempo, un avance técnico fundamental iba a favorecer la expansión vikinga por lugares tan alejados de sus territorios: la incorporación de velas cuadradas abatibles a sus famosos barcos, los drakars.
En agosto del año 844 una la expedición vikinga llegó a Lisboa por el estuario del Tajo, ya en tierra musulmana. Allí causaron muchos estragos en tres días de combates. El gobernador de Lisboa envió correos a Córdoba para avisar a Abd al–Rahman II de la llegada de unos piratas que presumiblemente continuarían hacia el Sur. En efecto, al poco tiempo los vikingos alcanzaron la desembocadura del Guadalquivir. Allí se dividieron en dos grupos: uno iría a saquear Cádiz, la bella ciudad víctima eterna de la piratería, para dirigirse después tierra adentro hasta Medina Sidonia y de allí a Sevilla, y otro, compuesto de unos ochenta navíos, remontaría el río también hacia Sevilla. Después saquearon Coria del Río, y pasaron a cuchillo a la población. Las noticias de la matanza provocaron una ola de pánico en la comarca. Una parte de la población de Sevilla abandonó la ciudad precipitadamente para refugiarse en Carmona, al amparo de sus excelentes murallas, y en otros lugares de la sierra. Finalmente, el primero de octubre, los vikingos atacaron Sevilla: «Imposible calcular el número de muertos y cautivos». Las tropas del emir, muchas de ellas trasladadas precipitadamente desde sus guarniciones fronterizas del Norte, se enfrentaron con los normandos y les causaron las primeras bajas importantes, unos setenta muertos. Pero esta pequeña contrariedad no detuvo a los rubios saqueadores.
Llegaron nuevas tropas para reforzar al ejército andalusí y los vikingos, prudentemente, se fortificaron en Tejada, sufriendo su primera gran derrota. Perdieron quinientos guerreros y cuatro embarcaciones. Añade el cronista: «Gran número de normandos fueron colgados en Sevilla y otros fueron crucificados en el acto sobre los troncos de las palmeras».
La memorable incursión de los normandos contra Sevilla sirvió para que el emir de Córdoba se percatase de la indefensión en que se hallaban sus fronteras marítimas ante aquel tipo de agresiones. Hizo amurallar Sevilla y construyó las atarazanas reales que habrían de dotar a al-Andalus con una flota de guerra capaz de evitar futuros ataques por mar. Esta flota fue dotada de una especie de artillería de fuego, probablemente inspirada en el famoso «fuego griego» de los bizantinos.
De este modo, cuando los normandos hicieron su segunda incursión, en el año 244 de la Hégira —866 de Cristo—, en tiempos del emir Mohammad, la escuadra musulmana les salió al encuentro en la desembocadura del río de Sevilla y los pusieron en fuga: les quemaron algunas naves y se marcharon.
En 858, o al año siguiente, los vikingos volvieron a visitar las costas cantábricas con unas sesenta y dos naves que transportaban, según las hiperbólicas fuentes cristianas, cerca de cuatro mil hombres. Los mandaba el jefe noruego Hasting. El rey de Asturias, Ordoño I, acudió a rechazarlos como antaño su padre.
La expedición normanda siguió el camino de la anterior y descendió por las costas atlánticas sembrando el terror en las poblaciones del litoral. Cuando se proponían remontar el Guadalquivir en busca de las fértiles llanuras béticas, se toparon con la flamante escuadra andalusí y con sus terribles máquinas de fuego. Algunas embarcaciones vikingas resultaron incendiadas; las restantes, prudentemente, se batieron en retirada y enfilaron sus proas hacia aguas menos defendidas. Poco después se registra un desembarco en Algeciras, cuya mezquita mayor incendiaron. Los saqueos prosiguieron por el Norte de África y Baleares.
Es probable que algunos barcos de esta misma expedición remontasen el Ebro. En cualquier caso, los vikingos alcanzaron Pamplona y apresaron a Sancho García, por cuyo rescate obtuvieron la respetable cifra de noventa mil dinares.
De los saqueos de distintas localidades catalanas ha quedado constancia en el testimonio de un monje que escribe: «Vinieron los paganos y saquearon la villa entera y también devastaron la tierra los piratas. Sus habitantes fueron cautivados o abandonaron sus haciendas para emigrar a otros lugares».

Morales Romero, Eduardo: Historia de los vikingos en España, Miraguano, Madrid, 2004
http://www.mundohistoria.org/blog/articulos_web/vikingos_en_espa%C3%B1a
http://es.wikipedia.org/wiki/Los_vikingos_en_la_pen%C3%ADnsula_ib%C3%A9rica
http://www.arteguias.com/historiavikingos.htm
http://books.google.es/books?id=3Z8NgXgRytUC&pg=PA200&dq=vikings+spain&hl=en&sa=X&ei=ZypKUfmgBMPA7AaViYHICw&ved=0CD8Q6AEwAw#v=onepage&q=vikings%20spain&f=false

jueves, 4 de diciembre de 2014

La invención de las narices judías

En 1940 los nazis estrenaron una película de propaganda llamada El Judío Eterno. La película pretendía mostrar a los judíos en su "estado original", "antes de ponerse la máscara de europeos civilizados."  Por encima de todo, los realizadores se centraron en los rostros judíos, ojos, narices, barbas y bocas, confiando en que la visión de ciertas características estereotipadas despertarían respuestas de odio y desprecio.
Der Ewige Jude                                                 Cartel de la película
El diseñador del cartel de la película, de hecho, se centró en el rostro, evitando símbolos más obvios de la identidad judía. Posiblemente, en ese momento, el cartel no necesitara del título de la obra. En la Europa de 1940, esta representación de lo judío estaba muy generalizada: representaciones similares de judíos se podían ver en carteles, folletos, periódicos, libros de texto y cuentos para niños.
Jesús ante Pilatos (Juan 19: 5), Egbert Codex, alrededor del año 985
Esta imagen del judío, sin embargo, estaba lejos de ser "eterna". Aunque el antisemitismo es notoriamente "el odio más antiguo," hasta el año 1000 de nuestra era, no había prototipos fácilmente distinguibles del judío en el imaginario occidental y mucho menos el modelo estereotipado de nariz aguileña. 
Monumentos y manuscritos anteriores representaban profetas hebreos, ejércitos de Israel y reyes judaicos que eran identificables sólo por el contexto, en ningún caso identificables como diferentes a otros sabios, soldados o reyes. Incluso los personajes judíos nefastos, como los sacerdotes que instaron a Pilatos a crucificar a Cristo en el Egbert Codex (980), eran visualmente irreconocibles como miembros de un pueblo en particular.

Sin embargo, el aspecto de los judíos en el arte occidental cambiaría con el tiempo. En 1267, dos concilios de la iglesia ordenaron que los judíos debían ser representados con "sombreros puntiagudos", como sus antepasados ​​solían hacer (¿?)." 
Miniatura del Diálogo contra judíos
de 
Pedro Alfonso
Las manifestaciones de la fe cristianas cambiaron al final de la Edad Media y con ellas también se modificó la postura ante el pueblo judío. Cada vez en más lugares, a los judíos se les obligaba a señalar su condición como tales. Por ejemplo, en la Castilla de 1412 se ordena que los judíos se dejen barba y lleven un distintivo rojo cosido a la ropa para poder ser reconocidos

En el siglo XIV se termina el periodo de «tolerancia» hacia los judíos, pasándose a una fase de conflictos crecientes. Según Joseph Pérez, «lo que cambia no son las mentalidades, son las circunstancias. Los buenos tiempos de la España de las tres religiones había coincidido con una fase de expansión territorial, demográfica y económica; judíos y cristianos no competían en el mercado de trabajo: tanto unos como otros contribuían a la prosperidad general y compartían sus beneficios. El antijudaísmo militante de la Iglesia y de los frailes apenas hallaba eco. Los cambios sociales, económicos y políticos del siglo XIV, las guerras y las catástrofes naturales que preceden y siguen a la Peste Negra crean una situación nueva. La gente se cree víctima de una maldición, castigada por pecados que habría cometido. El clero invita a los fieles a arrepentirse, a cambiar de conducta y regresar a Dios. Es entonces cuando la presencia del «pueblo deicida» entre los cristianos se considera escandalosa»

La creciente virulencia del antijudaísmo doctrinal de la Iglesia alimentó y justificó los estereotipos antijudíos surgidos en los ámbitos populares. Por medio de las predicaciones de las ordenes mendicantes se difundió la imagen del «judío como ser abyecto y miserable, personificación de toda clase de vicios y maldades». Es en este contexto en el que surgen una serie de leyendas y mitos antijudíos que tendrán una larga pervivencia y que justificarán la violencia antijudía.
Nace entonces un estereotipo del judío según el cual los judíos eran sucios, olían mal, eran malvados y cómplices de los criminales, cobardes, avaros, taimados y maestros del engaño.

Perez, Joseph: Los judíos en España. Marcial Pons, Madrid, 2005. ISBN: 9788496467033
http://es.wikipedia.org/wiki/Judensau
http://www.nybooks.com/blogs/gallery/2014/nov/14/invention-jewish-nose/

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La Ola: cuando el fascismo no parece tan malo

En 1967, Ron Jones, profesor del instituto Cubberley de Palo Alto (California), se vio incapaz de explicar a sus alumnos cómo fue posible que los ciudadanos alemanes aseguraran haber ignorado el exterminio de la población judía, y decidió que lo mejor era demostrarlo con un experimento: inventó un movimiento llamado La Tercera Ola. El lema era “Fuerza a través de la disciplina, fuerza a través de la comunidad, fuerza a través de la acción y fuerza a través del orgullo”.
Comenzó imponiendo algunas normas sencillas a sus alumnos, como levantarse antes de hacer una pregunta, para ir introduciendo los sucesivos días nuevas nociones de disciplina y comunidad, incluyendo un saludo similar al nazi. A partir del tercer día comenzaron a unirse alumnos de otras clases y el movimiento contaba con emblema y tarjetas identificativas. Es más, los alumnos se espiaban y delataban, e incluso se llegó a intimidar a quienes criticaron el movimiento. Uno de estos alumnos, Mark Hancock, explicó en 2008 al Telegraph que “La Ola era como un estado policial con líderes, seguidores y la resistencia”.
Jones, sorprendido (y asustado) por el alcance del experimento, decidió ponerle fin, pero a lo grande. Aprovechando que uno de los chicos le había preguntado si un anuncio de la revista Time en el que salía una ola era algún tipo de mensaje secreto, el profesor explicó a sus alumnos que el movimiento en realidad formaba parte de una iniciativa nacional y que al día siguiente se anunciaría un candidato a la presidencia de Estados Unidos. Los alumnos, entusiasmados, se lo creyeron.
El quinto y último día de la Ola, Jones reunió a sus alumnos y les mostró un televisor sin señal, en lugar del esperado discurso, y les reveló que habían formado parte de un experimento sobre cómo el fascismo había creado un sentimiento de superioridad en la sociedad de la Alemania nazi.
Algunos de los alumnos se echaron a llorar.