Pascual Serrano, en su nuevo libro La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes, nos presenta su visión sobre cómo la reducción de la calidad de la información, asociada a la velocidad de las
tecnologías, está produciendo fenómenos nuevos como la tuiterización de
la forma de expresión, así como de la misma información. Se reducen los
contenidos, se reducen las maneras de comunicarse, se jibariza el mundo.
Revolución tecnológica, predominio audiovisual, internet, redes sociales,
saturación informativa, obsesión por la inmediatez: tablets,
smartphones, wifi, Twitter, Facebook, SMS, WhatsApp, Google,
PowerPoint... Los contenidos son instantáneos, sensacionalistas, emotivos,
huecos. Todo lo que no cumple con estas premisas es apartado de la agenda.
Estamos tan ocupados, distraídos o abrumados por la información que nos llega,
que resulta difícil darnos cuenta de la forma superficial y jibarizada que
adopta y del modo en que influye en nuestra manera de consumirla e
interiorizarla.
El resultado es el destierro de la profundización, la pérdida de la capacidad autónoma
de reflexión, la incapacidad para la elaboración independiente de conclusiones y,
por último, la ausencia de una mirada crítica de los acontecimientos.
Como señala el sociólogo Vicente Verdú, “internet, las redes sociales, Twitter o Facebook han logrado tanto éxito porque han venido a brotar en un momento en que existía una fuerte demanda de comunicación. Pero no ya de una comunicación a la vieja usanza, en la que se comprometía mucho el yo, sino una comunicación efímera y fragmentaria, cambiante y removible a la manera en que la cultura de consumo ha enseñado a adquirir”. Vivimos tiempos en que la imagen ha ganado mucho terreno a la imaginación, y no digamos ya a la escritura. Del mismo modo, la emoción ha robado prestigio a la reflexión. En ambos casos, señala también Verdú, la instantaneidad ha vencido al proceso y el suceso puro a su explicación. De hecho, todos los medios son ya instantáneos, sensacionalistas, emotivos y superficiales. Y todo lo que no cumple esas condiciones es apartado de la agenda.
Serrano, Pascual: La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes. Madrid, Península, 2013.
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