miércoles, 3 de abril de 2013

Taylorismo digital

El taylorismo se basa en la aplicación de métodos científicos de orientación positivista y mecanicista al estudio de la relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción industrial, con el fin de maximizar la eficiencia de la mano de obra, máquinas y herramientas, mediante la división sistemática de las tareas, la organización racional del trabajo en sus secuencias y procesos, y el cronometraje de las operaciones, más un sistema de motivación mediante el pago de primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la actividad industrial.
Frederick W. Taylor intentó eliminar por completo los movimientos innecesarios de los obreros con el deseo de aprovechar al máximo el potencial productivo de la industria. Hizo un estudio con el objetivo de eliminar los movimientos inútiles y establecer por medio de cronómetros el tiempo necesario para realizar cada tarea específica.
La división del trabajo planteada por Taylor, efectivamente, reduce los costos y reorganiza científicamente el trabajo, pero encontró una oposición creciente en los trabajadores, que sumado a la crisis de expansión estructural de mercado lo llevaría a una reformulación práctica en el siglo XX que es la idea de fordismo.

Los autores Brown, Lauder y Asthton denominan taylorismo digital a la organización global del denominado trabajo de conocimiento, propio de la revolución informática o tercera revolución industrial, que es sometido al mismo proceso de gestión de organización científica que en su día sufrieron los denominados trabajos artesanales por el taylorismo.
El taylorismo digital somete las tareas, hasta hace poco consideradas no mecanizables -de carácter creativo, intelectual- propio de las clases medias, al mismo destino que las artesanales: son codificadas y digitalizadas, consiguiendo que la capacidad humana de decisión y juicio pueda ser sustituida por programas automáticos con protocolos de decisión informatizados -mecanizados-. Además, por su facilidad de deslocalización y movilidad técnica de los procesos -propia de las conexiones globales informatizadas- los empleos son fáciles de exportar, cambiar y sustituir.
Son los países desarrollados los que más van a sufrir el taylorismo digital ya que las tareas informatizables aumentan día a día y es en los países en desarrollo y subdesarrollados donde se encuentran salarios cada vez más bajos. Los empleados cualificados irán al más bajo postor globalizado. Si esta teoría se materializa, el declive de los sueldos y la satisfacción laboral de la clase media no han hecho más que empezar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Deprimente panorama. Has puesto nombre y apellidos a realidades ya existentes.Ahora que la realidad virtual y lo digital empiezan a abrumar y que la población media adquiere poca o ninguna formación humanística de calidad,el taylorismo provocará no sólo el control de movimientos innecesarios sino también la amputación de parte del cerebro para que no desperdiciemos el tiempo pensando más de lo necesario.
O puede que no.