En noviembre de 1920 estalló en Santa Cruz (provincia del sur de Argentina) la huelga de peones rurales que pasó a la historia como La Patagonia Rebelde o la Patagonia Trágica.
Durante el periodo de la 1ª Guerra Mundial, la Federación Obrera Regional Argentina había organizado en Río Gallegos (capital de la provincia de Santa Cruz) la Sociedad Obrera de Río Gallegos dirigida por el
anarquista español, Antonio Soto, conocido como "el gallego Soto". Santa Cruz
era un centro de producción de lana con destino a la exportación, con grandes
latifundios y frigoríficos ingleses. La baja demanda de los stocks de lana que
estaban acumulados al finalizar la Primera Guerra Mundial y la caída del precio
de la lana en el mercado internacional
darán lugar a una profunda crisis regional. Esta afectó a los estancieros y comerciantes,
pero repercutió aún más sobre los trabajadores laneros y los peones rurales, que
vivían en condiciones miserables. La jornada normal de los obreros era de 12 horas, la de los esquiladores y los arrieros rondaba las 16
horas; los salarios eran ínfimos y frecuentemente eran pagados en bonos o en
moneda extranjera (solo aceptada en algunos comercios y por un valor menor al real).
La huelga de protesta en septiembre de 1920 contra las arbitrariedades de la autoridad policial, el boicot a varios comerciantes ligados a la Sociedad Rural y la detención de los dirigentes de la Sociedad Obrera iniciaron el conflicto. Acudieron delegados de toda la provincia, que discutieron las medidas a exigir a la Sociedad Rural. En esta situación, los obreros congregados en la Sociedad Obrera presentaron a la patronal un pliego de reivindicaciones exigiendo la mejora de las condiciones laborales.
Entre otras demandas, los obreros exigían que en recintos de 16 m² no durmieran más de tres hombres, que se entregase un paquete de velas a cada obrero mensualmente, que no se trabajase los sábados, raciones de alimentos más abundantes, un sueldo mínimo mensual de 100 pesos y el reconocimiento de la Sociedad Obrera como el único representante legítimo de los trabajadores.
La huelga de protesta en septiembre de 1920 contra las arbitrariedades de la autoridad policial, el boicot a varios comerciantes ligados a la Sociedad Rural y la detención de los dirigentes de la Sociedad Obrera iniciaron el conflicto. Acudieron delegados de toda la provincia, que discutieron las medidas a exigir a la Sociedad Rural. En esta situación, los obreros congregados en la Sociedad Obrera presentaron a la patronal un pliego de reivindicaciones exigiendo la mejora de las condiciones laborales.
Entre otras demandas, los obreros exigían que en recintos de 16 m² no durmieran más de tres hombres, que se entregase un paquete de velas a cada obrero mensualmente, que no se trabajase los sábados, raciones de alimentos más abundantes, un sueldo mínimo mensual de 100 pesos y el reconocimiento de la Sociedad Obrera como el único representante legítimo de los trabajadores.
Estas reivindicaciones fueron rechazadas por la organización de los estancieros, la
Sociedad Rural. La respuesta de los trabajadores fue declarar la huelga general
en toda Santa Cruz.
Frente a estos hechos, Yrigoyen (el presidente de la República) designó a Varela* para intentar limar asperezas entre las partes. Después de entrevistarse con los huelguistas, se llegó a un principio de acuerdo que, al retirarse Varela de las tierras patagónicas, los estancieros no cumplieron. La huelga volvió a iniciarse.
Frente a esta vuelta a la huelga, Varela es de nuevo enviado a Santa Cruz.
El 10º Regimiento de Caballería a cargo de Varela llegó a Río Gallegos el 10 de noviembre de 1921. Apenas llegado, Varela impuso la "pena de fusilamiento" contra los peones y obreros en huelga.
Las tropas de Varela persiguieron a los obreros a sangre y fuego durante más de un mes, fusilando a la mayoría de ellos.
El hecho que mejor ilustra los métodos criminales utilizados por Varela fue el asesinato de José Font (alias Facón Grande), que fue asesinado por orden del propio Varela cuando lo convocó para dialogar sobre un principio de acuerdo.
En total, fueron fusilados 1.500 peones de campo, obreros y sindicalistas patagónicos como represalia.
Terminada la matanza, el teniente coronel Héctor Benigno Varela fue nombrado director de la Escuela de Caballería de Campo de Mayo por Hipólito Yrigoyen. Después de la ceremonia, fue invitado a participar en una cena en su honor ofrecida por la Liga Patriótica Argentina y un grupo de empresarios anglosajones que le cantaron for he’s a jolly good fellow (”porque es un chico excelente”). La película La Patagonia rebelde de 1974 recrea este momento.
El 27 de enero de 1923, un año después de la finalización de la matanza en Santa Cruz, llegó el final para Varela.
Cuando salía de su casa, Kurt Gustav Wilckens, un obrero alemán de ideas anarquistas, le arrojó una bomba y le disparó cuatro tiros, como los cuatro tiros que ordenaba dar el mismo Varela.
http://www.pagina12.com.ar/especiales/archivo/peronismo_feinmann/CLASE85.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/H%C3%A9ctor_Benigno_Varela
http://blog.rtve.es/cafedelsur/
*Un año antes, Varela participó activamente en la represión de la Semana Trágica, en enero de 1919, bajo el mando de Luis Dellepiane. Los incidentes dejaron un saldo de entre 141 a 700 muertos (según la fuente que se consulte) y centenares de heridos. Este suceso es conocido también como el primer pogrom en América Latina, ya que la Liga Patriótica Argentina atacó a la comunidad judía local.
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