viernes, 30 de enero de 2015

El zapatero y el rey

María Padilla y Pedro I, grabado de Paul Gervais
Esta leyenda, que me contaba mi padre, está relacionada con la estancia del rey Pedro (el Cruel o el Justo, según quien cuente la historia) en Sevilla y se refiere a lo que sucedió a un arcediano y al hijo de un zapatero.
Un arcediano de la catedral de Sevilla,  un hombre con fama de irascible, tuvo cierto día una discusión con un zapatero en el curso de la cual el eclesiástico, furioso, sacando un puñal, le atravesó el corazón de parte a parte.
Amparándose en su poder y autoridad, el cabildo de la catedral hispalense se reunió y acordó sentenciar al diácono con la prohibición de decir misa durante un año.
Al hijo del zapatero le pareció demasiado benigna la sentencia y, decidido a obtener justicia, se la pidió al rey. Éste le preguntó:
—Y el arcediano, ¿no ha sido castigado?
—Sí, señor; le han condenado a no decir misa durante un año.
—Y tú, ¿te crees capaz de matar al arcediano?
—Sí, señor, en cuanto pueda.
—Ya se verá.
Pocos días después se celebraba una procesión que se interrumpió cuando el zapatero se abalanzó sobre el arcediano, al que dejó seco de una puñalada. Se arremolinaron los espectadores, que sujetaron al asesino, y se disponían a llevarlo a la cárcel cuando el rey, que asistía a la procesión, los interrumpió ordenando que llevasen al matador ante su presencia.
—¿Por qué has matado al arcediano?
—Él mató a mi padre de una puñalada y he querido pagarle en la misma moneda.
El rey se dirigió a los eclesiásticos y les preguntó:
—¿Cómo no fue castigado el arcediano por este crimen?
—Sí, señor; lo fue: fue condenado a no decir misa durante un año.
Y entonces el rey se dirigió al zapatero y le dijo:
- ¿Cuál es tu profesión?
- Zapatero, como mi padre.
- Yo te condeno a no hacer zapatos durante un año.
Y esta fue la justicia del rey don Pedro.

Fuentes:
Mena, José María de: Tradiciones y leyendas sevillanas, Plaza y Janés, Barcelona, 2008
Fisas, Carlos: Historias de la Historia. Planeta, Barcelona, 1989
http://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_I_de_Castilla#mediaviewer/File:Paul_Gervais_-_Maria_de_Padilla.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_I_de_Castilla#mediaviewer/File:Battle_najera_froissart.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_I_de_Castilla

jueves, 29 de enero de 2015

Los disparatados científicos del Hyperclub

En octubre de 1920, en medio de un revolucionado ambiente científico que intentaba asimilar la mecánica cuántica, la relatividad y otras nuevas ideas que parecían contradecir el razonamiento lógico, un grupo de intelectuales españoles con mucho sentido del humor fundaron en Madrid el Hyperclub.
Era una sociedad selecta y solamente aceptaba socios que hubieran llevado a cabo algún proyecto insensato, o que presentaran algún estudio que fuera contra la lógica o la intuición.
“La falta de sentido común era el ideal del club, y sus miembros debían personificar este ideal al formular sus proyectos”, escribe Thomas Glick, profesor de Historia medieval española e Historia de la ciencia y la tecnología en la Universidad de Boston (EEUU).
En sus reuniones solamente se tenían en cuenta ideas y proyectos disparatados, como, por ejemplo, la propuesta del aviador José Rodríguez Díaz de Lecea de perseguir avutardas hasta derribarlas con las alas del aeroplano; o la transcripción al verso en castellano del Tratado de Mecánica Celeste del científico Laplace que hizo el aviador vasco Legórburu.
Era frecuente que el ingeniero Emilio Herrera, presidente de la sociedad, llevara al club las extravagantes propuestas que le llegaban de ciudadanos que aseguraban saber cómo llegar a la Luna o diseñar un motor que no necesitara combustible.
Ingenieros, intelectuales y pilotos militares se mezclaban en las reuniones que tenían lugar en el Aeroclub de Madrid, cerca de un hospital psiquiátrico que los miembros consideraban paso previo obligatorio para la entrada en el Hyperclub.
“De acuerdo con los estatutos, escritos por el propio Herrera, el presidente debía referirse a los miembros de usted, pero los miembros debían utilizar el informal ‘tú’ cuando se dirigían al presidente”, indica Glick.
Al comenzar la guerra civil española, cada miembro tomo partido por el bando al que se consideraba más afín. El grupo quedó disuelto y el Hyperclub desapareció.
Emilio Herrera y Ricardo Baroja, hermano del novelista Pío Baroja, fueron dos de los simpatizantes de la República. El primero acabó exiliado en Francia y el segundo se retiró a su caserío de Vera de Bidasoa (Navarra). 
Tras la guerra se cartearon para mantener el contacto y recordar sus divertidas reuniones. En una de las cartas, Ricardo Baroja le pide a Herrera, por entonces Ministro de Asuntos Militares de la República en el exilio, que le facilite un avión y un piloto para bombardear el palacio del Pardo. La contestación de Herrera no se hace esperar, diciéndole que su petición mostraba tal falta de cordura que le hacía merecedor del título de presidente del Hyperclub.

Fuentes:
http://www.agenciasinc.es/Reportajes/Reservado-el-derecho-de-admision-solo-cientificos-con-ideas-disparatadas
http://www.designboom.com/art/fruit-and-vegetable-light-radu-zaciu-01-28-2015/
http://thisisnthappiness.com/post/101117236584/like-me

martes, 27 de enero de 2015

¿Es el bilingüismo realmente una ventaja? La ventaja bilingüe

En 1922, en el  Tractatus Logico-Philosophicus, el filósofo Ludwig Wittgenstein escribió: "Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo". Las palabras que tenemos a nuestra disposición afectan a lo que entendemos y mientras más palabras existan, mejor será nuestra percepción. Cuando aprendemos a hablar un idioma diferente, aprendemos a ver un mundo más grande.
Muchos investigadores del lenguaje están de acuerdo con esta premisa. No sólo hablar varios idiomas nos ayuda a comunicarnos, también el bilingüismo (o multilingüismo) puede conferir ventajas para un cerebro en desarrollo. Como el niño bilingüe cambia de registro entre idiomas, se desarrolla un mayor control ejecutivo o una mayor capacidad para gestionar con eficacia lo que se llaman los procesos cognitivos superiores, tales como la resolución de problemas o la memoria y, por lo general, desarrolla una mente más flexible y ágil. Es un fenómeno que los investigadores llaman la ventaja bilingüe.
En la primera mitad del siglo XX, los investigadores pensaban que el bilingüismo  ponía a los niños en una situación  de desventaja, al reducir su coeficiente intelectual y su desarrollo verbal. Pero, en los últimos años, la noción de una ventaja bilingüe ha surgido a partir de una investigación aparentemente más profunda y convincente, como la realizada por la psicóloga Ellen Bialystok. Para muchas tareas, incluyendo las que implican la memoria y la organización del trabajo, los bilingües parecen tener ventaja. En una revisión de 2012, Bialystok mostró que los bilingües muestran  un mejor control ejecutivo, una cualidad que se ha relacionado, entre otras cosas, a un mejor rendimiento académico. Y cuando se trata de cualidades como la atención sostenida y el cambio entre tareas con eficacia, los bilingües suelen destacar. Parece bastante evidente, entonces, que, dada una elección, debemos intentar educar a nuestros hijos e hijas en una enseñanza bilingüe.
Desde la edad de once años, Angela de Bruin hablaba dos idiomas. Nacida en la década de los ochenta en Nijmegen, un pequeño pueblo de los Países Bajos, de Bruin hablaba holandés en casa y, en la escuela, en inglés. Interesada en el tema, leyó con avidez sobre las ventajas cognitivas que proporciona hablar de forma fluida dos o más idiomas. En la universidad, estudió lingüística y neurociencia. Y, en 2012, de Bruin se inscribió en el programa de postgrado de psicología en la Universidad de Edimburgo para conocer aún más el vínculo entre bilingüismo y cognición.
Realizó su primeros estudios e investigaciones y no encontró ninguna prueba de esa ventaja. En sus pruebas, monolingües y bilingües realizaban las tareas de forma idéntica. Analizó la literatura sobre la cuestión y revisó ciento sesenta y nueve resúmenes de congresos y conferencias (entre 1999 y 2012) que tenían que ver con el bilingüismo y el control ejecutivo. En las conferencias, la mitad de los resultados que se presentaban apoyaban la tesis de la ventaja bilingüe mientras que la otra mitad proporcionaba una refutación parcial o completa a la tesis. Cuando llegó a las publicaciones que aparecieron después de la presentación preliminar, sin embargo, la ruptura fue brutalmente diferente. El sesenta y ocho por ciento de los estudios que apoyaban una ventaja bilingüe encontró un lugar en una revista científica, en comparación con sólo el veintinueve por ciento de los que no encontraban diferencias o apoyaban tesis contrarias. "Nuestra visión general muestra que hay una imagen distorsionada de los resultados de los estudios actuales sobre el bilingüismo, con los investigadores (y los medios de comunicación) creyendo que el efecto positivo del bilingüismo en los procesos cognitivos no lingüísticos es fuerte y sin respuesta."
¿Eso significa que no hay tal cosa como una ventaja bilingüe? No. Es sólo un estudio. Pero añade más evidencias al argumento de que la ventaja bilingüe es a veces exagerada. "Definitivamente no estoy diciendo que no haya ventaja bilingüe", dice de Bruin. "Pero la ventaja puede ser diferente de la forma en que muchos investigadores han descrito".
De hecho, estudios recientes de la Universidad de Toronto parecen confirmar que una de las grandes ventajas del bilingüismo parece ser que el cerebro es más resistente al deterioro cognitivo y, en concreto, al Alzheimer. 
Fuentes:
http://www.newyorker.com/science/maria-konnikova/bilingual-advantage-aging-brain
http://mashable.com/2015/01/14/monodramatic-self-photography/
http://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_de_Alzheimer

sábado, 24 de enero de 2015

La verdadera historia del cinturón de castidad


Un cinturón de castidad es una braga de hierro que supuestamente se obligaría a usar a algunas mujeres en la Edad Media para evitar las infidelidades sexuales en ausencia del esposo. Su efectividad se basa en el hecho de que, una vez cerrada con un candado y retirada la llave, resulta imposible que un hombre introduzca el pene en la vagina de la mujer, por la presencia de púas en el cinturón al nivel en el que ésta se encuentra, por lo que constituye un bloqueo para realizar el coito. Se utilizaba cuando los maridos se iban a las Cruzadas, a viajes de negocios o, simplemente, cuando se ausentaban por un largo tiempo. Existían dos llaves: una la tenía el marido y otra un sacerdote. Si el marido no volvía dentro del plazo de cuatro años, el sacerdote le quitaba el cinturón a la mujer.

El objeto ganó popularidad en Inglaterra en el siglo XIX gracias a un libro cuyo contenido lo describía como "una de las cosas más extraordinarias que los celos masculinos hayan realizado". El libro describe cómo era usado el objeto para asegurar la fidelidad de las damas que se quedaban solas en casa mientras sus maridos iban a luchar en las Cruzadas. El origen de este bulo parece encontrarse en Italia, donde apareció (en 1548) un cinturón de castidad en el catálogo del arsenal de la República de Venecia, que pertenecía Francisco II «El Joven», tercer señor de Padua, quien tras enfrentarse en guerra con la República Serenísima, fue conducido a Venecia y estrangulado en la celda junto a su hijo en 1405. Venecia creó una leyenda denigratoria sobre Francisco II por utilizar para su mujer y para sus innumerables amantes cinturones de castidad, «un instrumento de tortura», y por tanto era «un señor sádico perverso y tirano» que legitimaba moralmente a Venecia a incorporarse Padua y a justificar el horrible crimen. Kissinger o Bush no han inventado nada nuevo.

La verdad, sin embargo, es otra. El cinturón de castidad no puede usarse más que durante unas horas, como mucho un par de días. De otra forma, la mujer que lo llevase moriría víctima de infecciones, abrasiones y laceraciones provocadas por el contacto con el metal o, a largo plazo, si el cinturón entraba en contacto con agua, de tétanos causado por la oxidación del cinturón sobre la piel; de hecho, la portadora ni siquiera podría caminar libremente ni mucho menos sentarse.
Es en el siglo XIX cuando los cinturones, más refinados, pequeños y ligeros, son usados (muy esporádicamente) por algunas mujeres de Inglaterra y Francia, como las enfermeras y religiosas que atendían heridos en los frentes de batalla, para evitar las violaciones.

De cualquier modo, el cinturón de castidad es en realidad una invención muy posterior a la Edad Media, como mínimo del Renacimiento, aunque lo cierto es que no existen referencias históricamente probadas anteriores al siglo XIX. Ninguno de los cinturones de castidad que existen fueron hechos en el medievo, todos los expuestos en museos son falsificaciones del siglo XIX.
Fuentes:
http://www.abc.es/20120220/sociedad/abci-gran-mentira-cinturones-castidad-201202201403.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Cintur%C3%B3n_de_castidad

martes, 20 de enero de 2015

Los baños y la higiene en la corte del Rey Sol

Durante la época medieval, las casas de baños municipales desempeñan un papel especialmente importante. Sin embargo, la Iglesia denunció que contribuían a la lujuria y procuró que se cerraran estas instituciones, que en un principio se hallaban exclusivamente destinadas a fines higiénicos. De este modo, las casas de baños desaparecieron poco a poco de las ciudades y la gente empezó a perder el hábito de bañarse. El aseo corporal dejó de tener importancia hasta el punto de que en el siglo XVII, época de un lujo refinado en el vestido, el baño solamente se conocía como una prescripción médica poco frecuente. 
Desde el siglo XVI al XVIII de los baños se huía como del demonio porque los médicos pensaban que el agua por “su presión y calor” abría los poros y ablandaba el cuerpo exponiendo así a los órganos a enfermedades. En los tratados de medicina se decía: “conviene prohibir los baños, porque, al salir de ellos, la carne y el cuerpo son más blandos y los poros están más abiertos, por lo que el vapor apestado puede entrar rápidamente hacia el interior del cuerpo y provocar una muerte súbita”, y en otros se puntualizaba que “calentar los cuerpos era como abrirle las puertas al veneno del aire”. 
A la Iglesia y la medicina se sumaron de modo entusiasta las cortes palaciegas. El mismo Luis XIV era muy reacio al baño, pues le producía vértigos y dolores de cabeza. "El rey jamás se ha podido habituar a bañarse en casa", hace notar melancólicamente Vallot, su médico de cámara, en 1658 en el "Journal de la Santé du Roi".
Uno de los atributos más conocidos de Versalles son sus hermosas fuentes. En un trabajo notable de ingeniería, Luis XIV logró que su palacio tuviera unas fuentes espectaculares pero ningún retrete. Versalles contenía más de 300 habitaciones pero dentro de estas no había ningún baño. Por lo tanto, las 20.000 personas que llegaron a vivir en el palacio tuvieron que buscarse la forma para satisfacer sus urgencias fisiológicas. Los habitantes de Versalles tenían que defecar u orinar en los pasillos, corredores y rincones. Cualquier lugar era idóneo para realizar estos actos tan naturales y ni los nobles más refinados podían evitarlo. Estaban tan arraigados estos actos que, por poner un ejemplo, La ética galante, una publicación escrita en el año 1700, mostraba la forma de presentarse para un joven ante la sociedad educada, y recomendaba: “Si pasas junto a una persona que se esté aliviando, debes hacer como si no la hubieras visto.” En 1715 Luis XIV publicó un decreto según el cual las heces del palacio debía ser retiradas una vez por semana, lo que nos hace imaginar que la frecuencia de limpieza era mucho menor. Lo que prefiero no imaginarme son los olores... 

Imágenes y fuentes:
www.cienciared.com.ar/ra/usr/22/146/1deruisseau.doc
https://elglobodegambetta.wordpress.com/2013/01/02/la-higiene-en-versalles-una-historia-con-mal-olor/
http://creativerehab.tumblr.com/image/108260982641
http://inspirational-imagery.blogspot.com.es/2014/07/franco-matticchio.html

lunes, 19 de enero de 2015

Herramientas de piedra del norte de China podrían cuestionar la teoría sobre los orígenes del hombre

Los antropólogos están encantados -pero perplejos- de que los depósitos de sedimentos en el norte de China, donde se han descubierto un gran número de antiguas herramientas de piedra, parezcan haberse formado mucho antes de la aparición de los primeros antepasados del hombre.
Más de 400 fragmentos de utensilios de piedra han sido hallados desde finales de 2013 en una capa de sedimentos que originalmente se pensaba se había formado hace 15 millones de años, dijo el profesor Wei Qi, un investigador de la Academia de Ciencias de China.
"Es muy intrigante, pues, como se sabe, las primeras especies de Homo capaces de hacer herramientas no aparecieron antes de 2,6 millones de años en África", dijo.
"El sedimento debe ser considerablemente más joven de lo que los geólogos pensaban porque las herramientas de piedra no podrían haber aparecido tan tempranamente".
"Pero [el sedimento] sigue siendo muy antiguo. Si podemos establecer que tiene más de 2,6 millones de años, podríamos dar a la teoría bien establecida -del origen africano del hombre- una gran sacudida".
El yacimiento está en Shibaozhuang, un pueblo en la cuenca de Nihewan, un famoso -y polémico- lugar antropológico en la frontera entre las provincias de Shanxi y Hebei.


Durante casi un siglo, los antropólogos de China y de todo el mundo han descubierto en Nihewan un gran número de herramientas de piedra hasta 1,9 millones de años de antigüedad, y Nihewan es considerado como uno de los yacimientos más prometedores en China para encontrar los primeros rastros del género Homo.
Pero las herramientas halladas en Shibaozhuang son diferentes de los hallazgos anteriores, ya que la mayoría de las herramientas fueron hechas de piedras de jade, tal como el ágata, mientras que las herramientas de otros lugares de Nihewan han sido realizadas en su mayoría con piedras ordinarias.
Fuentes:

jueves, 15 de enero de 2015

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero

En su delicioso libro El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Oliver Sacks nos cuenta el estremecedor caso de un hombre sin memoria. Bueno, no es exactamente así. Jimmie G. sí tenía memoria, pero hasta una fecha concreta (1945) y ninguna desde esa fecha hasta 1975, cuando fue tratado por el doctor Sacks.
http://arrestedmotion.com/2015/01/
previews-incantation-roq-la-rue/
Jimmie era una persona simpática, muy dispuesta a hablar y a contestar cualquier pregunta que le hiciesen. En una primera entrevista dijo su nombre, su fecha de nacimiento y el nombre del pueblecito de Connecticut donde había nacido. Lo describió con amoroso detalle y habló de las casas donde había vivido su familia, incluso aún recordaba sus números de teléfono. Habló de la escuela y de su época de escolar, de los amigos que había tenido y de su época en la Marina, cuando lo reclutaron en 1943. Pero sus recuerdos, por alguna razón, se paraban ahí. Recordaba, y casi revivía, sus tiempos de guerra y de servicio militar, el final de la guerra, y sus proyectos para el futuro. 
Pero, curiosamente, al llegar a 1945 cambió el uso del pasado por el presente.
«- ¿En qué año estamos, señor G. ? —pregunté, ocultando mi perplejidad con una actitud despreocupada.
- En cuál vamos a estar, en el cuarenta y cinco. ¿Por qué me lo pregunta?
- Y usted, Jimmie ¿qué edad tiene?
Su actitud era extraña, insegura, vaciló un instante. Parecía estar haciendo cálculos.
- Bueno, creo que diecinueve, doctor. Los próximos que cumpla serán veinte.
Al mirar a aquel hombre de pelo canoso que tenía ante mí, tuve un impulso que nunca me he perdonado...
- Mire —dije, y empujé hacia él un espejo—. Mírese al espejo y dígame lo que ve. ¿Es ese que lo mira desde el espejo un muchacho de diecinueve años?
Palideció de pronto, se aferró a los lados de la silla.
- Dios Santo —cuchicheó—. Dios mío, ¿qué es lo que pasa? ¿Qué me ha sucedido? ¿Será una pesadilla? ¿Estoy loco? ¿Es una broma?
Parecía frenético, aterrado.
- No se preocupe, Jimmie —dije tranquilizándolo—. Es sólo un error. No hay por qué preocuparse. ¡Venga!
Lo llevé junto a la ventana.
- Verdad que es un maravilloso día de primavera —le dije—. ¿Ve aquellos chicos que hay allí jugando al béisbol?
Recuperó el color y empezó a sonreír y yo me escabullí llevándome aquel espejo odioso.
Volví dos minutos después. Jimmie aún seguía junto a la ventana, mirando muy contento a los chicos que jugaban al béisbol abajo. Se volvió cuando abrí la puerta y su expresión era alegre.
- ¡Hola, doctor! —dijo— ¡Bonita mañana! Quiere usted hablar conmigo... ¿Me siento en esta silla?
No había indicio alguno de reconocimiento en su expresión franca y abierta.
- ¿No nos hemos visto antes, señor G. ? —pregunté despreocupadamente.
- No, que yo sepa. Menuda barba que tiene. ¡A usted no lo olvidaría, doctor!
- ¿Por qué me llama doctor?
- Bueno, lo es usted, ¿no?
- Sí, pero si no nos hemos visto antes, ¿cómo sabe que lo soy?
- Es que usted habla como un médico. Se ve que es un médico.
- Bueno, tiene usted razón, lo soy. Soy el neurólogo de aquí.
http://www.marcjohns.com/blog/
-¿Neurólogo? Vaya, ¿tengo algún problema nervioso? Y dice usted «aquí»... ¿dónde estamos? ¿qué es este lugar?
-Precisamente iba a preguntárselo yo... ¿dónde cree usted que está?¿Se acuerda de que me habló de su infancia, de que se crió en Connecticut, de que trabajó como radiotelegrafista en submarinos?
Sí, sí, tiene usted razón en lo que dice. Pero eso no se lo conté yo, no le había visto a usted en mi vida. Debe haber leído cosas de mí en mi ficha.
- Está bien —dije—. Le contaré una historia. Un individuo fue a ver a su médico quejándose de que tenía fallos de memoria. El médico le hizo unas cuantas preguntas de rutina y luego le dijo: «Y esos fallos de la memoria, ¿qué me dice de ellos?» «¿Qué fallos?», contestó el paciente.
- Así que ése es mi problema —dijo Jimmie, echándose a reír—. Ya me parecía a mí. A veces se me olvidan cosas, de vez en cuando... cosas que acaban de pasar. Sin embargo el pasado lo recuerdo claramente.
«Está, digamos», escribí en mis notas, «aislado en un momento solitario del yo, con un foso o laguna de olvido alrededor... Es un hombre sin pasado (ni futuro), atrapado en un instante sin sentido que cambia sin cesar».
Hume escribió que «no somos más que un amasijo o colección de sensaciones diversas, que se suceden unas a otras con una rapidez inconcebible y que se hallan en un movimiento y en un flujo perennes». En cierto modo Jimmie había quedado reducido a un yo «humeano», a un hombre limitado  a ser un flujo continuo, un mero cambio de presentes desconectados, incoherentes.

Sacks, Oliver: El Hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Barcelona, Anagrama, 2004.

lunes, 12 de enero de 2015

Las persecuciones contra los cristianos en Roma

La historia tradicional de la persecución del cristianismo dice que el Imperio romano sentía un odio especial contra la nueva religión pero, según los especialistas en religiones antiguas Freke y Gandy, no era así.
Según la historia tradicional del cristianismo, numerosos cristianos sufrieron persecuciones horribles por parte de los romanos desde el primer momento. En realidad, no se persiguió legalmente a los cristianos hasta mediados del siglo III. Las anteriores persecuciones habían ido dirigidas contra individuos aislados o se habían limitado a una ciudad determinada por cuestiones muy puntuales. No se veía a los cristianos como una amenaza especial y, por tanto, tampoco se les oprimía de forma especial. 

Pero en el año 250 la peste se extendió por el mundo antiguo y diezmó poblaciones enteras. El Imperio estaba al borde del derrumbamiento y el culto cristiano se convirtió en el chivo expiatorio de las desgracias de los romanos. El emperador Decio ordenó a los cristianos que ofrecieran a los dioses sacrificios de animales por la salud y el bienestar del Imperio, e instigó la primera persecución general contra los que se negaron a obedecer. Duró sólo un año, pero se repitió con Valeriano en 257-259 y de nuevo con Diocleciano entre 303-305. En toda su historia, por tanto, el cristianismo fue perseguido de forma oficial durante cinco años.
Ahora sabemos que los propagandistas cristianos exageraron de modo disparatado la escala de estas persecuciones, incluso de la llamada «Gran Persecución» de Diocleciano. A mediados del siglo III, el cristiano Orígenes escribe que los «pocos» cristianos que habían muerto por su fe eran «fáciles de contar».
Durante las persecuciones de la época de Decio, en la enorme ciudad de Alejandría, diez hombres y siete mujeres sufrieron por ser cristianos, lo que no parece un número desorbitado.
En realidad, con frecuencia los gobernadores romanos no mostraban ningún deseo de hacer daño deliberadamente a los cristianos. Si éstos no querían participar en los rituales obligatorios del Imperio, se les ofrecía una solución intermedia. Por ejemplo, si se negaban a comer carne que fuera producto de un sacrificio, ¿no podían ofrecer incienso? Un gobernador pregunta en tono de súplica a un aspirante a mártir: «¿Quieres esperar unos cuantos días para pensártelo? ¿No ves qué tiempo tan agradable tenemos? Si te matas, te privarás de todos los placeres».
Resulta irónico pero a menudo eran los propios cristianos quienes buscaban el martirio. Un grupo de ellos se dirigió al gobernador de Asia y le rogó que los ejecutase, ¡pero el gobernador se negó y les dijo que eran libres de tirarse por un acantilado o ahorcarse si tantas ganas tenían de morir!
Además, y a pesar de lo que afirma la tradición, no hay ninguna prueba de que las persecuciones que desencadenaron los romanos causasen un incremento significativo del número de cristianos. El cristianismo no despegó realmente hasta que lo adoptó el emperador Constantino, momento en que el martirio dejó de ser una opción porque los cristianos pasaron a ser un grupo favorecido y protegido.
Fuentes:
Freke, T. y Gandy, P.: Los misterios de Jesús. Grijalbo, Barcelona, 2000

jueves, 8 de enero de 2015

La Península Ibérica sufrió tormentas tropicales en el siglo XVIII y duras sequías en el periodo musulmán

Las primeras medidas meteorológicas de la Península se tomaron en 1724, justo el año en que pasó por Portugal una de las peores tormentas conocidas. Más tarde, en 1816, se sintieron en España los efectos de la erupción del volcán Tambora; y casi mil años antes, en el 898, una sequía en Al-Andalus fue tan severa que sus pobladores llegaron al canibalismo. Son datos rescatados de viejos documentos por investigadores de la Universidad de Extremadura.
El registro oficial de las series meteorológicas en España comenzó alrededor de 1850, pero antes ya se habían anotado medidas puntuales en algunas zonas de la Península Ibérica. Las primeras las remitió en 1724 el médico portugués Isaac Sequeira al físico británico James Jurin, que intentaba formar una red europea de meteorólogos, según recogen documentos guardados en la Royal Society de Londres.
Las anotaciones del médico portugués registran una de las tormentas más fuertes de las que se tiene constancia en territorio peninsular. Pasó por Lisboa el 19 de noviembre de 1724 y afectó a todo el centro y norte de Portugal, causando daños en palacios, iglesias y edificios, además de hundir o inutilizar numerosas embarcaciones en la costa y el río Tajo.
“Los efectos que causó esta bomba meteorológica el día anterior –18 de noviembre– en Madeira, nos hace pensar que se trató de una tormenta tropical”, señalan los investigadores. Tormentas de este tipo, que se asocian a huracanes en el Atlántico, solo se conocen otras dos en España: “Una del año 1842 y la más reciente en 2005, que también se desarrolló en el entorno de Madeira y llegó hasta nuestras costas”.
Pero las investigaciones meteorológicas han llegado mucho más atrás en el tiempo. En concreto, se ha efectuado “el primer intento serio de obtener información climática a partir de fuentes árabes en la península Ibérica”, subraya José Manuel Vaquero, otro de los autores, que recalca: “Estamos hablando de noticias del clima en España hace mil años”.
“Recopilando estas informaciones podemos decir que ocurrieron importantes sequías en Al-Ándalus entre 748-754, 812-823 y 867-879, unos periodos en los que encontramos muchas referencias a sequías y hambrunas asociadas, que incluso hicieron que la gente emigrara hacia el norte de África”. Los científicos destacan una llamativa referencia: “En el año 898 una sequía, probablemente corta pero muy severa, llevó a los andalusíes a practicar el canibalismo para poder sobrevivir, según algunos crónicas, aunque seguramente también influyeran otros factores socioeconómicos o epidemias”.
http://flickrhivemind.net/User/juan
%20del%20pozo/Interesting
Otros datos revelan que el clima en Córdoba, una de las ciudades más importantes del mundo por entonces, mostró una mayor frecuencia de la nieve y el granizo en el período 971-975 respecto a las medias actuales. Este estudio se ha publicado en la revista The Holocene.
Los cambios climáticos se aprecian en otras épocas con la presencia de una extensa red de neveros o pozos de nieve, ventisqueros y glaciares que se construyeron y mantuvieron entre los siglos XVI y XIX a lo largo del Mediterráneo, algunos ubicados en áreas donde no nieva en la actualidad un solo día al año. El almacenamiento y distribución de hielo eran un negocio que involucraba secciones enteras de la población rural. En este periodo se produce la Pequeña Edad de Hielo, un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX. Puso fin a una era extraordinariamente calurosa llamada óptimo climático medieval, período entre los años 700 al 1200, cuando las temperaturas fueron más elevadas que en la actualidad, hasta el punto de poder explotar agrícolamente Groenlandia.
http://es.wikipedia.org/wiki/Sierra_Nevada_(Espa%C3%B1a)
Hay también una amplia evidencia de que durante ese período los glaciares se extendieron en los Pirineos, fundiéndose desde entonces. Es más, los remanentes del glaciar de Sierra Nevada que finalmente sucumbió al final del siglo XX se originaron en este momento y no eran, como a veces se dice, restos de la última verdadera Edad de Hielo. Los últimos verdaderos glaciares de Sierra Nevada y los Picos de Europa se fundieron a finales del siglo IX. 

Fuentes:
http://www.agenciasinc.es/Noticias/La-peninsula-iberica-sufrio-tormentas-tropicales-en-el-siglo-XVIII-y-duras-sequias-en-el-periodo-musulman
http://www.teinteresa.es/
http://www.tiemposevero.es/ver-reportaje.php?id=67

lunes, 29 de diciembre de 2014

Confabulación: lo que cuentas sobre ti no es verdad

En la película Big Fish, Edward Bloom es un joven (Ewan McGregor) con una gran imaginación que crece para convertirse en un viejo y divertido contador de historias (Albert Finney); la trama toma otra dimensión cuando su hijo cuestiona la veracidad de estas historias. Edward defiende hasta la muerte, literalmente, su derecho a contar su pasado no como realmente fue, sino como le gustaría que hubiera sido. Estrictamente no miente: retoca, añade, suprime; en suma, convierte su vida en una obra de ficción.
El caso del asesino John Pridmore podría ser su reverso exacto: después de matar a un hombre, Pridmore comenzaba a elaborar explicaciones más y más elaboradas para justificar su crimen y mantener una sensación de control. Pridmore podría ser un psicópata, pero en su propia mente, el poder de la confabulación creaba una historia paralela: se convenció a sí mismo de ser más listo que sus acusadores, y eventualmente se redimió a sí mismo por la fe, reinventándose como pastor cristiano anunciando la redención.
http://www.dezeen.com/2014/12/27/top-10-design-installations-2014/
De hecho, el cerebro tiene una poderosa habilidad de llenar huecos y encontrar asociaciones, de crear historias que tengan sentido utilizando los materiales de nuestra percepción y de nuestra memoria; el problema es que estas historias no son recuentos veraces, sino recuerdos puntuales parecidos a los que tenemos con los sueños.
El psicólogo cognitivo Ulric Neisser describe la memoria como un trabajo paleontológico: los fragmentos de la experiencia se encuentran dispersos y en diferentes niveles de conservación en el interior de nuestra codificación inconsciente. Al recordar, reconstruimos los eventos como si fueran dinosaurios hechos de memorias inexactas o piezas que no encajan.
http://instagram.com/finn
El proceso de confabulación fue descrito primero por el psiquiatra ruso Sergei Korsakoff, como parte de la sintomatología del Alzheimer y el síndrome de Korsakoff, donde los pacientes a menudo describen eventos que no ocurrieron realmente como si hubiesen ocurrido. Oliver Sacks ha escrito sobre confabulaciones en amnésicos que “no son fabricaciones concientes. Son, en lugar de esto, una estrategia, un intento desesperado –inconciente y casi automático— de otorgar algún tipo de continuidad, una continuidad narrativa, cuando la memoria, y por tanto la experiencia, se escapaba a cada instante”. 
Así, la memoria no es un lugar sino una red de asociaciones que no permanecen inmutables en el tiempo, y que a menudo obedecen a las exigencias o limitaciones del momento presente.

Fuentes:
Sacks, Oliver: El Hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Barcelona, Anagrama, 2004.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Mamuts y dientes de sable desaparecieron a causa del impacto de un meteorito

Hace 12.800 años el clima en la Tierra sufrió un repentino enfriamiento, que duró 1.300 años, cuyo origen ha estado poco claro para la ciencia. La teoría de que se debió al impacto de un meteorito en Norteamérica vuelve ahora a tomar fuerza, tras haber sido muy discutida, después de que un equipo internacional de investigadores haya logrado identificar en México el lugar en el que colisionó un gran meteorito en esa época.
Un equipo compuesto por 16 investigadores de varias universidades ha encontrado en el Lago Cuitzeo una capa de sedimento muy fino con una composición de elementos muy extraña surgida hace 13.000 años, Según los autores del estudio, esta es el resultado del impacto de un objeto cósmico contra la tierra.
Esta colisión, que dejó una capa negra rica en carbono y nanodiamantes, de unos 10 centímetros, estaría en el origen de ese cambio climático, que inició el periodo gélido conocido como Dryas Reciente. Las últimas hipótesis apuntaban hacia un cambio en la corriente del Golfo de México, que habría descargado demasiada agua dulce en el Atlántico Norte, pero este trabajo abre otra posibilidad. De hecho, hace 65 millones de años un impacto, mucho mayor, provocó el cambio atmosférico que acabó con los dinosaurios.
http://www.europapress.es/ciencia/astronomia/noticia
-confirman-asteroide-causo-ultima-edad-hielo-20140915165753.html
Los científicos, dirigidos por Isabel Israde-Alcántara, de la Universidad de Michoacán (México), recabaron pruebas que consideran concluyentes, a 2,8 metros de profundidad. Los nanodiamantes, argumentan, son de una familia compatible con una gran colisión cósmica; además los investigadores identificaron las huellas de esférulas (pequeñas bolas), que habrían chocado a gran velocidad durante el impacto.
Los datos del lago Cuitzeo sugieren que fue un asteroide o un cometa de grandes dimensiones fragmentado en pedazos, algunos de varios cientos de metros de diámetro. Este objeto habría entrado en la atmósfera en un ángulo muy bajo, provocando tanto calor que la colisión quemó toda la vegetación que había alrededor e incluso derritió las rocas de la superficie. Como consecuencia, hubo un importante cambio en el clima.
"Estos resultados son consistentes con otros hallazgos en Norteamérica, como la rápida extinción de la megafauna que había entonces, las modificaciones que hubo en el ecosistema e incluso la reducción de las poblaciones humanas y en las transformaciones culturales que hubo", señala Kennett.
Mamuts y tigres dientes de sable.
(Foto: Mauricio Anton/Oregon State University)
Tras esta gran colisión, hace 12.900 años, habrían desaparecido mamuts, mastodontes, tigres dientes de sable y grandes lobos. "Existe la sincronización entre estos extraordinarios cambios ambientales y bióticos, que también hemos detectado en el mismo lago, y el impacto. Fue una disrupción repentina, muy grande, que ya se conocía, sin conocer la causa", apunta el investigador californiano.
El Dryas Reciente se ha relacionado con la adopción de la agricultura en el Creciente Fértil: el frío y la sequía obligaron a sedentarizarse a las poblaciones humanas (cultura natufiense), que tuvieron que buscar métodos de subsistencia más adaptables a los cambios ambientales.

http://www.jstor.org/stable/10.1086/677046
http://www.publico.es/544366/confirman-que-un-asteroide-causo-la-ultima-edad-de-hielo
http://www.europapress.es/ciencia/astronomia/noticia-confirman-asteroide-causo-ultima-edad-hielo-20140915165753.html

martes, 16 de diciembre de 2014

Los vikingos en España

Los cristianos los llamaban nordomanii o lordomanii y los musulmanes mayus o «adoradores del fuego». Eran los vikingos.
Desde finales del siglo VIII, los normandos iniciaron el saqueo de las costas francesas y británicas. Carlomagno hizo todo lo posible por defender sus costas, pero era difícil encontrar una estrategia apropiada que contrarrestase las tácticas vikingas. Los diablos rubios mostraban especial predilección por el saqueo de los ricos monasterios e iglesias de los francos, casi todos ellos presas cómodas y sustanciosas puesto que eran ricos y se alzaban cerca del mar o a orillas de ríos, en lugares, por tanto, de fácil acceso para las veloces y ligeras embarcaciones de aquellos bárbaros.
Cuando los ataques se repitieron y fueron haciéndose cada vez más frecuentes, el pánico se adueñó de la tierra. En los rezos de algunas iglesias se incluyó la plegaria A furore normanorum libera nos (Señor, líbranos del furor de los normandos). Un cronista español los definió como gens pagana et nimis crudelissima.
Los vikingos o normandos (hombres del norte) procedían de Noruega, Dinamarca y, en menor medida, de Suecia. Hacia el siglo VII, la población de estos territorios había crecido por encima de lo que permitían sus recursos económicos, agrícolas y comerciales, de modo que a una parte importante de sus gentes no les quedaba más remedio que emigrar o perecer de hambre. A esta forzada emigración contribuían también causas sociales de distinta índole.
Al propio tiempo, un avance técnico fundamental iba a favorecer la expansión vikinga por lugares tan alejados de sus territorios: la incorporación de velas cuadradas abatibles a sus famosos barcos, los drakars.
En agosto del año 844 una la expedición vikinga llegó a Lisboa por el estuario del Tajo, ya en tierra musulmana. Allí causaron muchos estragos en tres días de combates. El gobernador de Lisboa envió correos a Córdoba para avisar a Abd al–Rahman II de la llegada de unos piratas que presumiblemente continuarían hacia el Sur. En efecto, al poco tiempo los vikingos alcanzaron la desembocadura del Guadalquivir. Allí se dividieron en dos grupos: uno iría a saquear Cádiz, la bella ciudad víctima eterna de la piratería, para dirigirse después tierra adentro hasta Medina Sidonia y de allí a Sevilla, y otro, compuesto de unos ochenta navíos, remontaría el río también hacia Sevilla. Después saquearon Coria del Río, y pasaron a cuchillo a la población. Las noticias de la matanza provocaron una ola de pánico en la comarca. Una parte de la población de Sevilla abandonó la ciudad precipitadamente para refugiarse en Carmona, al amparo de sus excelentes murallas, y en otros lugares de la sierra. Finalmente, el primero de octubre, los vikingos atacaron Sevilla: «Imposible calcular el número de muertos y cautivos». Las tropas del emir, muchas de ellas trasladadas precipitadamente desde sus guarniciones fronterizas del Norte, se enfrentaron con los normandos y les causaron las primeras bajas importantes, unos setenta muertos. Pero esta pequeña contrariedad no detuvo a los rubios saqueadores.
Llegaron nuevas tropas para reforzar al ejército andalusí y los vikingos, prudentemente, se fortificaron en Tejada, sufriendo su primera gran derrota. Perdieron quinientos guerreros y cuatro embarcaciones. Añade el cronista: «Gran número de normandos fueron colgados en Sevilla y otros fueron crucificados en el acto sobre los troncos de las palmeras».
La memorable incursión de los normandos contra Sevilla sirvió para que el emir de Córdoba se percatase de la indefensión en que se hallaban sus fronteras marítimas ante aquel tipo de agresiones. Hizo amurallar Sevilla y construyó las atarazanas reales que habrían de dotar a al-Andalus con una flota de guerra capaz de evitar futuros ataques por mar. Esta flota fue dotada de una especie de artillería de fuego, probablemente inspirada en el famoso «fuego griego» de los bizantinos.
De este modo, cuando los normandos hicieron su segunda incursión, en el año 244 de la Hégira —866 de Cristo—, en tiempos del emir Mohammad, la escuadra musulmana les salió al encuentro en la desembocadura del río de Sevilla y los pusieron en fuga: les quemaron algunas naves y se marcharon.
En 858, o al año siguiente, los vikingos volvieron a visitar las costas cantábricas con unas sesenta y dos naves que transportaban, según las hiperbólicas fuentes cristianas, cerca de cuatro mil hombres. Los mandaba el jefe noruego Hasting. El rey de Asturias, Ordoño I, acudió a rechazarlos como antaño su padre.
La expedición normanda siguió el camino de la anterior y descendió por las costas atlánticas sembrando el terror en las poblaciones del litoral. Cuando se proponían remontar el Guadalquivir en busca de las fértiles llanuras béticas, se toparon con la flamante escuadra andalusí y con sus terribles máquinas de fuego. Algunas embarcaciones vikingas resultaron incendiadas; las restantes, prudentemente, se batieron en retirada y enfilaron sus proas hacia aguas menos defendidas. Poco después se registra un desembarco en Algeciras, cuya mezquita mayor incendiaron. Los saqueos prosiguieron por el Norte de África y Baleares.
Es probable que algunos barcos de esta misma expedición remontasen el Ebro. En cualquier caso, los vikingos alcanzaron Pamplona y apresaron a Sancho García, por cuyo rescate obtuvieron la respetable cifra de noventa mil dinares.
De los saqueos de distintas localidades catalanas ha quedado constancia en el testimonio de un monje que escribe: «Vinieron los paganos y saquearon la villa entera y también devastaron la tierra los piratas. Sus habitantes fueron cautivados o abandonaron sus haciendas para emigrar a otros lugares».

Morales Romero, Eduardo: Historia de los vikingos en España, Miraguano, Madrid, 2004
http://www.mundohistoria.org/blog/articulos_web/vikingos_en_espa%C3%B1a
http://es.wikipedia.org/wiki/Los_vikingos_en_la_pen%C3%ADnsula_ib%C3%A9rica
http://www.arteguias.com/historiavikingos.htm
http://books.google.es/books?id=3Z8NgXgRytUC&pg=PA200&dq=vikings+spain&hl=en&sa=X&ei=ZypKUfmgBMPA7AaViYHICw&ved=0CD8Q6AEwAw#v=onepage&q=vikings%20spain&f=false

jueves, 4 de diciembre de 2014

La invención de las narices judías

En 1940 los nazis estrenaron una película de propaganda llamada El Judío Eterno. La película pretendía mostrar a los judíos en su "estado original", "antes de ponerse la máscara de europeos civilizados."  Por encima de todo, los realizadores se centraron en los rostros judíos, ojos, narices, barbas y bocas, confiando en que la visión de ciertas características estereotipadas despertarían respuestas de odio y desprecio.
Der Ewige Jude                                                 Cartel de la película
El diseñador del cartel de la película, de hecho, se centró en el rostro, evitando símbolos más obvios de la identidad judía. Posiblemente, en ese momento, el cartel no necesitara del título de la obra. En la Europa de 1940, esta representación de lo judío estaba muy generalizada: representaciones similares de judíos se podían ver en carteles, folletos, periódicos, libros de texto y cuentos para niños.
Jesús ante Pilatos (Juan 19: 5), Egbert Codex, alrededor del año 985
Esta imagen del judío, sin embargo, estaba lejos de ser "eterna". Aunque el antisemitismo es notoriamente "el odio más antiguo," hasta el año 1000 de nuestra era, no había prototipos fácilmente distinguibles del judío en el imaginario occidental y mucho menos el modelo estereotipado de nariz aguileña. 
Monumentos y manuscritos anteriores representaban profetas hebreos, ejércitos de Israel y reyes judaicos que eran identificables sólo por el contexto, en ningún caso identificables como diferentes a otros sabios, soldados o reyes. Incluso los personajes judíos nefastos, como los sacerdotes que instaron a Pilatos a crucificar a Cristo en el Egbert Codex (980), eran visualmente irreconocibles como miembros de un pueblo en particular.

Sin embargo, el aspecto de los judíos en el arte occidental cambiaría con el tiempo. En 1267, dos concilios de la iglesia ordenaron que los judíos debían ser representados con "sombreros puntiagudos", como sus antepasados ​​solían hacer (¿?)." 
Miniatura del Diálogo contra judíos
de 
Pedro Alfonso
Las manifestaciones de la fe cristianas cambiaron al final de la Edad Media y con ellas también se modificó la postura ante el pueblo judío. Cada vez en más lugares, a los judíos se les obligaba a señalar su condición como tales. Por ejemplo, en la Castilla de 1412 se ordena que los judíos se dejen barba y lleven un distintivo rojo cosido a la ropa para poder ser reconocidos

En el siglo XIV se termina el periodo de «tolerancia» hacia los judíos, pasándose a una fase de conflictos crecientes. Según Joseph Pérez, «lo que cambia no son las mentalidades, son las circunstancias. Los buenos tiempos de la España de las tres religiones había coincidido con una fase de expansión territorial, demográfica y económica; judíos y cristianos no competían en el mercado de trabajo: tanto unos como otros contribuían a la prosperidad general y compartían sus beneficios. El antijudaísmo militante de la Iglesia y de los frailes apenas hallaba eco. Los cambios sociales, económicos y políticos del siglo XIV, las guerras y las catástrofes naturales que preceden y siguen a la Peste Negra crean una situación nueva. La gente se cree víctima de una maldición, castigada por pecados que habría cometido. El clero invita a los fieles a arrepentirse, a cambiar de conducta y regresar a Dios. Es entonces cuando la presencia del «pueblo deicida» entre los cristianos se considera escandalosa»

La creciente virulencia del antijudaísmo doctrinal de la Iglesia alimentó y justificó los estereotipos antijudíos surgidos en los ámbitos populares. Por medio de las predicaciones de las ordenes mendicantes se difundió la imagen del «judío como ser abyecto y miserable, personificación de toda clase de vicios y maldades». Es en este contexto en el que surgen una serie de leyendas y mitos antijudíos que tendrán una larga pervivencia y que justificarán la violencia antijudía.
Nace entonces un estereotipo del judío según el cual los judíos eran sucios, olían mal, eran malvados y cómplices de los criminales, cobardes, avaros, taimados y maestros del engaño.

Perez, Joseph: Los judíos en España. Marcial Pons, Madrid, 2005. ISBN: 9788496467033
http://es.wikipedia.org/wiki/Judensau
http://www.nybooks.com/blogs/gallery/2014/nov/14/invention-jewish-nose/

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La Ola: cuando el fascismo no parece tan malo

En 1967, Ron Jones, profesor del instituto Cubberley de Palo Alto (California), se vio incapaz de explicar a sus alumnos cómo fue posible que los ciudadanos alemanes aseguraran haber ignorado el exterminio de la población judía, y decidió que lo mejor era demostrarlo con un experimento: inventó un movimiento llamado La Tercera Ola. El lema era “Fuerza a través de la disciplina, fuerza a través de la comunidad, fuerza a través de la acción y fuerza a través del orgullo”.
Comenzó imponiendo algunas normas sencillas a sus alumnos, como levantarse antes de hacer una pregunta, para ir introduciendo los sucesivos días nuevas nociones de disciplina y comunidad, incluyendo un saludo similar al nazi. A partir del tercer día comenzaron a unirse alumnos de otras clases y el movimiento contaba con emblema y tarjetas identificativas. Es más, los alumnos se espiaban y delataban, e incluso se llegó a intimidar a quienes criticaron el movimiento. Uno de estos alumnos, Mark Hancock, explicó en 2008 al Telegraph que “La Ola era como un estado policial con líderes, seguidores y la resistencia”.
Jones, sorprendido (y asustado) por el alcance del experimento, decidió ponerle fin, pero a lo grande. Aprovechando que uno de los chicos le había preguntado si un anuncio de la revista Time en el que salía una ola era algún tipo de mensaje secreto, el profesor explicó a sus alumnos que el movimiento en realidad formaba parte de una iniciativa nacional y que al día siguiente se anunciaría un candidato a la presidencia de Estados Unidos. Los alumnos, entusiasmados, se lo creyeron.
El quinto y último día de la Ola, Jones reunió a sus alumnos y les mostró un televisor sin señal, en lugar del esperado discurso, y les reveló que habían formado parte de un experimento sobre cómo el fascismo había creado un sentimiento de superioridad en la sociedad de la Alemania nazi.
Algunos de los alumnos se echaron a llorar.

sábado, 22 de noviembre de 2014

El método y el sesgo

En la década de 1970 un ambicioso estudio clínico llamado Proyecto de Fármacos Coronarios intentaba analizar si varios fármacos que reducían los índices de colesterol conseguían prevenir los ataques de corazón.
Se reclutaron 8.500 hombres de mediana edad con problemas coronarios previos y se hicieron varios subgrupos.
A uno de ellos se les dio el fármaco clofibrate. Sin embargo, después de cinco años, los investigadores no encontraron el mínimo efecto protector. ¿Qué pensaron? «Veamos si algunos participantes en el estudio no han seguido correctamente el tratamiento…»
Les preguntaron a cada uno de ellos y, efectivamente, comprobaron que bastantes participantes habían pasado olímpicamente de ir tomando la medicación. Comprobaron de nuevo la incidencia de enfermedad cardíaca y vieron que en estos últimos era de un 25 por ciento, mientras que en aquéllos que tomaron más del 80 por ciento de las pastillas era sólo del 15 por ciento. Respiraron tranquilos. El clofibrate sí tenía un efecto protector. Tema solucionado, ¿verdad?
Sólo aparentemente. Al repetir el mismo análisis con los que habían sido recetados con placebo, también vieron que los que se saltaron las dosis tenían una incidencia del 28 por ciento, frente a un 15 por ciento los que siguieron a rajatabla el estudio.
Conclusión: el tomar correctamente un placebo disminuía a la mitad el riesgo cardiovascular (¡!) Evidentemente, la interpretación fue otra: la persona que no sigue un tratamiento posiblemente es también más despreocupada con otros factores que afectan a su salud.
Como en cualquier análisis científico, en este caso fue muy importante evitar el llamado sesgo de confirmación, que es la tendencia a favorecer una información que confirma las propias creencias o hipótesis. Esta tendencia se evidencia cuando reunimos o recordamos la información de manera selectiva, o cuando esta se interpreta sesgadamente.
Imágenes y fuentes:
http://pereestupinya.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/Sesgo_de_confirmaci%C3%B3n
http://thisisnthappiness.com/

jueves, 13 de noviembre de 2014

Buenos y malos. Hauser y la moralidad universal

El principal exponente del acercamiento a la moralidad desde la metodología científica es Marc Hauser, profesor de psicología en la Universidad de Harvard y autor del libro La mente moral: cómo la naturaleza ha desarrollado nuestro sentido del bien y del mal. «De la misma manera que Noam Chomsky estableció la existencia de una gramática universal, yo quería averiguar si los humanos nacíamos con unos instintos inconscientes que nos condicionaban a seguir las instrucciones de una gramática moral universal codificada por la selección darwiniana en el cerebro».
Hauser y muchos otros investigadores han encontrado evidencias que lo confirman.
Resulta obvio que la cultura y el entorno socioeconómico en el que te encuentres modulará tus creencias y actos hasta generar las enormes diferencias que percibimos en distintas partes del mundo. Pero, según Hauser, eso no excluye que puedan existir unos principios biológicos universales subyaciendo en nuestros juicios espontáneos de origen inconsciente sobre lo correcto o lo incorrecto.
Uno de los experimentos que Hauser realizó para comprobarlo es un test del sentido moral que realizaron miles de personas de diferentes culturas, exponiendo situaciones como la siguiente: imagina que conduces un tranvía y ves a lo lejos cinco personas dormidas encima de la vía. Pitas, pero nada suena; te dispones a frenar y los frenos no funcionan. Has perdido totalmente el control del tranvía, y se dirige inexorablemente a matar a esas cinco personas. Por «suerte», antes de llegar a ellas hay una bifurcación y puedes caminar de vía. El inconveniente es que en esa vía hay una persona durmiendo que también sería atropellada. ¿Qué haces? Debes decidir. ¿Es moralmente permisible caminar de vía para matar una persona en lugar de cinco? No sé qué responderías tú, pero el 90 por ciento de los encuestados por Hauser dijeron que sí.
Imagina ahora una segunda situación: el tren va a atropellar a cinco personas, pero tú puedes frenarlo empujando a un desafortunado transeúnte que camina al lado de la vía. Figúrate que sepas con seguridad que sacrificando esa persona vas a salvar a las otras cinco. El resultado final es el mismo. ¿Lo harías? La mayoría de las personas, sin saber explicar muy bien por qué, consideran esta segunda acción mucho menos aceptable moralmente y responden que en ese caso no intercederían. Cuando te explican la situación, enseguida intentas justificarla racionalmente, pero la decisión ya ha sido tomada de antemano y de manera instintiva, aunque nunca antes hayas reflexionado sobre un dilema parecido.
Las 150.000 personas de los 120 países que participaron en los tests reflejaron una unanimidad asombrosa. Hombres, mujeres, jóvenes, mayores, conservadores, liberales, ateos, budistas, católicos, de diferentes razas, con más nivel cultural o menos, residentes en Estados Unidos o en otras partes del mundo, con mayores o menores ingresos, todos parecían seguir un código moral universal; unos principios que les guiaban a emitir los mismos juicios inconscientes sobre lo correcto o lo incorrecto. Nacemos con un instinto moral que la evolución ha configurado en nuestro cerebro. Luego las culturas se encargan de potenciarlo o distorsionarlo.
Hay más evidencias de ello. Imagina ahora un caso todavía más extremo que el del tranvía anterior: estás en un hospital, y cinco pacientes necesitan de manera urgente un trasplante, cada uno de un órgano diferente. Aunque el resultado sea el mismo… ¿es lícito salir a la calle, escoger al azar a un individuo sano, y extraerle sus órganos para salvarlos? El 97 por ciento de encuestados responden que no.
De hecho, los neurocientíficos escanearon el cerebro de voluntarios normales mientras se les planteaban los dilemas del tranvía y observaron que, cuando se decidía accionar una palanca para que el tren atropellara a una persona en lugar de cinco, las zonas del cerebro que se activaban eran principalmente las del pensamiento racional. Pero cuando se pedía empujar a alguien a la vía empezaban a iluminarse regiones implicadas con las emociones. La moralidad parece tener un sustrato neurobiológico. Algunos estudios de sujetos con lesiones cerebrales parecen confirmarlo. Pacientes con daños en un área del córtex frontal que interviene en la gestión de las emociones también se mostraban mucho más pragmáticos ante las preguntas del test del sentido moral.

Imágenes y fuentes: