Tanto hombres como mujeres consideran más atractivas a sus parejas. Da igual
cuáles sean los rasgos o la parte de la anatomía corporal considerada. Unos y otras piensan, sistemáticamente, que
su pareja es más cautivadora.

Según los autores de la investigación (Swami, Furnham, Georgiades y Pan: Evaluating self and partner physical atarctiveness) esa percepción es un claro ejemplo de
sesgo cognitivo al servicio de la propia
autoestima. En otras palabras, es muy posible que uno se sienta mejor si piensa
que su pareja es más atractiva que uno mismo, puesto que ha sido merecedor de
ser escogido por alguien más agraciado.
Otra conclusión a la que llegan los autores es que
los dos rasgos de los que depende la valoración del atractivo global son el
atractivo facial y el peso corporal, pero no la altura o la forma del
cuerpo.
Por último, también es reseñable el dato de que quienes dan
más relevancia al atractivo físico en la vida cotidiana se consideran a sí
mismos más atractivos que los que le conceden menor importancia.
Imágenes de http://hoodoothatvoodoo.tumblr.com/post/40106814945 y
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