En 1922, en el Tractatus Logico-Philosophicus, el filósofo Ludwig Wittgenstein escribió: "Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo". Las palabras que tenemos a nuestra disposición afectan a lo que entendemos y mientras más palabras existan, mejor será nuestra percepción. Cuando aprendemos a hablar un idioma diferente, aprendemos a ver un mundo más grande.
Muchos investigadores del lenguaje están de acuerdo con esta premisa. No sólo hablar varios idiomas nos ayuda a comunicarnos, también el bilingüismo (o multilingüismo) puede conferir ventajas para un cerebro en desarrollo. Como el niño bilingüe cambia de registro entre idiomas, se desarrolla un mayor control ejecutivo o una mayor capacidad para gestionar con eficacia lo que se llaman los procesos cognitivos superiores, tales como la resolución de problemas o la memoria y, por lo general, desarrolla una mente más flexible y ágil. Es un fenómeno que los investigadores llaman la ventaja bilingüe.
En la primera mitad del siglo XX, los investigadores pensaban que el bilingüismo ponía a los niños en una situación de desventaja, al reducir su coeficiente intelectual y su desarrollo verbal. Pero, en los últimos años, la noción de una ventaja bilingüe ha surgido a partir de una investigación aparentemente más profunda y convincente, como la realizada por la psicóloga Ellen Bialystok. Para muchas tareas, incluyendo las que implican la memoria y la organización del trabajo, los bilingües parecen tener ventaja. En una revisión de 2012, Bialystok mostró que los bilingües muestran un mejor control ejecutivo, una cualidad que se ha relacionado, entre otras cosas, a un mejor rendimiento académico. Y cuando se trata de cualidades como la atención sostenida y el cambio entre tareas con eficacia, los bilingües suelen destacar. Parece bastante evidente, entonces, que, dada una elección, debemos intentar educar a nuestros hijos e hijas en una enseñanza bilingüe.
Desde la edad de once años, Angela de Bruin hablaba dos idiomas. Nacida en la década de los ochenta en Nijmegen, un pequeño pueblo de los Países Bajos, de Bruin hablaba holandés en casa y, en la escuela, en inglés. Interesada en el tema, leyó con avidez sobre las ventajas cognitivas que proporciona hablar de forma fluida dos o más idiomas. En la universidad, estudió lingüística y neurociencia. Y, en 2012, de Bruin se inscribió en el programa de postgrado de psicología en la Universidad de Edimburgo para conocer aún más el vínculo entre bilingüismo y cognición.
Realizó su primeros estudios e investigaciones y no encontró ninguna prueba de esa ventaja. En sus pruebas, monolingües y bilingües realizaban las tareas de forma idéntica. Analizó la literatura sobre la cuestión y revisó ciento sesenta y nueve resúmenes de congresos y conferencias (entre 1999 y 2012) que tenían que ver con el bilingüismo y el control ejecutivo. En las conferencias, la mitad de los resultados que se presentaban apoyaban la tesis de la ventaja bilingüe mientras que la otra mitad proporcionaba una refutación parcial o completa a la tesis. Cuando llegó a las publicaciones que aparecieron después de la presentación preliminar, sin embargo, la ruptura fue brutalmente diferente. El sesenta y ocho por ciento de los estudios que apoyaban una ventaja bilingüe encontró un lugar en una revista científica, en comparación con sólo el veintinueve por ciento de los que no encontraban diferencias o apoyaban tesis contrarias. "Nuestra visión general muestra que hay una imagen distorsionada de los resultados de los estudios actuales sobre el bilingüismo, con los investigadores (y los medios de comunicación) creyendo que el efecto positivo del bilingüismo en los procesos cognitivos no lingüísticos es fuerte y sin respuesta."
¿Eso significa que no hay tal cosa como una ventaja bilingüe? No. Es sólo un estudio. Pero añade más evidencias al argumento de que la ventaja bilingüe es a veces exagerada. "Definitivamente no estoy diciendo que no haya ventaja bilingüe", dice de Bruin. "Pero la ventaja puede ser diferente de la forma en que muchos investigadores han descrito".
De hecho, estudios recientes de la Universidad de Toronto parecen confirmar que una de las grandes ventajas del bilingüismo parece ser que el cerebro es más resistente al deterioro cognitivo y, en concreto, al Alzheimer.
Fuentes:
http://www.newyorker.com/science/maria-konnikova/bilingual-advantage-aging-brainhttp://mashable.com/2015/01/14/monodramatic-self-photography/
http://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_de_Alzheimer
No hay comentarios:
Publicar un comentario