Jean Nöel Kapferer considera (en su libro Rumores de 1989) que el rumor siempre conduce al error y que al circular se aleja de la verdad, tanto en sentido literal como figurado. Representa así una distorsión de lo real.
Los rumores pueden basarse en la verdad porque su característica fundamental es que se trata de una información que el poder no controla. Kapferer define el rumor como la aparición y circulación en la colectividad de informaciones que aún no han sido confirmadas o desmentidas públicamente por las fuentes oficiales. Dado su carácter no oficial, el rumor comienza a circular necesariamente fuera de los canales habituales de los grandes medios de comunicación, normalmente (aunque no siempre) por la transmisión boca a boca.
En su libro, sin embargo, cuenta el recorrido de una (insulsa) noticia que se transforma en un espectacular titular.
Durante la Primera Guerra Mundial, el periódico alemán Kölnische Zeitung informa de la toma de la ciudad de Amberes por el ejército alemán: “Las campanas [alemanas] sonaron con la noticia de la caída de Amberes“. Basándose en esta noticia, el diario francés Le Matin informó como sigue: “Según el Köilnische Zeitung, los párrocos de Amberes se vieron obligados a tocar sus campanas una vez que las defensas habían caído“. El tumo tocó entonces al londinense The Times, que daba su versión: “Según Le Matin, que reproduce una noticia de Colonia, los sacerdotes belgas que se negaron a hacer volar sus campanas después de la caída de Amberes han sido depuestos de sus funciones“. La noticia se va complicando cuando la hace pública el italiano Corriere de la Sera: “Según The Times, que cita noticias de Colonia comentadas en París, los desafortunados sacerdotes que se negaron a hacer sonar sus campanas han sido condenados a trabajos forzados“. Pero la cuestión queda rematada cuando de nuevo Le Matin informa sobre el suceso: “Según una información del Corriere de la Sera, vía Colonia y Londres, se ha confirmado que los bárbaros ocupantes de Amberes han castigado a los sacerdotes que heroicamente se negaron a repicar las campanas, colgándolos de ellas con la cabeza hacia abajo, como un badajo vivo”
En su libro, sin embargo, cuenta el recorrido de una (insulsa) noticia que se transforma en un espectacular titular.
Durante la Primera Guerra Mundial, el periódico alemán Kölnische Zeitung informa de la toma de la ciudad de Amberes por el ejército alemán: “Las campanas [alemanas] sonaron con la noticia de la caída de Amberes“. Basándose en esta noticia, el diario francés Le Matin informó como sigue: “Según el Köilnische Zeitung, los párrocos de Amberes se vieron obligados a tocar sus campanas una vez que las defensas habían caído“. El tumo tocó entonces al londinense The Times, que daba su versión: “Según Le Matin, que reproduce una noticia de Colonia, los sacerdotes belgas que se negaron a hacer volar sus campanas después de la caída de Amberes han sido depuestos de sus funciones“. La noticia se va complicando cuando la hace pública el italiano Corriere de la Sera: “Según The Times, que cita noticias de Colonia comentadas en París, los desafortunados sacerdotes que se negaron a hacer sonar sus campanas han sido condenados a trabajos forzados“. Pero la cuestión queda rematada cuando de nuevo Le Matin informa sobre el suceso: “Según una información del Corriere de la Sera, vía Colonia y Londres, se ha confirmado que los bárbaros ocupantes de Amberes han castigado a los sacerdotes que heroicamente se negaron a repicar las campanas, colgándolos de ellas con la cabeza hacia abajo, como un badajo vivo”
Kapferer, Jean-Noël: Rumores. Plaza & Janes, Barcelona, 1989
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