jueves, 4 de diciembre de 2014

La invención de las narices judías

En 1940 los nazis estrenaron una película de propaganda llamada El Judío Eterno. La película pretendía mostrar a los judíos en su "estado original", "antes de ponerse la máscara de europeos civilizados."  Por encima de todo, los realizadores se centraron en los rostros judíos, ojos, narices, barbas y bocas, confiando en que la visión de ciertas características estereotipadas despertarían respuestas de odio y desprecio.
Der Ewige Jude                                                 Cartel de la película
El diseñador del cartel de la película, de hecho, se centró en el rostro, evitando símbolos más obvios de la identidad judía. Posiblemente, en ese momento, el cartel no necesitara del título de la obra. En la Europa de 1940, esta representación de lo judío estaba muy generalizada: representaciones similares de judíos se podían ver en carteles, folletos, periódicos, libros de texto y cuentos para niños.
Jesús ante Pilatos (Juan 19: 5), Egbert Codex, alrededor del año 985
Esta imagen del judío, sin embargo, estaba lejos de ser "eterna". Aunque el antisemitismo es notoriamente "el odio más antiguo," hasta el año 1000 de nuestra era, no había prototipos fácilmente distinguibles del judío en el imaginario occidental y mucho menos el modelo estereotipado de nariz aguileña. 
Monumentos y manuscritos anteriores representaban profetas hebreos, ejércitos de Israel y reyes judaicos que eran identificables sólo por el contexto, en ningún caso identificables como diferentes a otros sabios, soldados o reyes. Incluso los personajes judíos nefastos, como los sacerdotes que instaron a Pilatos a crucificar a Cristo en el Egbert Codex (980), eran visualmente irreconocibles como miembros de un pueblo en particular.

Sin embargo, el aspecto de los judíos en el arte occidental cambiaría con el tiempo. En 1267, dos concilios de la iglesia ordenaron que los judíos debían ser representados con "sombreros puntiagudos", como sus antepasados ​​solían hacer (¿?)." 
Miniatura del Diálogo contra judíos
de 
Pedro Alfonso
Las manifestaciones de la fe cristianas cambiaron al final de la Edad Media y con ellas también se modificó la postura ante el pueblo judío. Cada vez en más lugares, a los judíos se les obligaba a señalar su condición como tales. Por ejemplo, en la Castilla de 1412 se ordena que los judíos se dejen barba y lleven un distintivo rojo cosido a la ropa para poder ser reconocidos

En el siglo XIV se termina el periodo de «tolerancia» hacia los judíos, pasándose a una fase de conflictos crecientes. Según Joseph Pérez, «lo que cambia no son las mentalidades, son las circunstancias. Los buenos tiempos de la España de las tres religiones había coincidido con una fase de expansión territorial, demográfica y económica; judíos y cristianos no competían en el mercado de trabajo: tanto unos como otros contribuían a la prosperidad general y compartían sus beneficios. El antijudaísmo militante de la Iglesia y de los frailes apenas hallaba eco. Los cambios sociales, económicos y políticos del siglo XIV, las guerras y las catástrofes naturales que preceden y siguen a la Peste Negra crean una situación nueva. La gente se cree víctima de una maldición, castigada por pecados que habría cometido. El clero invita a los fieles a arrepentirse, a cambiar de conducta y regresar a Dios. Es entonces cuando la presencia del «pueblo deicida» entre los cristianos se considera escandalosa»

La creciente virulencia del antijudaísmo doctrinal de la Iglesia alimentó y justificó los estereotipos antijudíos surgidos en los ámbitos populares. Por medio de las predicaciones de las ordenes mendicantes se difundió la imagen del «judío como ser abyecto y miserable, personificación de toda clase de vicios y maldades». Es en este contexto en el que surgen una serie de leyendas y mitos antijudíos que tendrán una larga pervivencia y que justificarán la violencia antijudía.
Nace entonces un estereotipo del judío según el cual los judíos eran sucios, olían mal, eran malvados y cómplices de los criminales, cobardes, avaros, taimados y maestros del engaño.

Perez, Joseph: Los judíos en España. Marcial Pons, Madrid, 2005. ISBN: 9788496467033
http://es.wikipedia.org/wiki/Judensau
http://www.nybooks.com/blogs/gallery/2014/nov/14/invention-jewish-nose/

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La Ola: cuando el fascismo no parece tan malo

En 1967, Ron Jones, profesor del instituto Cubberley de Palo Alto (California), se vio incapaz de explicar a sus alumnos cómo fue posible que los ciudadanos alemanes aseguraran haber ignorado el exterminio de la población judía, y decidió que lo mejor era demostrarlo con un experimento: inventó un movimiento llamado La Tercera Ola. El lema era “Fuerza a través de la disciplina, fuerza a través de la comunidad, fuerza a través de la acción y fuerza a través del orgullo”.
Comenzó imponiendo algunas normas sencillas a sus alumnos, como levantarse antes de hacer una pregunta, para ir introduciendo los sucesivos días nuevas nociones de disciplina y comunidad, incluyendo un saludo similar al nazi. A partir del tercer día comenzaron a unirse alumnos de otras clases y el movimiento contaba con emblema y tarjetas identificativas. Es más, los alumnos se espiaban y delataban, e incluso se llegó a intimidar a quienes criticaron el movimiento. Uno de estos alumnos, Mark Hancock, explicó en 2008 al Telegraph que “La Ola era como un estado policial con líderes, seguidores y la resistencia”.
Jones, sorprendido (y asustado) por el alcance del experimento, decidió ponerle fin, pero a lo grande. Aprovechando que uno de los chicos le había preguntado si un anuncio de la revista Time en el que salía una ola era algún tipo de mensaje secreto, el profesor explicó a sus alumnos que el movimiento en realidad formaba parte de una iniciativa nacional y que al día siguiente se anunciaría un candidato a la presidencia de Estados Unidos. Los alumnos, entusiasmados, se lo creyeron.
El quinto y último día de la Ola, Jones reunió a sus alumnos y les mostró un televisor sin señal, en lugar del esperado discurso, y les reveló que habían formado parte de un experimento sobre cómo el fascismo había creado un sentimiento de superioridad en la sociedad de la Alemania nazi.
Algunos de los alumnos se echaron a llorar.

sábado, 22 de noviembre de 2014

El método y el sesgo

En la década de 1970 un ambicioso estudio clínico llamado Proyecto de Fármacos Coronarios intentaba analizar si varios fármacos que reducían los índices de colesterol conseguían prevenir los ataques de corazón.
Se reclutaron 8.500 hombres de mediana edad con problemas coronarios previos y se hicieron varios subgrupos.
A uno de ellos se les dio el fármaco clofibrate. Sin embargo, después de cinco años, los investigadores no encontraron el mínimo efecto protector. ¿Qué pensaron? «Veamos si algunos participantes en el estudio no han seguido correctamente el tratamiento…»
Les preguntaron a cada uno de ellos y, efectivamente, comprobaron que bastantes participantes habían pasado olímpicamente de ir tomando la medicación. Comprobaron de nuevo la incidencia de enfermedad cardíaca y vieron que en estos últimos era de un 25 por ciento, mientras que en aquéllos que tomaron más del 80 por ciento de las pastillas era sólo del 15 por ciento. Respiraron tranquilos. El clofibrate sí tenía un efecto protector. Tema solucionado, ¿verdad?
Sólo aparentemente. Al repetir el mismo análisis con los que habían sido recetados con placebo, también vieron que los que se saltaron las dosis tenían una incidencia del 28 por ciento, frente a un 15 por ciento los que siguieron a rajatabla el estudio.
Conclusión: el tomar correctamente un placebo disminuía a la mitad el riesgo cardiovascular (¡!) Evidentemente, la interpretación fue otra: la persona que no sigue un tratamiento posiblemente es también más despreocupada con otros factores que afectan a su salud.
Como en cualquier análisis científico, en este caso fue muy importante evitar el llamado sesgo de confirmación, que es la tendencia a favorecer una información que confirma las propias creencias o hipótesis. Esta tendencia se evidencia cuando reunimos o recordamos la información de manera selectiva, o cuando esta se interpreta sesgadamente.
Imágenes y fuentes:
http://pereestupinya.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/Sesgo_de_confirmaci%C3%B3n
http://thisisnthappiness.com/

jueves, 13 de noviembre de 2014

Buenos y malos. Hauser y la moralidad universal

El principal exponente del acercamiento a la moralidad desde la metodología científica es Marc Hauser, profesor de psicología en la Universidad de Harvard y autor del libro La mente moral: cómo la naturaleza ha desarrollado nuestro sentido del bien y del mal. «De la misma manera que Noam Chomsky estableció la existencia de una gramática universal, yo quería averiguar si los humanos nacíamos con unos instintos inconscientes que nos condicionaban a seguir las instrucciones de una gramática moral universal codificada por la selección darwiniana en el cerebro».
Hauser y muchos otros investigadores han encontrado evidencias que lo confirman.
Resulta obvio que la cultura y el entorno socioeconómico en el que te encuentres modulará tus creencias y actos hasta generar las enormes diferencias que percibimos en distintas partes del mundo. Pero, según Hauser, eso no excluye que puedan existir unos principios biológicos universales subyaciendo en nuestros juicios espontáneos de origen inconsciente sobre lo correcto o lo incorrecto.
Uno de los experimentos que Hauser realizó para comprobarlo es un test del sentido moral que realizaron miles de personas de diferentes culturas, exponiendo situaciones como la siguiente: imagina que conduces un tranvía y ves a lo lejos cinco personas dormidas encima de la vía. Pitas, pero nada suena; te dispones a frenar y los frenos no funcionan. Has perdido totalmente el control del tranvía, y se dirige inexorablemente a matar a esas cinco personas. Por «suerte», antes de llegar a ellas hay una bifurcación y puedes caminar de vía. El inconveniente es que en esa vía hay una persona durmiendo que también sería atropellada. ¿Qué haces? Debes decidir. ¿Es moralmente permisible caminar de vía para matar una persona en lugar de cinco? No sé qué responderías tú, pero el 90 por ciento de los encuestados por Hauser dijeron que sí.
Imagina ahora una segunda situación: el tren va a atropellar a cinco personas, pero tú puedes frenarlo empujando a un desafortunado transeúnte que camina al lado de la vía. Figúrate que sepas con seguridad que sacrificando esa persona vas a salvar a las otras cinco. El resultado final es el mismo. ¿Lo harías? La mayoría de las personas, sin saber explicar muy bien por qué, consideran esta segunda acción mucho menos aceptable moralmente y responden que en ese caso no intercederían. Cuando te explican la situación, enseguida intentas justificarla racionalmente, pero la decisión ya ha sido tomada de antemano y de manera instintiva, aunque nunca antes hayas reflexionado sobre un dilema parecido.
Las 150.000 personas de los 120 países que participaron en los tests reflejaron una unanimidad asombrosa. Hombres, mujeres, jóvenes, mayores, conservadores, liberales, ateos, budistas, católicos, de diferentes razas, con más nivel cultural o menos, residentes en Estados Unidos o en otras partes del mundo, con mayores o menores ingresos, todos parecían seguir un código moral universal; unos principios que les guiaban a emitir los mismos juicios inconscientes sobre lo correcto o lo incorrecto. Nacemos con un instinto moral que la evolución ha configurado en nuestro cerebro. Luego las culturas se encargan de potenciarlo o distorsionarlo.
Hay más evidencias de ello. Imagina ahora un caso todavía más extremo que el del tranvía anterior: estás en un hospital, y cinco pacientes necesitan de manera urgente un trasplante, cada uno de un órgano diferente. Aunque el resultado sea el mismo… ¿es lícito salir a la calle, escoger al azar a un individuo sano, y extraerle sus órganos para salvarlos? El 97 por ciento de encuestados responden que no.
De hecho, los neurocientíficos escanearon el cerebro de voluntarios normales mientras se les planteaban los dilemas del tranvía y observaron que, cuando se decidía accionar una palanca para que el tren atropellara a una persona en lugar de cinco, las zonas del cerebro que se activaban eran principalmente las del pensamiento racional. Pero cuando se pedía empujar a alguien a la vía empezaban a iluminarse regiones implicadas con las emociones. La moralidad parece tener un sustrato neurobiológico. Algunos estudios de sujetos con lesiones cerebrales parecen confirmarlo. Pacientes con daños en un área del córtex frontal que interviene en la gestión de las emociones también se mostraban mucho más pragmáticos ante las preguntas del test del sentido moral.

Imágenes y fuentes:

jueves, 6 de noviembre de 2014

¿Maximizador o satisfecho?

Imagina que es sábado por la tarde y sales de tu casa dispuesto a comprar un jersey azul que no cueste más de 50 euros. Llegas a la primera tienda, revuelves un par de mostradores, y, ¡vaya! ¡Ahí está! Un jersey azul, más o menos como el que habías imaginado, por 47 euros. Te lo pruebas y, bueno, no es la prenda que más te favorece del mundo, pero no está nada mal. Es lo que andabas buscando, y en sólo cinco minutos. ¿Qué haces?, ¿te lo compras? Si lo haces, tu personalidad encaja en la categoría de los satisfiers, personas que cuando encuentran algo que ya cumple sus expectativas, dejan de contemplar otras opciones.
En cambio, si tu talante es más inconformista piensas: «De aquí el jersey no se mueve en un par de horas. Ojearé más tiendas a ver si encuentro otro con un azul más bonito, o un poco más barato, o que me siente mejor, y si no lo encuentro, volveré a por él». Si adoptas esta actitud, quizá eres un maximizer, alguien que necesita conocer el máximo de alternativas para conseguir siempre lo mejor posible. Evidentemente, esta clasificación es difusa, y decenas de otros factores influirán dicho sábado en tu decisión de zanjar rápido el asunto del jersey o no. 
Según Barry Schwartz, psicólogo y autor del libro Por qué menos es más: la tiranía de la abundancia, las respuestas a tales preguntas pueden indicar en qué grado eres más o menos satisfier, o si para tu desgracia formas parte del 10 por ciento de los maximizadores extremos que él ha encontrado en Estados Unidos.
Barry Schwartz ha investigado cómo influye la cantidad de opciones disponibles frente a una elección y ha concluido que: 1) pasarse de exigente genera infelicidad, y 2) tener muchas opciones puede ser peor que disponer de pocas.
Ser maximizador no es algo negativo, mientras sepamos controlarlo. Sin duda, el maximizador terminará encontrando un jersey más bonito, un trabajo mejor valorado, o escogerá el mejor restaurante de la ciudad que visite. ¿Le hará esto más feliz? No siempre. Barry Schwartz ha comprobado que cuantos más esfuerzos (tiempo, coste económico, sacrificios personales) inviertas en una decisión, más exigente te volverás con ella. Y lo peor de todo, más arrepentimiento sentirás en caso de que no cumpla tus expectativas. ¿Qué ocurre cuando le salen bolitas al jersey? Si has dedicado cinco minutos a comprarlo no será ningún trauma desterrarlo al fondo de un armario. Pero si eres un maximizer e invertiste toda una tarde eligiéndolo, la decepción por «haberte equivocado» te corroerá por dentro.
La insatisfacción permanente es otra trampa. El querer siempre un poquito más puede ser disfrazado de «estímulo para mejorar», pero en el caso del maximizador extremo llega a ser traumático. Los extreme maximizers terminarán siendo la líder de la empresa, o el mejor vestido de la fiesta, pero nunca se sentirán satisfechos. Les costará disfrutar de sus logros, y enseguida empezarán a pensar patológicamente en los siguientes retos; en llegar más lejos todavía. De hecho, los estudios de Schwartz han encontrado una correlación directa entre el grado de maximizador y la propensión a la depresión. 
La expresión «Menos es más» del arquitecto Mies van der Rohe encaja perfectamente en el contexto de las investigaciones sobre la toma de decisiones: tener muchas opciones para elegir no siempre es positivo. 

sábado, 1 de noviembre de 2014

Tierra Bola de Nieve

Hasta hace cincuenta millones de años, la Tierra no tuvo eras glaciales regulares, pero cuando empezamos a tenerlas tendieron a ser colosales. Hace unos 2.200 millones de años se produjo un congelamiento masivo, al que siguieron unos mil millones de años de calor. Luego hubo otra era glacial aún mayor que la primera; tan grande que algunos científicos denominan al periodo en el que se produjo el Criogénico, o era hiperglacial. Pero la denominación más popular es la de Tierra Bola de Nieve.
Pero Bola de Nieve no indica bien lo terrible de las condiciones que imperaban. La teoría es que, debido a una disminución de la radiación solar del 6% aproximadamente y a una reducción de la producción (o retención) de gases de efecto invernadero, la Tierra perdió casi toda su capacidad de conservar el calor. Se convirtió toda ella en una especie de Antártida. Las temperaturas llegaron a descender unos 45ºC. Es posible que se congelase toda la superficie del planeta, alcanzando el hielo en los océanos los 800 metros de espesor en las latitudes más altas y hasta decenas de metros en los trópicos.
Si la Tierra se congeló, se plantea la difícil cuestión de cómo llegó a calentarse de nuevo. Un planeta helado reflejaría tanto calor que se mantendría congelado para siempre. Parece ser que la salvación pudo llegar de nuestro interior fundido. Tal vez debamos dar las gracias, una vez mas, a la tectónica por permitirnos estar aquí. La idea es que nos salvaron los volcanes, que brotaron a través de la superficie enterrada, bombeando gran cantidad de calor y de gases que fundieron las nieves y reformaron la atmósfera.
Curiosamente, al final de este periodo hiperfrígido se produjo la expansión cámbrica, el acontecimiento primaveral de la historia de la vida. Puede que no fuese en realidad un periodo tan tranquilo. Lo más probable es que la Tierra fuese pasando mientras se calentaba por el peor tiempo que haya experimentado, con huracanes tan poderosos como para alzar olas de la altura de los rascacielos y desencadenar lluvias de una intensidad indescriptible.
Las eras glaciales más recientes parecen fenómenos de una escala bastante pequeña comparadas con una irrupción criogénica, pero fueron sin lugar a dudas inmensamente grandes para las pautas de cualquier cosa que exista hoy en la Tierra. La capa de hielo wisconsiana, que cubrió gran parte de Europa y de Norteamérica, tenía más de tres kilómetros de espesor en algunos lugares y avanzaba a un ritmo de 120 metros al año. Debía de ser todo un espectáculo. Las capas de hielo podrían tener un grosor de casi 800 metros incluso en su extremo frontal. Imagina que estás situado en la base de una pared de hielo de esa altura. Detrás de ese borde, por toda un área que mediría millones de kilómetros cuadrados, sólo habría más hielo y no asomarían por encima de él más que unas cuantas cumbres de las montañas más altas aquí y allá. Continentes enteros estaban aplastados bajo el peso de tanto hielo y aun siguen elevándose para volver a su posición ahora 12.000 años después de que se retiraran los glaciares. 

Fuentes:
Bryson, Bill: Una breve historia de casi todo.
http://www.argentour.com/en/national_park/los_glaciares.php

martes, 28 de octubre de 2014

El efecto espectador

Kitty Genovese murió asesinada el 13 de marzo de 1964, a pesar de que 37 vecinos presenciaron los hechos sin hacer nada al respecto (si bien es cierto que en este caso hay muchos matices). Intrigados por el suceso, John Darley y Bibb Latané desarrollaron una serie de experimentos en 1968 con el objetivo de averiguar por qué pasó algo así y si podría volver a pasar.

En uno de ellos, el participante hablaba con otra persona utilizando un intercomunicador, al estar en habitaciones separadas (la excusa era que iban a hablar de temas personales). Durante la conversación, la otra persona simulaba un ataque epiléptico, que podía oírse claramente. El 85% de los participantes dejaba la habitación e iba a buscar ayuda. Pero cuando el experimento se organizaba de modo que los participantes creían que había otras cuatro personas con él, sólo se levantaba el 31%. El estudio demostró que el tiempo que se tardaba en avisar al investigador variaba inversamente con respecto al número de sujetos y, en algunos casos, no se le llegó a informar.


El estudio confirmaba que la responsabilidad se diluye cuando hay más testigos de cualquier hecho y tendemos a descargar nuestra responsabilidad pensando que “ya se encargará otro” o, simplemente, “si nadie hace nada, no será tan grave”.

Imágenes y fuentes:
http://blogs.elpais.com/verne/2014/10/experimentos-clasicos-mal.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_espectador
http://thisisnthappiness.com/post/88484009139/cover-shoot
http://www.retronaut.com/2014/03/a-meeting-of-the-mickey-mouse-club/

viernes, 24 de octubre de 2014

Una nueva especie humana pudo habitar China durante el Pleistoceno

María Martinón-Torres y José María Bermúdez de Castro del Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) acaban de publicar en la revista American Journal of Physical Anthropology, junto con científicos del Institute of Vertebrate Paleontology and Palaeoanthropology de Pekín (IVVP), el estudio de un maxilar infantil y varios dientes aislados encontrados en Xujiayao, un yacimiento del norte de China, que revela que durante el Pleistoceno Superior el gran continente  asiático pudo estar habitado por una especie desconocida todavía sin catalogar.
El análisis detallado de la morfología dental de estos fósiles, datados entre 60.000 y 120.000 años, pone de manifiesta que la población de Xujiayao comparte rasgos tanto con neandertales como con los representantes más primitivos de Homo erectus asiático, y estaría fuera de la variabilidad de nuestra especie.
Fósiles dentales de Xujiayao (CENIEH)
Los autores de este análisis apuntan la posibilidad de que se trate de un homínido todavía no descrito y que habría coexistido en el tiempo con humanos modernos y neandertales.
Cabe recordar que estudios recientes sobre ADN antiguo han revelado la existencia en Siberia de una población acuñada como denisovanos de la que se conoce muy poco sobre su anatomía.
Los denisovanos también habrían habitado Asia en el Pleistoceno Superior, serían diferentes de Homo sapiens y de Homo neanderthalensis y se habrían mezclado genéticamente con un linaje primitivo todavía por determinar. Los investigadores tampoco descartan la opción de que Xujiayao represente la persistencia en China de una población antigua, quizá un descendiente de Homo erectus clásico.
“Nuestro trabajo pone de relieve la gran variabilidad de las poblaciones humanas de Asia durante el Pleistoceno y advierte de la necesidad de reconsiderar la taxonomía de muchos de los fósiles hallados en este continente”, afirma María Martinón-Torres. 
Fuentes:

martes, 2 de septiembre de 2014

La moda de estar moreno

http://privilegebeauty.wordpress.com/
Tras su regreso en 1923 de unas vacaciones en un yate, las fotos de la piel pigmentada de la diseñadora francesa Coco Chanel popularizaron el concepto de "estar moreno". Hasta ese momento, el color tostado se relacionaba con las clases sociales más bajas, que debían trabajar al aire libre, y con las personas enfermas, a las que los médicos a principios del siglo XX recetaban "baños de sol" para combatir la anemia o la depresión. A lo largo de la mayor parte de la Historia, el tener una piel blanquecina era un símbolo de distinción entre las clases altas, la aristocracia y familias reales (que al tener la piel tan pálida dejaba ver las "venas azules", la "sangre azul"). 

Josephine Baker, conocida como "la mujer de la piel de caramelo", la primera mujer afroamericana en protagonizar una película y que en la época trabajó de modelo, fue otra de las mujeres que, junto a Chanel, marcó el cambio de paradigma en cuestiones de piel. A partir de ese momento, muchas mujeres emularon el bronceado de la diseñadora o el color natural de piel de la artista.

Tal fue el éxito, que en 1927 el perfumista francés Jean Patou lanzó la primera loción bronceadora, que anunciaba un color tostado sin necesidad de esperar a que llegase el verano.

http://www.jeanpatou.com/parfums-jean-patou-chaldee/?lang=fr

http://www.jeanpatou.com/parfums-jean-patou-chaldee/?lang=fr
http://www.agenciasinc.es/Noticias/Desde-cuando-esta-de-moda-ponerse-moreno
http://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/cuando-y-por-que-se-puso-de-moda-tomar-el-sol-para-estar-moreno/

sábado, 9 de agosto de 2014

Los extraños horarios españoles

Como casi todas las culturas actuales, la sociedad española se parece cada vez más a las del resto de Europa. Sin embargo hay algunos detalles que nos diferencian. Uno, muy llamativo, los horarios de comidas. En España se desayuna temprano, a la misma hora que en otros países, pero, para desesperación de los hambrientos turistas, el almuerzo no se hace hasta las 14:30 y la cena siempre tiene lugar después de las 21:00.
Europa come sobre las 13:00, y es raro cenar después de las ocho de tarde. Independientemente de la cultura o el clima, todo el mundo, desde nuestros vecinos los portugueses, hasta en la lejana Nueva Zelanda, parecen tener un ritmo diferente a los españoles. Pero todo esto quedaría en mera anécdota si no fuera porque se ha relacionado con problemas en el aprovechamiento del tiempo.

“Somos de los países europeos que más tarde se acuesta y que menos tiempo dedica a dormir. Parece como si estuviéramos ganando un récord de resistencia vital” explica Inés Alberdi, socióloga de la Universidad Complutense de Madrid. El retraso de la hora de irse a la cama provoca que el tiempo que los españoles dedican de media al sueño no llegue a las ocho horas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aparte de quitarnos el sueño, los ritmos españoles ponen muy difícil conciliar la vida laboral y la personal. Mientras en el extranjero les basta con 45 minutos para comer, los españoles parten la jornada laboral y dedican hasta dos horas a una contundente comida. Esto lleva a que, aunque la hora de entrada en la oficina es la misma que en otros países, se sale más tarde y el tiempo para dedicar a la familia, el ocio, y las tareas domésticas se reduce.

Lo curioso es que no son los españoles los diferentes al resto del mundo, sino sus relojes. En el momento en que el Sol está más alto en el cielo, es decir, a las 12 del mediodía según la hora solar, los relojes españoles marcan las 13:30.
Según el astro rey, en España comemos entre la una y las dos solares y cenamos a las 20.30, unos horarios que no difieren tanto con los del extranjero. Es decir, las costumbres alimentarias en España se rigen por el Sol, aunque los relojes oficiales parecen empeñarse en ir a lo suyo.
La causa de este desfase horario se remonta a los años de la dictadura, cuando Franco adelantó sesenta minutos los relojes patrios para estar en sintonía con la hora que Alemania había impuesto en todos los territorios ocupados (GMT+1:00). Hasta ese momento, los españoles habían vivido acordes con el horario del meridiano de Greenwich.
Es decir, hasta 1942, los relojes españoles marcaban una hora menos que la actual (GMT+0:00), la misma que tienen hoy Inglaterra, Portugal y las Islas Canarias y la que a España le corresponde por su situación geográfica, ya que el meridiano de Greenwich pasa por Castellón y deja prácticamente toda la península al oeste.
En Cádiz, por ejemplo, nos encontramos 6º al oeste del meridiano de Greenwich. Esto es, durante el invierno vivimos con más de una hora de diferencia con respecto al Sol. Esta incoherencia se intensifica aún más al adoptar el horario de verano. En esta época, cuando en toda Europa los relojes se adelantan una hora, pasamos a estar más de dos horas por delante del Sol.

http://www.agenciasinc.es/Reportajes/Por-que-en-Espana-comemos-a-las-tres
http://thisisnthappiness.com/

viernes, 1 de agosto de 2014

Cinco libras por un aborigen. Tasmania

Aunque los británicos la llamaron Black War (Guerra Negra), no se declaró ninguna guerra. De esta forma, denominan los ingleses al exterminio de los aborígenes de Tasmania promovido directamente por el Imperio británico.
La isla de Tasmania está situada a doscientos cuarenta kilómetros al sureste de Australia. La isla estaba poblada por aborígenes de tez negra, pelo rizado, baja estatura (los hombres 1,60 y las mujeres 1,48 metros) y de complexión delgada, dedicados a la caza y la recolección con medios muy rudimentarios.
Tuvieron la mala suerte de que el navegante holandés Abel Tasman Jansen arribase a sus costas en 1642. Hasta que en 1855 comenzó a denominarse Tasmania por su descubridor, se llamaba Tierra de Van Diemen por Anthony Van Diemen, gobernador general de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales en aquella época. Más tarde pasaron por allí franceses y británicos que comenzaron a esclavizar a muchos aborígenes.
Desde la llegada de los primeros barcos con colonos europeos en 1772 los habitantes autóctonos tasmanos fueron utilizados como fuerza de trabajo esclava y fuente de placer sexual, fueron torturados y mutilados. Se cazaban y se vendían sus pieles como si fuesen animales peligrosos exóticos. 
En 1803, los británicos establecieron una colonia penal en Tasmania y la isla comenzó a recibir lo mejor de cada casa. Con estos indeseables también llegaron colonos dispuestos a conseguir terrenos donde establecerse sin respetar los territorios de caza de los aborígenes. Poco tardaron en llegar los primeros enfrentamientos entre los colonos, apoyados por el ejército británico, y los nativos del lugar que siempre llevaron las de perder. Hacia 1830 el número de tasmanos se había reducido de unos cinco mil a sólo 220 o 72 -según las fuentes- que fueron finalmente recluidos hasta su muerte. 
En 1826, el Tasmania Colonial Times justificaba este exterminio como autodefensa:
"No estamos aquí por nuestra labor filantrópica. La autodefensa es la primera ley de la naturaleza. Si el gobierno no elimina a los nativos, serán cazados como fieras".
Para acabar con aquel problema por la vía rápida, en 1828 se autorizó la caza de aborígenes estableciendo una recompensa de cinco libras por la captura de un adulto y dos libras por un niño. En 1860 murió el último hombre tasmano y, como recuerdo, el miserable George Stokell, de la Royal Society of Tasmania, ordenó que desollasen su cuerpo para hacerse una cartera. La última mujer tasmana, Truganini, murió en 1876. El genocidio había terminado.

http://canarias-semanal.org/not/13763/cuando-se-pagaban-cinco-libras-por-la-captura-de-un-aborigen-en-tasmania/
http://www.canningstockrouteproject.com/history/story-aboriginal-guides/
http://es.wikipedia.org/wiki/Tasmania

sábado, 26 de julio de 2014

Caballeros y armaduras

Es muy común ver en televisión y en películas a los caballeros de la Edad Media que apenas pueden moverse por culpa de sus armaduras, además de que, a pesar de cargar con tanta defensa, terminan siendo asesinados por un arco u otra espada. En realidad, las armaduras no eran tan pesadas y eran extremadamente difíciles de atravesar.
Las armaduras más pesadas tenían un peso aproximado de 23 kilogramos, casi el mismo que el equipo de un soldado actual, y quienes fabricaban armaduras se aseguraban de que estas permitieran una gran movilidad a su usuario.
En tiempos modernos se han hecho pruebas con personas no entrenadas para ser caballeros usando estas armaduras, demostrando que el usuario puede rodar y moverse casi con completa libertad. Ahora imagina a alguien que desde su infancia se ha entrenado usando estas armas y armaduras.
Las armaduras eran totalmente capaces de repeler un golpe de una espada y, combinando la ropa de piel que se usaba debajo de la armadura, hacían casi imposible matar a alguien con una espada. La única forma de causar una herida mortal era apuntando la espada hacia la cara, con la esperanza de atravesar el necesario hueco en el casco y encajarla en el ojo.
En las películas también vemos a los caballeros caer cuando una flecha los atraviesa. En realidad para derrotar a un caballero con un arco se necesitaba de muchas flechas. Existen muchos escritos de caballeros regresando de la batalla tan llenos de flechas que los escritores los describían como puercoespines, sin estar siquiera heridos.

jueves, 26 de junio de 2014

Elliot y la intolerancia

Freddy Sam
En 1968, la maestra de primaria Jane Elliot decidió llevar a cabo un ejercicio pedagógico con sus alumnas y alumnos a raíz de la muerte de Martin Luther King. Se trataba de un experimento basado en la categorización social y su objetivo era concienciar al alumnado de los efectos de la discriminación, tanto en quien la ejerce como en quien la padece.
La experiencia consistió en dividir el aula en dos grupos en función del color de los ojos. De esta manera, a los niños y niñas que tenían los ojos azules, la profesora les dijo que estaba demostrado científicamente que eran superiores y más inteligentes que los de ojos marrones y que, por eso, tenían derecho a ir al recreo o que podían repetir la comida. Mientras, a los niños de ojos marrones les dijo que son más lentos, menos inteligentes y más torpes, por lo que no podrían disfrutar de los privilegios de los primeros. Además, a cada niña y niño de la clase con ojos marrones se les hizo ponerse un pañuelo en el cuello que servía para identificarles rápidamente como el grupo discriminado. Esta separación en el aula rápidamente obtuvo consecuencias y empezaron las peleas entre ambos grupos y las discusiones en clase. Amigos de toda la vida se veían ahora enfrentados simplemente por el hecho de que les habían dicho que eran diferentes.
Pawla Kuczynskiego
Al día siguiente, la profesora invirtió los papeles y los niños de ojos marrones pasaron a ser los superiores. Lo curioso es que en ese momento este grupo realizó las tareas y los ejercicios de clase bastante más rápido que lo habían hecho el día anterior y mucho más rápido que el grupo de ojos azules. Cada grupo había adoptado perfectamente el rol de dominantes y subordinados con los correspondientes estados de ánimo de alegría y tristeza en cada uno de ellos.
Al finalizar, la profesora les explicó que se trataba de un ejercicio para que se dieran cuenta de cómo actúan los racistas en su país y que, si no les parecía justo sentirse discriminados por el color de sus ojos, tampoco era justo perpetuar los prejuicios sociales basados en categorías como el color de la piel.
Más tarde, Elliot desarrolló un experimento similar con funcionarios de una prisión de máxima seguridad de Nueva York y obtuvo resultados sorprendentemente muy parecidos a los de los niños.
http://en.wikipedia.org/wiki/Jane_Elliott
http://blog.isdfundacion.org/2012/09/09/experimentos-psicosociales-n%C2%BA3-una-clase-dividida-jane-elliot-1968/

martes, 24 de junio de 2014

La indefensión aprendida

La indefensión aprendida es un tecnicismo que se refiere a la condición de un ser humano o animal que ha "aprendido" a comportarse pasivamente, con la sensación subjetiva de no poder hacer nada y que no responde a pesar de que existen oportunidades reales de cambiar una situación detestable. 
La indefensión aprendida fue postulada por el psicólogo Martin Seligman. Seligman exponía a dos perros, encerrados en grandes jaulas, a descargas eléctricas ocasionales. Uno de los animales tenía la posibilidad de accionar una palanca con el hocico para detener esa descarga, mientras el otro animal no tenía medios para hacerlo. El tiempo de la descarga era igual para ambos, ya que la recibían en el mismo momento, y cuando el primer perro cortaba la electricidad, el otro también dejaba de recibirla.
En cualquier caso, el efecto psicológico en ambos animales era muy distinto; mientras el primero mostraba un comportamiento y un ánimo normal, el otro permanecía quieto, lastimoso y asustado, con lo que la importancia de la sensación de control en el estado de ánimo parecía demostrada. Incluso cuando la situación cambiaba para el segundo animal, y ya sí podía controlar las descargas, era incapaz de darse cuenta y seguía recibiendo descargas sin intentar hacer nada para evitarlo.

A aquellos individuos que han sido ineficaces o menos sensibles para determinar las consecuencias de su comportamiento se dice que han adquirido indefensión aprendida.
Algunos estudios han revelado que, cuando a una persona se le castiga de manera continua sin importar lo que haga, desarrolla indefensión aprendida, por lo que el sujeto deja de responder e intentar cambiar la realidad.
Muy vinculado a esta cuestión está el concepto de hegemonía en Gramsci.
http://stephanecoutelle.com/
http://www.domusweb.it/en/home.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Indefensi%C3%B3n_aprendida

lunes, 23 de junio de 2014

Cuando las culturas chocan

El lingüista británico Richard Lewis, en su libro, Cuando las culturas chocan, usa tres variantes para su diagrama de las relaciones de los países:
Lineales-activos: aquellos que planean, programan, organizan, buscan encadenar acciones y hacen una cosa cada vez. Los alemanes y suizos están en este grupo.
Multi-activos: aquellos pueblos animados, locuaces, que hacen muchas cosas a la vez, que planifican sus prioridades no de acuerdo con un calendario sino por el placer o importancia relativa que cada actividad trae consigo. Los españoles, italianos, latinoamericanos y árabes son miembros de este grupo.
Re-activos: aquellas culturas que dan prioridad a la cortesía y al respeto, escuchando en silencio y con calma a sus interlocutores y reaccionan atentamente ante las propuestas de la otra parte; los chinos, japoneses y fineses encajan en este grupo.
Lewis afirma que esta categorización de las normas nacionales no cambia significativamente con el tiempo. El comportamiento de las personas de diferentes culturas no es algo liviano, existen tendencias claras y tradiciones que lo afianzan. 
Incluso en los países donde el cambio político y económico está siendo rápido o profundo (Rusia, China, Hungría, Polonia, Corea, Malasia, etc.), las actitudes y creencias profundamente arraigadas resisten una transformación repentina de valores, incluso cuando son forzadas por los gobiernos o por organizaciones multinacionales.
Una cuestión curiosa es la particularidad de cada cultura en su relación con el tiempo. 
El tiempo se ve con una luz diferente por las culturas orientales y occidentales, e incluso dentro de estas agrupaciones asume aspectos muy diferentes de país a país. En el hemisferio occidental, Estados Unidos y México emplean el tiempo de maneras tan diametralmente opuestas que causa un choque entre los dos pueblos. En Europa occidental, la actitud de Suiza tiene poca relación con la de su vecina Italia.
Para un norteamericano, el tiempo es dinero. En una sociedad cuyo fin primordial es el lucro, el tiempo es un bien muy preciado. En los EE.UU. hay que hacer dinero, de lo contrario no eres nadie. Tienes 40 años para ganar 4 millones de dólares, lo que significa 100.000 por año. Para lograr esto en 250 días de trabajo, tienes que ingresar 400 dólares por día o 50 por hora. Con esta visión, los estadounidenses pueden decir que su tiempo cuesta 50 dólares la hora. Los estadounidenses también hablan de perder el tiempo y tienen un control muy medido del gasto, el presupuesto y el ahorro de tiempo.
Los estadounidenses no son los únicos que santifican la hora normal; también es prácticamente una religión en Suiza y Alemania. Estos países, junto al mundo anglosajón en general, los Países Bajos, Austria y los países escandinavos tienen una visión lineal del tiempo y de la acción. Sospechan, como los americanos, que el tiempo se desperdicia si no se toman decisiones o se realizan acciones con un fin determinado.
Estos grupos también son monocrónicos; es decir, que prefieren hacer una sola cosa a la vez, para concentrarse en él y hacerlo dentro de un horario fijo. Piensan que de esta manera consiguen más cosas y más eficientemente. 
Los europeos del sur son multi-activos.Cuantas más cosas pueden hacer al mismo tiempo, más felices y más satisfechos se sienten. Organizan su tiempo (y la vida) de una forma completamente diferente a los americanos, los alemanes y los suizos. Los pueblos multi-activos no están muy interesados ​​en los horarios o en la puntualidad. Españoles, italianos y árabes ignoran el paso del tiempo si esto significa interrumpir un acto placentero. 
"¿Estás enfadado porque he llegado a las 9:30?" le pregunta un italiano a su colega alemán. "En mi agenda pone que la cita era a las 9:00", dice el alemán. "Entonces, ¿por qué no escribes 09:30 y así estamos los dos contentos?" sería la respuesta lógica latina.
http://www.slate.com/blogs/business_insider/2013/09/08/the_lewis_model_explains_world_cultures_through_language.html
http://www.businessinsider.com/how-different-cultures-understand-time-2014-5#ixzz35MdQ9xJX
http://blogs.20minutos.es/nilibreniocupado/2011/04/13/las-horas-muertas/

sábado, 21 de junio de 2014

Tus abuelos no dormían como tú

Tal vez tus abuelos durmieron como tú. Y tus bisabuelos. Pero antes de 1800, la cosa cambia. Según diversos estudios, nuestros antepasados ​​dormían de una forma que hoy en día nos parecería extraña.
La costumbre de dividir el sueño en dos segmentos fue descubierto por primera vez por Roger Ekirch, profesor de Historia en la Universidad de Virginia.
Su investigación desveló que no siempre hemos dormido de un tirón las famosas ocho horas sino que, tradicionalmente, el sueño era segmentado en dos periodos. Según afirma el estudio (publicado tras 16 años de investigación) estábamos acostumbrados a dormir en dos períodos más cortos: se hacía un sueño de tres a cuatro horas, se continuaba con un periodo de vigilia de unas dos horas y se dormía de nuevo hasta el alba (el segundo sueño solía ser algo más largo que el primero). 
Su libro, Day's Close: Night in Times Past, descubre más de 500 referencias a un patrón de sueño segmentado: en diarios, expedientes judiciales, libros de medicina y literatura; desde la Odisea de Homero hasta estudios antropológicos sobre narraciones de tribus en Nigeria .
"No es sólo el número de referencias, es la forma en la que se refieren a ello, como si todo el mundo lo diese por sabido", dice Ekirch. Lo sorprendente no es que la gente durmiese en dos periodos, sino que el hecho fuese tan increíblemente común. En el escrito de un médico inglés se afirma, por ejemplo, que el tiempo ideal para el estudio y la contemplación era entre el "primer sueño" y el "segundo sueño". Chaucer habla de un personaje de los cuentos de Canterbury que se va a la cama después de su "primer sueño". Otro médico, francés del siglo XVI, al intentar explicar por qué los obreros concebían más hijos, afirmaba que, por lo general, tenían relaciones sexuales después de su primer sueño.
El libro está repleto de ejemplos de este tipo.
Pero, ¿qué hacía la gente durante estas horas? Muchos hacían lo mismo que los obreros del XVI. La mayoría se quedaba en sus camas y dormitorios, a veces leyendo; muchas veces se usaba este tiempo para orar.  Los manuales religiosos incluían oraciones especiales para las horas mediados de sueño.
Como sabemos, esta práctica finalmente se extinguió. Ekirch atribuye el cambio a la llegada de la iluminación de las calles y la luz artificial, finalmente eléctrica, así como la popularidad de los cafés. El autor Craig Koslofsky ofrece otra teoría en su libro Imperio de la tarde, según este autor, con el aumento del alumbrado público, la noche dejó de ser el dominio de los delincuentes y se convirtió en tiempo de trabajo y ocio.


http://www.bbc.co.uk/news/magazine-16964783
http://www.nytimes.com/2012/09/23/opinion/sunday/rethinking-sleep.html?pagewanted=1&_r=0&ref=general=all&src=me

sábado, 14 de junio de 2014

Un neandertal emplumado en el Museo de la Evolución Humana de Burgos

La reconstrucción que se hacía antiguamente de los neandertales era la de unos seres muy desgarbados, con las rodillas flexionadas, pero ya hace mucho tiempo que se sabe que la postura bípeda completa, del mismo tipo que la nuestra, se alcanzó hace más de cuatro millones de años, con los primeros australopitecos. Los neandertales eran más anchos de caderas y de tronco que nosotros, y muy musculosos, de piernas y antebrazos cortos. La frente era huidiza, bajo las cejas había un engrosamiento óseo que hacía que sobresaliesen, y carecían de mentón.

En esas reconstrucciones antiguas les ponían en todo el cuerpo el pelo de los chimpancés, y eso los hacía parecer muy primitivos. Hoy se los representa con cabello y barba, y el resto del cuerpo poco velludo, y así parecen mucho más humanos. Sin embargo, no hay ningún dato científico que avale que tenían cabello (es decir, pelo de crecimiento continuo) y barba (también de crecimiento permanente), ya que nuestra especie es la única que muestra este tipo de pelo en la biosfera actual.
Para llevar a cabo la reconstrucción del neandertal su autor, el paleoartista italiano Fabio Fogliazza, del Laboratorio de Paleontología del Museo de Historia Natural de Milán, empleó cerca de seis meses. Empezó por modelar con arcilla los músculos faciales y adherirlos a un molde de uno de los cráneos de neandertal mejor conservados que se conocen, el descubierto en la cueva de La Ferrassie, en Dordoña, Francia. Posteriormente añadió la piel, también de arcilla, dando expresión al rostro. Luego procedió a crear un negativo del molde con una silicona elástica y a continuación, un positivo con resina sintética, al que aplicó el color de la piel y la pintura facial a base de pigmentos ocre rojizo (almagre) y negro, este último fabricado con dióxido de manganeso. Las plumas agregadas y la garra pertenecen a las especies documentadas en Fumane. Foto: Giorgio Bardelli, Museo de Historia Natural, Milán.

http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/el-rostro-de-un-neandertal-emplumado-abre-el-nuevo-espacio-exposi#.U5y2yPl_uSo

domingo, 8 de junio de 2014

La invención del alfabeto y la sociedad patriarcal. El alfabeto contra la diosa

Desde la invención del alfabeto, hubo voces discordantes que señalaron que transformaría la mente humana. Sófocles escribió que “nada que sea importante entra en la vida de los mortales sin una maldición”. Marshall Mcluhan, el gran analista de cómo la tecnología modifica nuestra psique y nuestro entorno de una manera más veloz de lo que podemos reflexionar, observó que el medio es el mensaje y que, al adoptar un soporte tecnológico, alteramos nuestra propia naturaleza independientemente del uso –del contenido— que le demos: la tecnología amplifica nuestros sentidos y, a la vez, los amputa.
Tomando de Mcluhan la premisa de que el medio es el mensaje, Leonard Shlain, en su libro El Alfabeto contra la Diosa, sugiere que, en ese punto seminal de la cultura occidental (adoptar el lenguaje escrito basado en signos fragmentarios y no en imágenes) se selló el cambio de la polaridad de lo femenino a lo masculino, dando lugar al patriarcado.
Este tránsito, que es "una ruptura del equilibrio natural", ocurre, según Shlain, a través de un cambio en la percepción. Lenguajes ideogramáticos y construcciones de pensamiento visuales-simbólicas –como pueden ser las estelas, los jeroglíficos o la pintura y escultura— conservan una naturaleza de simultaneidad: “el cerebro percibe las partes integrándolas sintéticamente. Las imágenes son percibidas todas de una vez”. Shlain agrega: “el culto a la Diosa, los valores femeninos y el poder de la mujer dependen de la ubicuidad de la imagen. El culto a Dios, los valores masculinos y el dominio del hombre están ligados a la palabra escrita”. A diferencia de este mundo ancestral en el que predominan las imágenes, leer palabras es un proceso de percepción fragmentaria. “Cuando el ojo escanea letras individuales en una secuencia lineal, surge una palabra con significado. El significado de un enunciado, como el que estás leyendo, progresa palabra con palabra. La comprensión depende de la sintaxis del enunciado, la particular secuencia horizontal en la que aparecen los elementos gramáticos.”
Lévi-Strauss había detectado en 1968 que “el único fenómeno que, siempre y en todas partes, parece estar vinculado con la aparición de la escritura es el establecimiento de sociedades jerárquica, compuestas por amos y esclavos y en las que una parte de la población está obligada a trabajar para la otra”.

Es difícil decir si fue el alfabeto la causa de que la historia haya tomado un cauce patriarcal o si en realidad este cauce, esta tendencia del poder masculino, ya existía y una de sus consecuencias fue la creación del alfabeto y de una escritura fragmentaria y abstracta. De cualquier manera, la hipótesis de Shlain es fascinante y sugiere también que, con la aparición de los medios audiovisuales, el pensamiento femenino estaría reapareciendo y recobrando fuerza.
Muy cuestionable pero 
curioso.
http://pijamasurf.com/2014/06/como-la-invencion-del-alfabeto-creo-la-sociedad-patriarcal/
http://www.ritosimbolico.net/studi2/studi2_06.html
http://www.dailymail.co.uk/news/article-2161118/Aboriginal-erotic-rock-art-proves--28-000-years-ago--men-ONE-thing-minds.html

domingo, 1 de junio de 2014

Mujeres y matemáticas

Es un lugar común: las niñas y las mujeres tienen una menor capacidad para las matemáticas debido a una diferencia biológica.
Un reciente estudio sobre el rendimiento escolar en matemáticas ha destrozado este presupuesto. La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, ha probado que algunas hipótesis que tratan de explicar la brecha de género en el rendimiento en matemáticas no están respaldadas por los datos.
Con datos de 86 países, los investigadores vincularon las diferencias en el rendimiento matemático a factores sociales y culturales. La diferencia está más relacionada con la cultura que con la biología. 
El estudio analizó estos datos para probar la hipótesis expuesta en 2005 por Lawrence Summers de que los hombres difieren más de la media en ambos extremos del espectro y que, por tanto, están más representados en el sector de mayor rendimiento. Sin embargo, utilizando datos internacionales, los científicos de Wisconsin observaron que esta mayor variación masculina en el rendimiento en matemáticas no está presente en algunos países, lo que indica que este factor está más relacionado con la cultura que con la biología. Al examinar los datos en detalle, los autores de Wisconsin señalan otros factores, "las niñas del estudio que viven en algunos países de Oriente Medio, como Bahrein y Omán, no tuvieron muy buenas puntuaciones, pero los niños lo hicieron aún peor; estos resultados no se han relacionado con la cultura musulmana o el tipo de educación no-mixta en las aulas", afirma Jonathan Kane, coautor del estudio junto a Janet Mertz. Por estas razones, Mertz y Kane creen que es mucho más razonable atribuir las diferencias en el rendimiento en matemáticas a factores sociales específicos de cada país.

http://www.sciencemag.org/content/320/5880/1164.summary
http://news.sciencemag.org/math/2014/03/both-genders-think-women-are-bad-basic-math
http://www.mujeryciencia.es/
http://www.20minutos.es/noticia/1247656/0/matematicas/hombres-mujeres/diferencias/
http://thisisnthappiness.com/post/85932392029/chill

viernes, 23 de mayo de 2014

Un cambio climático provocó la extinción de los hominoideos de Europa

Tras expandirse por África, los hominoideos  empezaron a dispersarse por Eurasia hace 14 millones de años, donde se diversificaron dando lugar a numerosas especies gracias a la especialización alimentaria. Pero este factor parece haber sido responsable de su desaparición, según un estudio publicado en la revista Plos One por un equipo de científicos del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont. 
A. Reconstrucción de la cara de Pierolapithecus catalaunicus, por Meike Köhler.
 B. Reconstrucción de Anoiapithecus brevirostris, por Marta Palmero.
C. Reconstrucción de Hispanopithecus laietanus, por Ramon López. Foto: ICP

Cara de Pierolapithecus catalaunicus,
recuperado en 2002 en el vertedero de Can Mata
(Els Hostalets de Pierola, Anoia). Foto: ICP.
La investigación ha determinado la dieta de cinco especies de hominoideos de la Península Ibérica a partir del microdesgaste que presentan sus dientes e integra los resultados con los de otras especies del este de Europa. Según los datos aportados a partir de esta técnica, un cambio climático habría reducido la disponibilidad de su alimento principal y las especies no se habrían adaptado a otros recursos alimentarios.

Cuando los cambios en el clima se hicieron más acusados, los hábitats de estas especies se fragmentaron y sus alimentos favoritos comenzaron a escasear durante largas épocas del año. En Europa central y occidental, estas especies no habrían sido capaces de adaptarse a otros tipos de alimentación y se extinguieron hace entre doce y nueve millones de años, mientras que las especies del este de Europa sobrevivieron hasta hace siete millones de años.

Fuentes: 
http://www.icp.cat/index.php/es/sala-de-prensa/noticies-icp/1012-extincio-hominoideus-europa-dieta-plos-one-demiguel
http://www.agenciasinc.es/Multimedia/Fotografias/Un-cambio-en-el-clima-provoco-la-extincion-de-los-hominoideos-de-Europa

miércoles, 23 de abril de 2014

jueves, 6 de marzo de 2014

4000 años de erotismo

La Epopeya de Gilgamesh, gran obra literaria de Mesopotamia, alaba el sexo como uno de los placeres humanos que deben disfrutarse durante nuestra breve estancia en este planeta. En la obra, la diosa Siduri le dice al rey de Uruk "dejar que el abdomen se llene, disfrutar del día y de la noche, bailar, cantar y divertirse, y que tu esposa se deleite en tu regazo! Este es el destino de los mortales".
Y deje que la esposa se deleite en tu regazo... es un eufemismo común para el sexo en el antiguo acadio, el idioma en el que Gilgamesh fue escrito. La epopeya de Gilgamesh describe también la sexualidad como una fuerza potente que distingue a los humanos de los animales. Enkidu, el hombre salvaje que convierte Gilgamesh en compañero de armas, es domesticado por una ramera que lo atrapa con sus artimañas sexuales. 
Durante el periodo babilónico (hace unos 4.000 años) la sexualidad se plasmaba en pequeñas obras de arcilla, de las que nos ha llegado una cantidad considerable. Son pequeñas piezas que caben en la palma de la mano. Dos de ellas se exhiben estos días en el museo arqueológico de Israel.
"Es un tipo de arte pop, porque es un material muy barato y fácil de hacer", señala la restauradora del museo, Laura A.Peri. Explicó que la sexualidad era muy prominente en la antigua Sumer y el arte y la literatura babilónica, en particular a finales del tercer milenio y principios del segundo.
 La primera placa muestra a un hombre penetrando a una mujer de pie por detrás.
La segunda, un poco más pequeña, representa a un hombre y una mujer en una posición similar. Según la doctora  Julia Assante , historiadora especializada en Próximo Oriente, la mujer bebiendo cerveza de una pajita no era más que un reflejo de los encuentros sexuales, "sin duda, un juego de palabras visual." La paja en la boca de la mujer y el hombre levantando una copa de vino eran un símbolo de sexo oral.

http://www.timesofisrael.com/4000-year-old-erotica-depicts-a-strikingly-racy-ancient-sexuality/