Con ocasión de un viaje que el arzobispo de Canterbury hizo en 1905 a Nueva York, sus secretarios le avisaron de que tuviese cuidado con la prensa americana. El prelado los tranquilizó diciéndoles que estaba acostumbrado a tratar con periodistas.
Al llegar a Nueva York se celebró, en el mismo trasatlántico en que el arzobispo viajaba, una conferencia de prensa.
Uno de los periodistas le preguntó:
¿Qué piensa Vuestra Eminencia de los prostíbulos de los barrios del este de Manhattan?
El arzobispo quedó perplejo un momento y preguntó a su vez:
¿Hay prostíbulos en los barrios del este de Manhattan?
Al día siguiente, la prensa de Nueva York titulaba en primera página:
“Primera pregunta del arzobispo de Canterbury al llegar a Nueva York: ¿Hay prostíbulos en los barrios del este de Manhattan?”
Esta historieta suele utilizarse en las escuelas de periodismo para ejemplificar la forma en que palabras colaterales pero impactantes y de ambigua interpretación pueden desviar el foco informativo de lo que en principio debía ser el principal hecho noticiable.
Lo cuenta
Carandell, Luis: Se abre la sesión. Barcelona, Planeta, 1998
¿Qué piensa Vuestra Eminencia de los prostíbulos de los barrios del este de Manhattan?
El arzobispo quedó perplejo un momento y preguntó a su vez:
¿Hay prostíbulos en los barrios del este de Manhattan?
Al día siguiente, la prensa de Nueva York titulaba en primera página:
“Primera pregunta del arzobispo de Canterbury al llegar a Nueva York: ¿Hay prostíbulos en los barrios del este de Manhattan?”
Esta historieta suele utilizarse en las escuelas de periodismo para ejemplificar la forma en que palabras colaterales pero impactantes y de ambigua interpretación pueden desviar el foco informativo de lo que en principio debía ser el principal hecho noticiable.
Lo cuenta
Carandell, Luis: Se abre la sesión. Barcelona, Planeta, 1998
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