La llamada unificación alemana se produjo sin aparente oposición. Aparente.
Las muertes o el ocaso político de personajes que plantearon una oposición clara a la forma en que se realizó la anexión hace que podamos replantearnos este momento histórico. Las coincidencias y pruebas son suficientes para crear una duda razonable.
Estos hechos no son obra de Graham Greene o John le Carré.
Estos hechos no son obra de Graham Greene o John le Carré.
El día 30 de noviembre de 1989, días después de la caída del Muro de Berlín, Alfred Herrnhausen voló por los aires al estallar una bomba instalada en su coche. Herrnhausen era presidente del Deutsche Bank y fue uno de los escasos críticos que recomendó utilizar otras vías y llevar a cabo la unificación de un modo más democrático. La bomba, de alta tecnología, había sido escondida en la bolsa de una bicicleta junto a la carretera. Los asesinos sabían que Herrhausen viajaría en un convoy de tres coches blindados. La bomba de 7 kg detonó cuando el coche de Herrhausen interrumpió el haz de luz infrarroja al pasar junto a la bicicleta. Iba dirigida hacia el punto más vulnerable del coche blindado y directamente a la puerta donde estaba sentado. Aunque se atribuyó en un primer momento al grupo terrorista RAF (Fracción del Ejército Rojo) hasta la fecha nadie ha sido acusado del asesinato.
Su sucesor en el cargo apoyó sin reservas la política del canciller Helmut Kohl.
Varios meses después, en abril de 1990, otro opositor a la anexión (tal y como se estaba produciendo) fue atacado en el transcurso de un acto electoral. Oskar Lafontaine, candidato a la presidencia de la RFAlemana por el SPD (el Partido Socialdemócrata) sufrió una cuchillada en el cuello que estuvo a punto de costarle la vida. La versión oficial responsabilizó del atentado a una demente. Era evidente: lo hizo delante de varios cientos de personas pero, sin que se profundizase mucho, se puso fin a una investigación que podía implicar a otras personas. Antes de que finalizase el año, Lafontaine había dimitido de todos sus puestos de responsabilidad.
Varios meses después, en abril de 1990, otro opositor a la anexión (tal y como se estaba produciendo) fue atacado en el transcurso de un acto electoral. Oskar Lafontaine, candidato a la presidencia de la RFAlemana por el SPD (el Partido Socialdemócrata) sufrió una cuchillada en el cuello que estuvo a punto de costarle la vida. La versión oficial responsabilizó del atentado a una demente. Era evidente: lo hizo delante de varios cientos de personas pero, sin que se profundizase mucho, se puso fin a una investigación que podía implicar a otras personas. Antes de que finalizase el año, Lafontaine había dimitido de todos sus puestos de responsabilidad.
Su sucesor en el cargo no obstaculizó en ningún momento la política anexionista del canciller Helmut Kohl.
Finalmente, los dirigentes históricos del único partido parlamentario de la RFA que había objetado contra la unificación, Los Verdes (Die Grünen), murieron en extrañas circunstancias.
El 19 de octubre de 1992, la policía alemana encontró los cadáveres de Petra Kelly, fundadora del Partido Verde, y su compañero sentimental, el ex general Gert Bastian. Según los informes policiales, lo primero que llamó la atención de los agentes fue el sonido de la máquina de escribir del general; llevaba dieciocho días encendida y tenía una hoja de papel con diez líneas que terminaban en mitad de una palabra, como si algo o alguien hubiera interrumpido a su autor durante la madrugada del 1 de octubre. No había nota de suicidio; el sistema de alarma estaba apagado y una de las ventanas del piso superior, abierta. Sin embargo, las autoridades cerraron el caso 24 horas después. Gert Bastian tenía restos de pólvora en los dedos.
La versión oficial dictaminó que se trataba de un suicidio y el caso fue archivado. Meses antes, en abril, Kelly había sufrido un colapso cardiaco y, casi al mismo tiempo, Bastian había sido atropellado por un taxi. Durante los meses previos, ambos habían sufrido una feroz campaña de desprestigio (desde dentro y desde fuera de su partido).
La versión oficial dictaminó que se trataba de un suicidio y el caso fue archivado. Meses antes, en abril, Kelly había sufrido un colapso cardiaco y, casi al mismo tiempo, Bastian había sido atropellado por un taxi. Durante los meses previos, ambos habían sufrido una feroz campaña de desprestigio (desde dentro y desde fuera de su partido).
Sus sucesores en los cargos de responsabilidad del partido de Los Verdes moderaron sus posturas y se acercaron al SPD, sin poner objeciones a la política del canciller Helmut Kohl en la antigua RDA.
https://www.larouchepub.com/eiw/public/1998/eirv25n32-19980814/eirv25n32-19980814_037-the_assassination_of_herrhausen.pdf
http://elpais.com/diario/1990/04/27/opinion/641167210_850215.html
http://elpais.com/diario/1990/04/27/internacional/641167204_850215.html
http://elpais.com/diario/1992/10/22/internacional/719708401_850215.html
La Historia es la suma de las mentiras acordadas por la mayoría (Napoleón Bonaparte)
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