https://i.ytimg.com/vi/UZQGgFJMljg/maxresdefault.jpg |
Aristóteles fue el discípulo más aventajado de Platón, superando muchas veces en sabiduría a su maestro. Por otra parte, había ciertas cosas en la filosofía de Platón con las que no comulgaba, especialmente su Teoría de las Ideas, que consideraba errónea. Aristóteles no veía motivo para admitir la existencia de las Ideas, de las esencias como realidades separadas de las cosas sensibles. Cuando tuvo que elegir entre ser fiel a lo que él consideraba como cierto y la fidelidad al maestro, sentenció: “Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad”.
Platón debió sentirse molesto por el distanciamiento de su discípulo o, al menos, así lo refiere una leyenda según la cual Platón afirmó en una ocasión: Aristóteles nos tira coces, como hacen los potrillos con sus madres, olvidando que los han parido.
Claro que una cosa son las críticas y otra las calumnias, a las que ni Aristóteles ni Platón fueron aficionados aunque sí víctimas de ellas. En cierta ocasión, alguien comentó a Aristóteles que había quien le calumniaba a sus espaldas, a lo que el filósofo contestó:
-No estando yo presente, como si me quiere azotar.
El trabajo filosófico de Aristóteles contrasta claramente con el de Platón, pues se mostró mucho más interesado que él en la recogida y clasificación de datos. Además, no sólo organizó y clasificó las distintas ramas del saber científico, sino que fundó una nueva ciencia, la lógica, centrada en el estudio de las formas del pensamiento correcto.
Pero, aunque Aristóteles fue uno de los pocos filósofos griegos que se interesaba por la observación empírica, lo cierto es que también él privilegiaba el papel del pensamiento puro. Precisamente por no comprobar algunas de sus especulaciones cometió algunos errores de bulto. Así, por ejemplo, afirmó que, entre las cabras, los cerdos y los humanos, los individuos de sexo femenino tenían menos dientes que los de sexo masculino. A propósito de ello, Bertrand Rusell comentaba en tono de broma:
-Se casó dos veces, ¡pero nunca se le ocurrió examinar la dentadura de sus esposas para comprobar su hipótesis!
https://www.instagram.com/weisstub/ |
González Calero, Pedro: Filosofía Para Bufones. Ariel, Barcelona, 2007
1 comentario:
bar algunas de sus especulaciones cometió algunos errores de bulto. Así, por ejemplo, afirmó que, entre las cabras, los cerdos y los humanos, los individuos de sexo femenino tenían menos dientes que los de sexo masculino. A propósito de ello, Bertrand Rusell comentaba en tono de broma:
-Se casó dos veces, ¡ egobex.net/consejos-para-elaborar-una-tesis-universitaria/
Publicar un comentario