El fútbol y la política están indefectiblemente vinculados, por mucho que no pocos agentes del uno y de la otra se empeñen en negarlo o condenarlo, incluso quienes más alientan o se aprovechan de esa convergencia. El reciente Campeonato Mundial de Fútbol ha sido un escaparate privilegiado de ello.
El fútbol se politiza en la medida en que es un recurso propagandístico de gran alcance e intensidad. Y la política se reduce, con bastante frecuencia, a los impulsos propios del fútbol más profesional, menos romántico u olímpico, cuando se afianza la competitividad, la victoria por encima de cualquier otro objetivo y el ataque o la descalificación del contrario.
Esta inversión nacionalista de un fútbol sin patria genera una energía política que es muy difícil ignorar. Los dirigentes contemplan en la ceremonia del Mundial (o sus versiones regionales menores) una oportunidad para unificar mensajes, capitalizar orgullos e incrementar índices de popularidad.
El nacionalismo sedicente encontró su expresión más ruidosa no en el sueño (deportivo) truncado de la anfitriona Rusia, sino en el exhibicionismo ruidoso de la modesta Croacia, con su jefa de Estado ataviada como una hincha más en palcos, inmediaciones de los estadios y (sin pudor digno de mejor causa) en los vestuarios.
La muy joven nación croata desplegó mucho orgullo, pero escondió con cuidado sus no pocas vergüenzas adheridas a la propaganda del fútbol. Su principal estrella, Luca Modric, jugador del Real Madrid, está inmerso en una causa judicial en su país, por supuesta complicidad y/o encubrimiento del expresidente del Dinamo de Zagreb, Zdravko Mamic. Este personaje está procesado por corrupción. Modric, como otros compañeros suyos de selección, se habría avenido a sus prácticas fraudulentas con motivo de su traspaso, hace diez años, al club inglés del Tottenham (4), donde jugó unos años antes de ser fichado por Florentino Pérez. Hijo de refugiados croatas de la ciudad de Osijek, en la Eslavonia oriental, Modric ha asumido ese discurso nacionalista que sirvió tanto para la guerra de independencia como para la construcción del nuevo país. Las hinchadas croatas suelen resucitar los peores demonios de la simpatía filonazi durante la segunda guerra mundial.En la grabación se ve a varios jugadores cantando "Bojna Cavoglave", un tema de la banda Thompson, célebre por hacer apología del régimen fascista croata de la Ustacha durante la Segunda Guerra Mundial. La canción interpretada por los croatas contiene la frase "Za dom spremni" ("Por la patria, ¡listos!"), eslogan de campaña y saludo habitual de la Ustacha, nacida en 1929 como una sociedad secreta que luego fue conocida como un movimiento fascista.
En el Estado Independiente de Croacia durante la Segunda Guerra Mundial 1941-1945 según los datos recopilados hasta el momento, que de ningún modo es la cifra final, fueron masacrados más de 60.234 niños, mayoritariamente serbios (42791), pero también gitanos, musulmanes y judíos.
El 2 de marzo de 1942 en Opatija, tras la ocupación de Alemania e Italia, se tomó la decisión acerca de la "limpieza" de Bosnia.
Debido a esto, en el verano de 1942, unos 40,000 soldados fueron contratados bajo el liderazgo del grupo de guerra alemán "Bosnia occidental". El Campo de concentración de Jasenovac fue el mayor campo de exterminio del Estado Independiente de Croacia (NDH) durante la Segunda Guerra Mundial. El campo fue establecido por el régimen Ustachá (ustaša) en agosto de 1941, y fue desmantelado en abril de 1945. En Jasenovac, el mayor número de víctimas fueron los serbios, a quienes Ante Pavelić consideraba los principales opositores del NDH. En el campo también perecieron judíos, eslovenos, gitanos, musulmanes bosnios y comunistas. Durante el conflicto se utilizó un saludo croata Za dom spremni! por el movimiento Ustacha. Era su equivalente al saludo Nazi Sieg Heil.
Jasenovac era un complejo de cinco subcampos,4 repartidos en 240 km² a orillas del río Sava.5 El campo más grande estaba en Jasenovac, 100 km al sureste de Zagreb.4 El complejo también incluía extensos terrenos en Donja Gradina directamente cruzando el río Sava, un campo de concentración para niños en Sisak al noroeste, y el campo de concentración de mujeres de Stara Gradiška, al sureste.
La cifra de víctimas es muy disputada por la falta de documentación detallada, en parte debido a la quema por las autoridades croatas de parte de los documentos del campo en 1943 y 1945.4 El número mínimo comúnmente aceptado es de 85 000, sin tener en cuenta las 28 000 personas que murieron de camino al campo ni las asesinadas en sus alrededores. Está considerado uno de los campos de exterminio más crueles de todos los tiempos. De ser ciertas las estimaciones máximas, esas cifras lo convertirían en el tercero en el mundo por número de víctimas. Diversas fuentes estiman que hasta 700 000 personas fueron ejecutadas en el mismo, 78910 utilizando los métodos más sanguinarios y perversos.
Un informe de la Gestapo a Heinrich Himmler, fechado el 17 de febrero de 1942, certificaba que "el aumento de actividad de las bandas [rebeldes] se debe principalmente a las atrocidades cometidas por las unidades Ustaše en Croacia contra la población ortodoxa. Los ustaši han cometido sus actos de una manera bestial, no sólo contra los hombres, sino especialmente contra ancianos, mujeres y niños indefensos. El número de ortodoxos que los croatas han masacrado y torturado sádicamente hasta la muerte es de aproximadamente trescientos mil"
http://www.srpskaistorija.com/spisak-pobijene-dece-u-logoru-jasenovac/
http://www.lostiempos.com/deportes/entretiempo/20180706/otra-cara-croacia-escandalo-modric-cantico-fascista
https://larutadelasratasnazis.blogspot.com/2011/03/ustacha-croata-y-la-iglesia-catolica.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentración_de_Jasenovac
https://www.nuevatribuna.es/articulo/mundo/futbol-mundial-putin/20180725090655154206.html