domingo, 30 de septiembre de 2012

La doctrina del shock

La doctrina del shock es una estrategia que se mueve en el ámbito de la psicología social y la economía.
Esta estrategia fue perfeccionada por Milton Friedman y sus colaboradores durante los años sesenta y setenta. Para aplicarla había que esperar a que se produjera una crisis o crearla, si esta no se producía. Una vez desatada, el profesor de la Universidad de Chicago estaba convencido de que lo más importante era actuar con presteza para imponer los cambios rápida e irreversiblemente, antes de que la sociedad afectada volviera a instalarse en la "tiranía del statu quo".
El objetivo último de la estrategia es implantar un modelo de gobierno exclusivamente orientado a los beneficios. Desde el punto de vista de Friedman las únicas funciones del Estado consisten en la "protección de nuestras libertades, contra los enemigos del exterior y los del interior: defender la ley y el orden, garantizar los contratos privados y crear el marco para mercados competitivos". En otras palabras, policía y soldados; cualquier cosa más allá, incluyendo una educación gratuita e igualitaria, es una interferencia injusta en las leyes del mercado.
La periodista canadiense Naomi Klein, en su libro La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre, nos da una visión de cómo se aplicó la doctrina del shock en varios países a raíz de guerras, catástrofes y crisis financieras y económicas: golpe de Estado en Chile, guerra de las Malvinas (Reino Unido), Bolivia, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Estados Unidos (después del 11S y del huracán Katrina), Irak… 
El libro parte de una premisa que no se cansa de enunciar: todo desastre es una oportunidad de negocio.
Para contrarrestar el lógico malestar social de los ciudadanos, los gobiernos, junto con el partido o los partidos políticos que lo sustentan y los grupos de interés, deben realizar campañas de desprestigio contra lo público frente a la eficacia de lo privado; defender la privatización y la liberalización de los servicios públicos, la desregularización económica y la imperiosa necesidad de realizar recortes en el gasto social para equilibrar las cuentas públicas.

En la actualidad la doctrina del shock se está aplicando en Irlanda, Reino Unido, Países Bajos y en los estados en crisis del sur de Europa, Grecia, Portugal, Italia y, obviamente, en España.
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿En serio? jajajaj