jueves, 4 de marzo de 2010

La mayor fosa común de Europa occidental


El alcalde de la capital malagueña, Francisco de la Torre, y la consejera de Justicia de la Junta de Andalucía, Begoña Álvarez, presentaron juntos el informe final sobre las exhumaciones del antiguo cementerio de San Rafael, donde fueron fusilados y enterrados en fosas comunes 4.471 republicanos entre febrero de 1937 y el año 1957. Durante los últimos tres años, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Málaga (UMA), apoyado por voluntarios y miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), ha desenterrado y catalogado un total de 2.840 esqueletos.

"Es la fosa más grande de Europa Occidental. Representa los terrores y tragedias de Andalucía", explicó el viernes Begoña Álvarez, consejera de Justicia. El informe recoge, según Álvarez, "con qué crueldad se mataba, intentando no dejar rastro, a veces trasladando los cuerpos a otros lugares".

Sebastián Fernández, profesor de Arqueología de la UMA y director de la excavación, afirma que sin duda el cementerio de San Rafael se ha revelado como la mayor fosa común de fusilados durante la Guerra Civil y el franquismo.


La mayoría de las personas acabaron fusiladas por disparos en la región torácica, abdominal y en las extremidades. En el patio civil del camposanto malagueño eran sepultados los no creyentes y quienes se habían suicidado en la cárcel, en numerosas ocasiones aparecen maniatados con alambres.


El profesor de la UMA recuerda cómo impactaron al equipo los restos de una mujer embarazada de unos siete meses, «con el feto perfectamente encajado»; los de un hombre al que se le halló una especie de trapo en la garganta, «se lo debieron introducir hasta ahogarle» o el tiro de gracia que se aprecia claramente en muchos de los cráneos.


La aparición de restos pertenecientes al menos a 40 niños también impresionó mucho al equipo que desarrolla los trabajos: «No sabíamos a qué podía deberse. Desarrollamos una investigación y llegamos a la conclusión de que durante esos tiempos se habían producido graves epidemias y que los hijos de los fusilados que habían muerto como consecuencia de ellas, eran enterrados en el lugar en el que estaban sus padres».


El exterminio del régimen franquista se documenta durante dos décadas: entre febrero de 1937 y mayo de 1957. Se tiene constancia registral de que fueron 4.471 los fusilados y enterrados en las nueve fosas comunes que ya han sido clausuradas. La diferencia entre los restos recuperados y el número de asesinados a lo largo de esos 20 años estriba en el vaciado de algunas fosas que se realizó en los años 50 para enviar restos de fallecidos al Valle de los Caídos de El Escorial (Madrid).

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